Establecer la responsabilidad de una persona respecto de la comisión de un ilícito es fundamental para determinar si será pasible o no de una sanción y, en su caso, para definir la dureza de su aplicación. Escáneres cerebrales en criminales psicópatas mostraron que ellos presentaban un fuerte enfoque en la recompensa y carencia de autocontrol. Esta combinación parece estar vinculada a la comisión de delitos, sostienen investigadores de Nijmegen, en un artículo en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience.
Un equipo de investigadores del Donders Institute y del Departamento de Psiquiatría de Radboudumc querían saber si el modo en que funciona el cerebro psicópata es visiblemente diferente del modo en que funciona el cerebro de alguien que no lo es. Y también si existen diferencias entre los cerebros de psicópatas criminales y no criminales.
Para el estudio, se realizaron tests en 14 individuos psicópatas convictos, y 20 individuos no-criminales, la mitad de las cuales tuvo un puntaje alto en la escala de psicopatía. Los participantes realizaron tests mientras su actividad cerebral se medía en un escáner de IRM.
“Vimos que los centros de recompensas en los cerebros de las personas con muchos rasgos psicópatas (criminales y no-criminales) estaban activados más fuertemente que los de las personas sin rasgos psicópatas. Ya se ha demostrado que los cerebros de individuos no-criminales con rasgos psicópatas son estimulados por la expectativa de recompensa. Esta investigación muestra que ese también es el caso para individuos criminales con rasgos psicópatas,” dijo Dirk Geurts, investigador del Departamento de Psiquiatría en Radboudumc.
La tendencia a cometer delitos surge de LA combinación de un fuerte enfoque en la recompensa y una carencia de autocontrol
Geurts a la vez destaca un dato de relevancia: “Hay una diferencia en la comunicación entre el centro de recompensa y un área en el medio del prosencéfalo. La buena comunicación entre estas áreas parecería ser una condición para el autocontrol. Nuestros resultados parecen indicar que la tendencia a cometer delitos surge de la combinación de un fuerte enfoque en la recompensa y una carencia de autocontrol.” Y agrega que “este es el primer proyecto de investigación en el cual criminales convictos fueron examinados realmente.”
Al igual que con cualquier otra forma de conducta, el comportamiento psicopático tiene una base neurobiológica y diversos elementos, como la falta de empatía y de involucramiento emocional, la impulsividad y un comportamiento seriamente antisocial y egocéntrico.
Robbert-Jan Verkes, profesor de Psiquiatría y coordinador del estudio dijo: “Especialmente los últimos rasgos de carácter parecen estar conectados con un centro de recompensa excesivamente sensible. La presencia de estos rasgos impulsivos y antisociales predicen el comportamiento criminal más precisamente que la falta de empatía. La próxima pregunta relevante sería: ¿qué causa estas anomalías cerebrales? Probablemente es en parte hereditario, pero el abuso y estrés severo durante los años formativos también juegan un rol significante. Estudios posteriores proveerán más información.”
¿Escáneres cerebrales en tribunales?
Si el cerebro juega un rol tan importante, ¿hasta qué punto puede ser sancionada una persona por sus crímenes? ¿Veremos en un futuro escáneres cerebrales en tribunales?
Por ahora, aclara Verkes, “estos hallazgos son sólo importantes a nivel de grupo ya que refieren a variaciones dentro del rango de resultados normales. Por supuesto que si podemos refinar estos y otros tipos de exámenes, bien podríamos ver escáneres cerebrales siendo usados en exámenes para la disminución de responsabilidad en psiquiatría forense en el futuro.”
Y no sería la primera vez que los escáneres se pongan al servicio de la justicia. En un artículo anterior te contamos que, según una investigación, las IRMf son 99% precisas en identificar cuándo una persona está mintiendo en las respuestas a las preguntas, razón por la cual son utilizadas en algunos tribunales internacionales al momento de evaluar la veracidad de las declaraciones testimoniales.
Fuente: Psypost