Fue en el año 1776 cuando se produjo la primer asistencia médica a la procreación, el primer “embarazo con ayuda” del que se posee registro sucedió en Londres. El cirujano John Hunter tomó con una jeringa el semen de un hombre con hipospadia y lo depositó en la vagina de su esposa, obteniendo un embarazo. En 1978, Patrick Steptoe, ginecólogo inglés y el fisiólogo de igual nacionalidad Robert G. Edwards, luego de incansables estudios y numerosos fracasos dieron a conocer a la primera niña nacida a través de la medicina reproductiva: Louise Brown, quien fue mundialmente reconocida como la primera bebé de probeta de la historia de la humanidad. Louise nació el 25 de julio de 1978, pesó 2700 gramos y las crónicas de la época la describían como “una niña saludable y regordeta”. Su nacimiento fue el puntapié inicial para innumerables mejoras en las técnicas utilizadas originalmente, lo que mejoró las tasas de éxito de cada intento. En Argentina, el primer nacimiento de un bebé concebido in vitro se produjo en 1986 de la mano de un equipo encabezado por el prestigioso médico Roberto Nicholson. La investigación no se detiene y cada día aparecen nuevas y mejores posibilidades.
Diagnóstico médico
La organización Mundial de la Salud (OMS) describe a la infertilidad como una enfermedad del sistema reproductivo definida como la incapacidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones sexuales no protegidas.
Es tipificada como una enfermedad, pues conlleva gran cantidad de efectos tanto en la salud física como mental, emocional, psicológica, social y hasta religiosa en las parejas que la sufren. Es una causa muy importante de depresión, tanto que las consecuencias sociales, psicológicas y culturales de la infertilidad han sido catalogadas en 6 niveles de gravedad, que van desde sentimientos de culpa, miedo y depresión, hasta la pérdida de dignidad y muerte por violencia y suicidio.
La incidencia de esta enfermedad es de aproximadamente una de cada seis mujeres en edad reproductiva, esto equivale a decir aproximadamente 80 millones en el mundo, de las cuales 13.840.000 corresponden a América Latina.
Existen múltiples causas de infertilidad, tanto femeninas como masculinas. Las mismas se desarrollan a continuación según el grado de incidencia en la infertilidad, siendo mayores las primeras causas y menores las últimas.
Factores femeninos:
- Factor ovárico: problemas o desórdenes ovulatorios.
- Endometriosis: aparición y crecimiento de tejido endometrial fuera del útero, en la cavidad pélvica ó en los ovarios.
- Factor tuboperitoneal: Obstrucción parcial o total de las trompas de falopio o adherencias periováricas.
- Factor uterino: Anomalías en la anatomía uterina como útero didelfo, bicorne o septo.
- Factor cervical: estenosis, agenesia, duplicación ó inflamación del cuello del útero.
Factores masculinos:
- Causas genéticas: síndrome de Klinefelter, microdeleciones del cromosoma x, mutaciones del gen de la fibrosis quística.
- Causas pretesticulares: alteraciones a nivel hipotálamo/ hipófisis.
- Causas testiculares: afectan directamente a la gónada (agenesias, criptozoospermias, orquitis, varicocele).
- Causas postesticulares: patologías que comprometen o imposibilitan un correcto eyaculado (vasectomía / eyaculación retrógrada)
- Anomalías seminales: aneyaculación, azoospermia baja, normal o elevada, oligoespermia, astenozoospermia y teratozoospermia.
Esterilidad sin causa aparente
Se diagnostica cuando luego de un estudio exhaustivo y tras 12 meses de relaciones sexuales sin protección no se encuentran causas que expliquen la ausencia de embarazo.
Tratamientos de reproducción asistida
Han pasado solo 31 años de los primeros logros en materia de reproducción asistida (RA), pero la ciencia ha crecido, particularmente en la última década y se ha especializado logrando dar muy buenas tasas de embarazo. Las últimas estadísticas publicadas manifiestan que en América Latina han nacido 65.000 niños por tratamientos de fertilidad (2007 a 2017).
La técnicas (TRHA) varían según diagnóstico y especificidad de cada caso, se conocen así los tratamientos de baja complejidad tales como el coito programado, las estimulaciones ováricas y las Inseminaciones Artificiales (IA) y los tratamientos de alta complejidad, que comprenden la fertilización in vitro (FIV) y la inyección intracitoplasmática (ICSI). Dependiendo del tipo de diagnóstico los procedimientos serán realizados con gametas propias (óvulos y espermatozoides de la pareja) o con gametas donadas (ovodonación y/o semen de banco). Además existe otra alternativa a la concepción que es la Gestación por Sustitución cuando el diagnóstico determina que la mujer no puede llevar un embarazo en su útero.
Es tipificada como una enfermedad, pues conlleva gran cantidad de efectos tanto en la salud física como mental, emocional, psicológica, social y hasta religiosa en las parejas que la sufren
Cada uno de estos tratamientos y las condiciones en las que se suscitan, traen aparejadas multiplicidad de conflictos bioéticos, morales y personales en términos de la nueva vida que se gesta y su posicionamiento dentro del entramado familiar, como así también dudas en cuanto a la transmisión de los orígenes y la sanción social, entre otras.
Marco legal en Latinoamérica y su influencia en el aumento de casos en Argentina
Este ámbito se ha vuelto relevante a nivel social por las necesidades de personas y parejas de acceder a la maternidad y/o paternidad. Además se ha visto impulsado a raíz de una serie de leyes de ampliación de derechos promulgadas en los últimos años en Argentina que impactan de diferentes maneras en el ámbito de las TRHA.
Entre ellas, las específicas de este espacio son:
- La ley Nº 26.618, 2010 de matrimonio igualitario.
- La ley Nº 26.743, 2012 de identidad de género.
- La ley N° 26.862, 2013 de cobertura en tratamientos de fertilización asistida y finalmente, la reciente modificación del Código Civil.
Dichas leyes, especialmente la Nº 26.862, establecen que cada pareja que posea un diagnóstico de infertilidad tiene derecho a cuatro tratamientos de baja complejidad y tres de alta complejidad de manera completamente gratuita, incluídos sus medicamentos y estudios diagnósticos básicos.
Argentina posee la legislación más amplia en cuanto a derechos reproductivos y ha sido la primera en latinoamérica en garantizar el acceso gratuito a las TRHA, provocando un incremento sostenido en la demanda de tratamientos de baja y alta complejidad tanto en entidades públicas como privadas.
En otros países como Uruguay se ha creado un proyecto de ley para que sus ciudadanos tengan derecho a la RA, obteniendo subsidio únicamente para el primer tratamiento de cada pareja.
Por su parte en Chile los centros de fertilidad cuentan con la más alta tecnología para las técnicas, como así también una ley que las regula, pero los tratamientos deben ser costeados económicamente por cada usuario.
Lamentablemente aún existe un vacío legal en cuanto a la regulación de la práctica en muchas regiones de latinoamérica, por ejemplo en México, en donde las instituciones que implementan las TRHA se valen de una ley más general de salud para avalar su práctica pero se encuentran muy restringidas. Por otra parte en Costa Rica el pasado 2016 se restableció la aplicación de la RA, que estaba prohibida desde el año 2000, por la intervención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Hay un gran trabajo por hacer en esta materia, en pos de que muchas más parejas puedan acceder a tiempo a las TRHA como un derecho en todo el territorio latinoamericano.
Psicología de la infertilidad y medicina reproductiva
La psicología de la infertilidad y su relación con las TRHA también es reciente. Karl Menninger en 1943 hablaba de la infertilidad como un “conflicto psíquico navegando bajo bandera ginecológica”. Inicialmente se concebían los aspectos psicosociales desde un modelo psicógenico y luego, al igual que el avance de lo psicología per se, se comenzó a estudiar y comprender desde un modelo de secuelas psicológicas hasta llegar a estudios e investigaciones que permitieron arribar a tratamientos basados en la evidencia, que son los que se utilizan actualmente.
Aspectos psicosociales
Impacto en las emociones
Cuando una pareja llega a la consulta con un especialista en infertilidad, lo hace con cierto grado de frustración, pues han pasado varios meses de intentar y no lograr el embarazo.
El deseo de ser padres suele ser intenso, aunque no siempre de igual manera en ambos miembros de la pareja. Sin embargo se encuentran allí, sentados, esperando obtener rápidamente la información que disipe sus dudas y los lleve como un trampolín al embarazo.
Lamentablemente el camino no es sencillo. Frente al diagnóstico, los pacientes entran en un estado de shock, donde se produce un desequilibrio que implica una crisis a nivel emocional. Las parejas se ven expuestas, ya que su deseo de ser padres se ve frustrado por causas biológicas. Esta crisis trae consigo una serie de emociones y sentimientos:
- Temor a no lograr la paternidad, a no recuperar el control sobre el propio cuerpo.
- Culpa y sensación de responsabilidad muy fuerte hacia el otro miembro de la pareja y familiares por no poder darles el hijo tan esperado.
- Vergüenza por percibirse distintos y sentirse “fallados”.
- Enojo y envidia en cuanto a la identificación con los demás.
- Incertidumbre y dudas por la ausencia de información certera y garantías acerca de cuándo concretarán su sueño de ser padres.
- Soledad, estas parejas generalmente perciben que “solo ellos saben qué se siente” ante la situación que viven frente a la problemática.
- La infertilidad “desempondera”, los pacientes pierden la autoconfianza y ello repercute en su autoestima.
Con el correr de los años el factor “tabú” ha ido disminuyendo y como sociedad hemos evolucionado, aceptando y entendiendo qué es la infertilidad y cómo puede ser tratada. Sin embargo, la herida narcisista existe, vinculada a la femineidad y masculinidad, entendiendo la procreación y el estatuto de “madre” y “padre” como instancias necesarias y suficientes para legitimar sus géneros.
Ruptura de guión
Generalmente las personas que se encuentran frente a un diagnóstico de infertilidad, entre los 35 y los 45 años (a veces antes) imaginaban llegar a ese momento de su vida con una familia e hijos. Cuando ello no ocurre existe lo que los psicólogos cognitivos denominamos: ruptura de guión. Hasta ese momento, los esquemas cognitivos y el sistema de creencias eran funcionales al guión trazado con anterioridad, pero cuando lo que imaginamos no es luego lo que sucede aparece la sensación de insatisfacción, duelo y crisis en cuanto a lo planeado. Hay una confrontación de ideas y pensamientos, los cuales, generalmente suelen verse distorsionados por la frustración que provoca perder el control de lo que sucede.
El deseo de ser padres suele ser intenso, aunque no siempre de igual manera en ambos miembros de la pareja
Por este motivo muchas veces las parejas se vuelven muy rígidas y autodeterminantes en sus pensamientos y tienden a pensamientos del tipo: ya no vale la pena seguir intentando, a lo mejor es un castigo divino, si el destino nos enfrenta a ésto es porque no debemos ser padres.
Tratamiento psicológico
En primer lugar es perentorio comprender que las parejas que recurren a la entrevista psicológica lo hacen para encontrar apoyo y contención, pero no necesariamente poseen un patología determinada. Esto ya implica una modificación en cuanto al encuadre y contacto inicial con la o los pacientes. Cada diagnóstico y enfermedad que prepondera a la infertilidad tiene sus diferencias, sin embargo existen estudios que determinan que tanto la ansiedad, la depresión y el estrés por fertilidad son comunes a gran parte de los diagnósticos, afectando de manera particular el desarrollo y consecución de los tratamientos de reproducción humanamente asistida.
Es importante realizar una primer entrevista semi estructurada que permita recabar datos en términos de anamnesis, tanto de los aspectos psicológicos como de la red social. A su vez evaluar el estado actual de la ansiedad, diferenciando si la misma es producto de la situación actual (ansiedad estado) ó si ya es un patrón más permanente y previo al diagnóstico de infertilidad (ansiedad rasgo). Se sugiere confeccionar el genograma, el cual aportará datos acerca de los antecedentes familiares en relación a la infertilidad y también al sistema de creencias alrededor de la problemática. Lo mismo respecto de indicadores de depresión y/ó estrés y la influencia del ámbito laboral. No pueden dejar de valorarse los hábitos saludables (sueño, actividad física y alimentación), pues estos factores también poseen una incidencia en las bases a partir de las cuales se sostendrá el tratamiento reproductivo en sus diferentes fases.
En las entrevistas preliminares se trabaja fuertemente la psicoeducación e información acerca de los procedimientos y los tiempos acordes a cada parte del proceso del tratamiento reproductivo, que es fundamental para reducir la incertidumbre y prepararse psíquicamente para lo que vendrá.
Se pone especial énfasis en la red de apoyo social, tanto sea de amigos con los cuales compartir su experiencia, como familiares y/o conocidos que hayan atravesado algún proceso similar. Este aspecto colabora mucho en el transcurrir de los tratamientos y calibra la posible aparición de conflictos dentro de la pareja.
Luego de efectuado el diagnóstico inicial se determina si la pareja es destinada a recibir acompañamiento, asesoramiento y tratamiento o si se realizará un seguimiento más espaciado. En muchas ocasiones las parejas o pacientes que requieren un acompañamiento mayor son aquellas en las cuales aparece la ruptura de guión de manera crítica y en la que los pensamientos negativos y/o distorsionados tienen un papel principal en su forma de evaluar esta vivencia.
El acompañamiento proporciona ayuda para gestionar las emociones e ir transitando las esperas, que son muchas, así como aprender a navegar en la ausencia de certezas y la poca capacidad de control
En el trabajo terapéutico se realiza una reestructuración de dichos pensamientos, como así también un reordenamiento en cuanto al malestar subjetivo, a fin de conseguir que puedan tolerar esta experiencia y generar recursos de afrontamiento que les permitan posicionarse de otra manera reajustando los valores, las ideas y las creencias al nuevo escenario personal en el que se encuentran.
El acompañamiento proporciona ayuda para gestionar las emociones e ir transitando las esperas, que son muchas, así como aprender a navegar en la ausencia de certezas y la poca capacidad de control. Muchas veces el desarrollo de grupos de reflexión y apoyo son un complemento muy bueno a las terapias individuales y de pareja, pues otorgan validación a la vivencia personal, ofrecen alivio y diluyen las “etiquetas” o posicionamientos del “Yo soy” por el “Yo tengo”, proporcionando una distancia necesaria con la patología que devuelve la identidad personal. Existen asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales que ofrecen servicios en cuanto a grupos de apoyo y asesoramiento para los pacientes y parejas padecientes: Abrazo por Dar Vida y Concebir, son dos de las más importantes, los cuales poseen gran trayectoria y experiencia en la temática.
Palabras finales
En la actualidad, en Argentina, la reproducción asistida posee un papel preponderante y privilegiado; leyes que avalan, acompañan y aseguran derechos de gratuidad, profesionales especializados y capaces de dar respuesta a las demandas de miles de parejas en la búsqueda de un hijo. Demandas que surgen desde que la primer idea de búsqueda irrumpe en sus pensamientos, atravesando el deseo y llegando a la desesperación. Durante todo este período estas parejas sufren, se frustran, se caen y se vuelven a levantar con una fuerza de voluntad y una entereza admirables. Quizás sea en dicho aspecto en donde radica el secreto: no bajar los brazos, ni claudicar.
“Los hombres encuentran en las mismas crisis la fuerza para su superación(..) El ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos, porque a la vida le basta el espacio de una grieta para renacer” Sábato.E, La Resistencia, Editorial Seix Barral. Buenos Aires (2011)
Para mayor información y consultas visita el grupo especializado de Facebook Psicoterapia y Fertilidad.
Referencias:
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Daniels, K. (2004), Building a Family , Paperback, Nueva Zelanda
Fernández Alvarez, H. (1992) Fundamentos de un Modelo Integrativo en Psicoterapia, Editorial Paidós, Argentina
Gameiro. S, Boivin.J, (2013) THE HISTORY OF PSYCHOLOGY IN INFERTILITY MEDICINE. Infertility in History, Science and Culture University of Edinburgh
Glujovsky, D. (2017) Estadísticas sobre reproducción asistida en todo el mundo