Las mujeres podrían estar en un riesgo mayor de presentar problemas cardíacos a causa del estrés, de acuerdo con una investigación publicada en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology.
Todo parece indicar que las diferencias sexuales incluyen una predisposición a la constricción de vasos sanguíneos en mujeres producto de la tensión mental, lo que a su vez puede producir una reducción en el flujo sanguíneo que suministra el corazón, un fenómeno conocido como “isquemia” que, a su vez, dobla las probabilidades de sufrir un paro cardíaco.
Para el estudio, se midieron los niveles de presión sanguínea de 678 adultos con una edad promedio de 63 años. Los investigadores encontraron que los niveles de presión reducidos durante el estrés mental en mujeres se ve mayormente influenciado por la constricción de los vasos sanguíneos como respuesta automática al estrés, lo que causa que el músculo se sobre-exija al momento de bombear sangre al corazón.
En lugar de dilatarse y aumentar el flujo sanguíneo al corazón durante el estrés, en las mujeres los vasos sanguíneos se contraen, lo que lleva a áreas de flujo sanguíneo reducido
Para las mujeres en predisposición o con problemas cardíacos diagnosticados, esta es una clara señal de la importancia de manejar adecuadamente el estrés mental en la vida diaria, ya que altos grados de tensión psicológica podrían impactar enormemente en su estado de salud física.
Las mujeres en estas condiciones deben preocuparse por conocer y poner en práctica técnicas de relajación que pueden utilizar en cualquier escenario de la vida y realizar ejercicio físico, así sea de bajo impacto, de forma regular, como las caminatas ligeras y el yoga. De hecho, este último puede ser de gran ayuda para combatir otro tipo de problemas, como la depresión y la ansiedad.
“La espera psicosocial no le pone mucha atención a esto durante la práctica clínica, pero es muy importante aconsejar tanto a mujeres como a hombres acerca de qué métodos pueden utilizar para reducir el estrés, y referirlos con otros profesionales en caso de que necesiten ayuda”, concluyen los investigadores, quienes planean continuar la investigación centrándose en traducir a números la relación directa entre un mal afrontamiento al estrés y la frecuencia de paros cardíacos u otros indicadores.
Fuente: Science Daily; Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology