La religión puede servir como motor de comportamientos y actitudes muy diversos, tanto saludables como no saludables. En cuanto a la intimidad, un estudio reciente encontró que el aumento de la religiosidad se asocia con una menor satisfacción sexual entre las parejas comprometidas. Pero hay una excepción importante: las personas religiosas que creen que la relación sexual con su pareja es sagrada tienden a reportar una mayor satisfacción sexual (Leonhardt et al., 2021).
¿A qué se debe esto? Los autores de la investigación postulan que las personas que recibieron mensajes religiosos sobre cómo la sexualidad está conectada con el pecado original (una barrera que superar, una llaga abierta que rascar o una depravación natural del cuerpo humano) la religión podría no ser la fuerza más positiva en su relación sexual.
Alternativamente, si las personas recibieron mensajes religiosos sobre cómo la sexualidad es sagrada, establecida por ser cocreadores con Dios y diseñada para ayudar a las parejas a vincularse, experimentar placer y mejorar su compromiso mutuo, la religión podría ser una fuerza positiva en sus relaciones.
Qué metodología usaron
El equipo encuestó a 1695 personas sexualmente activas reclutadas del Mechanical Turk de Amazon y a 481 parejas (que habían estado en una relación comprometida durante al menos dos años) reclutadas de la firma de marketing Bovitz Inc. Los participantes completaron medidas de religiosidad, inhibición sexual, santificación sexual y satisfacción sexual.
Qué encontraron
En primer lugar, la religión tiene el potencial de ser una fuerza positiva o negativa en una relación sexual. Aquellos que ven la relación sexual como santificada o santa, reportaron tener una mejor satisfacción sexual. Pero si la religión no estaba relacionada con que las parejas vean el sexo como algo santificado, ser más religioso estaba relacionado con menor satisfacción sexual.
Después de controlar factores como la edad, la duración de la relación, la raza, el estado civil, la orientación sexual, la educación y los ingresos, los investigadores encontraron que aquellos que obtuvieron una puntuación alta en santificación sexual estuvieron de acuerdo con afirmaciones como “el vínculo sexual que tengo con mi pareja es sagrado para mí” y “nuestra relación sexual nos conecta con algo más grande que nosotros mismos”.
Los investigadores también encontraron que la religiosidad de los hombres predijo la santificación sexual de su pareja femenina, pero la religiosidad de las mujeres no predijo la santificación sexual de su pareja masculina. La religiosidad de los hombres condujo a una mayor santificación sexual tanto para él como para su pareja.
El aumento de la inhibición sexual se asoció con una reducción de la satisfacción sexual. Sorprendentemente, sin embargo, sentirse reacio a actuar sobre impulsos sexuales y dudar en participar en oportunidades sexuales no pareció mediar en la relación entre la religiosidad y la satisfacción sexual.
Como limitación, señalaron que su estudio no fue representativo en un punto de tiempo, por lo que sería útil ver cómo estos hallazgos se mantienen con el tiempo en una muestra representativa.
Referencia bibliográfica: Leonhardt, N. D., Busby, D. M., Hanna-Walker, V. R., & Leavitt, C. E. (2021). Sanctification or inhibition? Religious dualities and sexual satisfaction. Journal of Family Psychology: JFP: Journal of the Division of Family Psychology of the American Psychological Association , 35(4), 433-444. https://doi.org/10.1037/fam0000796
Fuente: Psypost