¿Qué habilidades son más importantes para tomar buenas decisiones: la inteligencia o el pensamiento crítico? Probablemente conozcas gente muy inteligente cuyo proceso de toma de decisiones deja mucho que desear. Un nuevo artículo publicado en el journal Thinking Skills and Creativity (Habilidades del pensamiento y Creatividad) examina la utilidad del CI y las habilidades del pensamiento crítico para tomar decisiones efectivas.
Aunque el CI se considera una medida de nuestras capacidades cognitivas, algunos investigadores dicen que el “pensamiento crítico” es una habilidad separada de éste. Para averiguar si el pensamiento crítico podría ser importante para conseguir buenos resultados en la vida real, Heather Butler de la Universidad Estatal de California y sus colegas les pidieron a 244 individuos (estudiantes y adultos reclutados online) que completaran tests que pretendían medir su CI y sus habilidades de pensamiento crítico.
El test que media CI era estándar y cubría las siguientes áreas: memoria, procesamiento visual y razonamiento cuantitativo. Por otro lado, la evaluación de habilidades de pensamiento crítico consistió en que los participantes evaluaran cursos de acción en escenarios hipotéticos y consideraran además la relevancia de la información contextual que pudiera ayudarles a tomar las decisiones.
Una pregunta típica que evalúa el pensamiento crítico podría ser que el individuo explicara si quisiera que el preescolar fuera obligatorio para todos los niños considerando que las investigaciones han mostrado que los niños que asisten al preescolar son más propensos a sobresalir en la escuela (esta pregunta no fue utilizada en el test, es solo a modo de ejemplo). El uso exitoso del pensamiento crítico incluiría el reconocimiento de que la correlación no significa causalidad y la búsqueda de otras explicaciones posibles; además debería tomar en cuenta información posterior, como la diferencia entre los ingresos de padres que mandan a sus hijos al preescolar y los que no lo hacen.
Según la investigación anterior, el pensamiento crítico se correlacionó con el CI de forma moderada (.38), lo que sugiere alguna superposición, pero indicando también que cada prueba estaba midiendo algo distinto.
Los investigadores estaban muy interesados en saber cómo se correlacionaban estas medidas con los puntajes en un inventario de eventos de la vida, en el cual los participantes indicaban si habían experimentado eventos que iban desde medianamente malos (por ejemplo, haber pagado una multa por estacionarse en un lugar donde no estaba permitido hacerlo) a severamente malos (por ejemplo, contraer una ETS). La evitación de experiencias como estas nos da una medida indirecta de la capacidad de tomar de decisiones sabias y efectivas. La investigación mostró que a las personas con un CI mayor si les iba mejor en esto. Sin embargo una mayor capacidad de pensamiento crítico estaba incluso más fuertemente asociada con estos resultados en los eventos de la vida.
Las buenas noticias son que el pensamiento crítico se puede trabajar. Dichas habilidades del pensamiento no son recursos mentales que poseemos sino que son una forma de ver el mundo y herramientas para utilizar en momentos clave. Desafortunadamente no se les da atención suficiente al desarrollo de estas habilidades en los lugares de estudio, pero existen iniciativas como Filosofía para niños, basadas en investigaciones, que buscan desarrollarlas.
Fuente: Research Digest