Un nuevo estudio muestra que las intervenciones conductuales intensivas podrían ser efectivas para eliminar la pica en niños con discapacidades del desarrollo, entre ellos niños autistas.
Los investigadores dicen que un subconjunto de niños con discapacidades intelectuales y del desarrollo presentan pica, lo cual es grave ya que podría llevar a complicaciones médicas que amenacen la vida. Sin embargo, interrumpir la pica puede requerir vigilancia constante por parte de los cuidadores ya que entre los objetos consumidos se incluyen artículos del hogar tales como juguetes o monedas, o materiales naturales como tierra o virutas de madera.
“La literatura existente en el tratamiento de la pica consiste en su mayoría en estudios de casos de unos pocos niños,” comenta el autor principal, Dr. Nathan Call, director de los Programas para Conductas Severas en el Centro de Autismo Marcus de Atlanta.
“Esto muestra lo que es posible, pero podrían haber sesgos en las instancias de publicación. Así que decidimos observar a cada niños que entró por la puerta durante los últimos 12 años.”
Los investigadores miraron los archivos de 11 niños, cuya edad promedio era de 10.8 años, todos excepto uno con Trastorno del Espectro Autista, tratados con programas ambulatorios.
Todos fueron referidos específicamente por pica, excepto por uno que fue tratado por pica luego de su tratamiento por agresión. Las intervenciones conductuales no fueron las mismas para todos los individuos, pero incluían componentes en común tales como:
- Bloquear al niño para que no coma un objeto inapropiado al estar con el niño en todo momento o, en algunos casos, con restricción física, esta modalidad se desvanece con el tiempo.
- Redireccionar al niño hacia una actividad de su preferencia.
- Recompensar al niño por eliminar un objeto no comestible con un pequeño regalo.
“Es un proceso iterativo,” dice Call. “Puede que tome semanas resolver la combinación adecuada.”
La efectividad del tratamiento fue evaluada al llevar a los niños a habitaciones donde se habían puesto anzuelos (objetos que serían tentadores y ellos querrían consumir). El promedio de reducción de la pica desde la línea base hasta el final del tratamiento, en este marco clínico, fue del 96%. En tres casos se alcanzó la reducción en un 100%. El número de sesiones que se necesitaron para alcanzar dichos resultados a veces tomó semanas. Solo en un caso se alcanzó una reducción menor al 90%.
La práctica general de los investigadores fue entrenar a los padres o cuidadores sobre cómo mantener el tratamiento y darle seguimiento en casa. Se proveyeron 6 meses de servicios de seguimiento cuando era posible. Los investigadores no contaron con datos de seguimiento para algunos de los participantes que vinieron de afuera de los Estados Unidos.
Call describe haber tratado a un individuo que fue hospitalizado en muchas ocasiones por comer objetos tales como pastillas de cloro para piscinas, botones de su camisa o curitas que tenía puestas en su cuerpo.
“Como pueden imaginarse, sus padres tuvieron que ser super-vigilantes. Pensamos que las figuritas (stickers) tenían una similitud suficiente a las curitas y la evaluación final fue mandarlo a casa en colectivo con figuritas pegadas por toda su ropa y el todavía las tenía cuando llegó a casa”, dice él.
La pica en otras poblaciones ha sido vinculada a deficiencias nutricionales, tales como niveles bajos de hierro. Sin embargo, Call y su equipo observaron que para los niños en el estudio, la pica era un comportamiento “automáticamente mantenido”, no tenía que ver con búsqueda de atención o manipulación, y no paraba luego de que se proveían suplementos nutricionales apropiados.
El Dr. Call nos recuerda que los niños pequeños usan esta modalidad, es decir llevar objetos a sus bocas, para explorar y conocer el mundo y que muchos de los niños que ellos trataron funcionaban a un nivel cognitivo similar al de los niños pequeños. Esa podría ser la razón por la cual las conductas también son parecidas.
Fuente: Psychcentral
Imagen: Fabiko HLC