Un estudio reciente publicado en la revista Sexual and Relationship Therapy ha revelado que las personas con alta sensibilidad a la ansiedad —miedo a sensaciones corporales relacionadas con la excitación, como un latido cardíaco rápido— tienen más probabilidades de experimentar dolor sexual, disminución de la satisfacción sexual y aumento de la angustia sexual. Este hallazgo sugiere que la sensibilidad a la ansiedad, que ya se reconoce como un factor de riesgo en varios ámbitos psicológicos, también desempeña un papel significativo en el bienestar sexual.
La sensibilidad a la ansiedad se refiere al miedo a las sensaciones corporales relacionadas con la excitación que uno interpreta como dañinas o peligrosas. Esto incluye reacciones físicas como un latido cardíaco rápido, sudoración o mareos, que las personas con alta sensibilidad a la ansiedad podrían percibir como signos de un desastre inminente, como un ataque cardíaco o pérdida de control.
Este rasgo es distinto de la ansiedad general, ya que se enfoca en el miedo a los síntomas de la ansiedad en sí, en lugar de las causas situacionales de la ansiedad. Como tal, la sensibilidad a la ansiedad puede exacerbar o contribuir al desarrollo de varios trastornos de ansiedad e impactar las respuestas conductuales en diferentes contextos, incluidos aquellos relacionados con la salud física y el bienestar sexual.
Investigaciones previas se han centrado principalmente en la relación entre la sensibilidad a la ansiedad y trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, señalando su impacto en la salud física y el comportamiento. Sin embargo, la superposición entre las sensaciones físicas experimentadas durante la ansiedad y las durante la actividad sexual insinuaba que la sensibilidad a la ansiedad también podría influir en el bienestar sexual.
A pesar de algunos estudios anteriores que examinaron este vínculo, sus resultados fueron inconclusos, con limitaciones como herramientas de medición obsoletas y una falta de poblaciones de muestra diversas que obstaculizaban el progreso.
Reconociendo estas brechas, investigadores de la Universidad de New Brunswick se propusieron explorar la relación entre la sensibilidad a la ansiedad y varios aspectos del bienestar sexual utilizando una medida de sensibilidad a la ansiedad más confiable y una base de muestra más amplia y inclusiva. Este enfoque tenía como objetivo proporcionar una comprensión más clara y abordar las inconsistencias encontradas en investigaciones previas.
La investigación
El estudio reclutó una muestra comunitaria de 170 hombres, 305 mujeres y 9 individuos de género diverso con edades entre 19 y 60 años a través de redes sociales y plataformas en línea. Los participantes completaron una encuesta en línea que medía su sensibilidad a la ansiedad, bienestar sexual —que incluía función sexual, dolor, satisfacción, autoestima, angustia y comportamiento— y bienestar psicológico.
Los investigadores encontraron que una sensibilidad a la ansiedad elevada estaba relacionada con un bienestar sexual reducido. El hallazgo sugiere que la sensibilidad a la ansiedad no solo es un factor psicológico que afecta el estado de ánimo y el comportamiento, sino también un elemento crucial en la salud sexual.
“De particular importancia, al incluir un amplio rango de edades y tanto a hombres como a mujeres, este estudio demuestra que las asociaciones entre la sensibilidad a la ansiedad y el bienestar sexual se extienden a los hombres y a individuos de mayor edad, no solo a mujeres jóvenes (como en investigaciones anteriores)”, explicaron los investigadores.
Las personas con alta sensibilidad a la ansiedad eran más propensas a informar haberse abstenido de actividades sexuales en el pasado o a participar en ellas con menos frecuencia, especialmente en actividades sexuales genitales en lugar de no genitales. Aquellos con alta sensibilidad a la ansiedad podrían evitar actividades sexuales que podrían desencadenar sensaciones fisiológicas de excitación temidas.
Curiosamente, los investigadores observaron diferencias de género en cómo la sensibilidad a la ansiedad afecta la satisfacción sexual. Mientras que tanto hombres como mujeres con una sensibilidad a la ansiedad más alta informaron más dolor y angustia sexual, el efecto en la satisfacción sexual fue significativamente pronunciado solo en mujeres. Esto sugiere que la sensibilidad a la ansiedad puede interferir con la satisfacción sexual de maneras específicas de género, posiblemente influenciadas por diferentes dinámicas psicológicas o sociales experimentadas por hombres y mujeres.
Para probar la solidez de sus hallazgos, los investigadores examinaron el papel de la sensibilidad a la ansiedad además del bienestar psicológico general de los participantes, que incluye síntomas de ansiedad y depresión. Incluso después de tener en cuenta estos factores, la sensibilidad a la ansiedad permaneció como un predictor único de dolor, insatisfacción y angustia sexual, confirmando su relación específica con el bienestar sexual.
Sin embargo, a pesar de sus hallazgos perspicaces, el diseño transversal del estudio no permite conclusiones sobre la causalidad, es decir, si la sensibilidad a la ansiedad causa un pobre bienestar sexual o viceversa. Además, la dependencia de datos autoinformados podría llevar a sesgos como la subdeclaración o sobredeclaración de información sensible.
La investigación futura debería considerar estudios longitudinales para comprender mejor la dirección de estas relaciones y diseños experimentales para probar intervenciones dirigidas a reducir la sensibilidad a la ansiedad. Además, ampliar el rango de comportamientos sexuales estudiados e incluir un conjunto más diverso de participantes en términos de orientación sexual y estado de relación podría mejorar la generalización de los hallazgos.
Este estudio demuestra que la sensibilidad a la ansiedad no solo es un problema en el ámbito psicológico, sino que también tiene un impacto directo en nuestra vida sexual. Descubrimos que aquellos con una alta sensibilidad a la ansiedad son más propensos a experimentar dolor durante el sexo, y las mujeres en particular pueden tener dificultades para encontrar satisfacción en sus relaciones íntimas debido a este factor. Esto significa que las preocupaciones por la ansiedad pueden afectar significativamente nuestra felicidad sexual.
Pero aquí está la buena noticia: existen intervenciones que pueden ayudar a reducir la sensibilidad a la ansiedad, lo que podría tener un gran impacto en mejorar nuestra vida sexual. Investigaciones anteriores, han demostrado que la terapia psicológica especializada en la ansiedad puede ayudar para afrontar este problema. Así que, si te encuentras luchando con la ansiedad y afecta tu vida sexual, estas intervenciones podrían ser el camino hacia una mejora significativa en tu bienestar íntimo.
Referencias: Olthuis, J. V., Connell, E. M., O’Sullivan, L. F., & Byers, E. S. (2023). Does anxiety sensitivity interfere with sexual well-being? Evidence from a community sample. Sexual and Relationship Therapy, 1–17. https://doi.org/10.1080/14681994.2023.2260990