Francesco Rodella escribe para El País:
Frustración, miedo, rechazo, falta de comprensión y aislamiento son sentimientos que se asoman con mucha frecuencia en la vida de las personas con tartamudez. El desconocimiento sobre este trastorno, las bromas continuas y los prejuicios comunes dificultan su día a día. Muchas empresas rechazan sus candidaturas en las entrevistas o las apartan a puestos de poca responsabilidad: siete de cada diez aseguran sufrir discriminación laboral, según el estudio Las personas con tartamudez en España, realizado este año por asociaciones de apoyo a la discapacidad. Los expertos coinciden en denunciar que la sanidad pública no reconoce a las personas con tartamudez una discapacidad y no cubre sus tratamientos, dejando a este colectivo “en tierra de nadie”.