La información divulgada sobre el cambio climático y sus potenciales efectos han llevado a algunas personas a buscar terapia, así como también han provocado preocupación pública en forma de huelgas climáticas globales a gran escala. Sin embargo, un estudio reciente encontró que, en realidad, la preocupación por el clima se asoció con un pequeño aumento en la angustia psicológica, pero con el nivel de satisfacción con la vida un año después. Por lo tanto, podría ser que la preocupación general por el clima pueda afectar el bienestar psicológico, independientemente de si las personas experimentan el cambio climático de primera mano (McBride et al., 2021).
Si la preocupación climática debe entenderse como una anticipación de los efectos futuros del cambio climático, entonces las personas que piensan más en su futuro deberían verse más afectadas, señalan los investigadores. Los pensamientos sobre eventos futuros se debilitan a medida que las personas envejecen, por lo tanto, la conciencia anticipada de los riesgos climáticos podría ser más pronunciada para los adultos más jóvenes frente a los adultos (de más edad).
Qué metodología usaron
El equipo de investigación utilizó datos de la Encuesta de Actitudes y Valores de Nueva Zelanda, una encuesta de panel de probabilidad longitudinal nacional. El estudio actual utilizó datos de Time 9 (2017) y Time 10 (2019), para un total de 14049 participantes de 18 a 98 años.
Los participantes calificaron cuán de acuerdo estaban con la declaración “estoy profundamente preocupado por el cambio climático” como una medida de preocupación climática. También completaron dos medidas de bienestar psicológico, con ítems relacionados con síntomas de depresión, ansiedad y satisfacción con la vida. El género y el nivel socioeconómico (marcadores demográficos con vínculos establecidos con la preocupación ambiental) se incluyeron como covariables.
Qué encontraron
Si bien la preocupación por el clima se asoció con un pequeño aumento residual en la angustia psicológica un año después, no hubo una asociación longitudinal entre la preocupación por el clima y la satisfacción con la vida. Este efecto se mantuvo cuando se tuvo en cuenta el género y el nivel socioeconómico. Tampoco hubo evidencia de que el bienestar psicológico de los adultos más jóvenes (frente a los adultos mayores) se vea afectado en mayor medida por la preocupación climática.
Sin embargo, los participantes más jóvenes exhibieron niveles ligeramente más altos de preocupación climática en promedio. Podría darse el caso de que una mayor orientación hacia el futuro en los adultos más jóvenes genere una mayor preocupación por el clima, lo que a su vez puede contribuir a (pero no magnificar) los efectos negativos sobre el bienestar psicológico.
Respecto de las limitaciones del estudio, los autores señalaron que todos los participantes tenían más de 18 años; estudiar poblaciones más jóvenes sería importante para determinar los efectos moderadores de la edad. Además, la muestra refleja una visión mayoritariamente occidental del cambio climático, con más del 83% de los participantes identificándose como neozelandeses europeos. Por lo tanto, es posible que estos hallazgos no se extiendan a las naciones no occidentales con mayor riesgo climático.
Referencia bibliográfica: McBride, S. E., Hammond, M. D., Sibley, C. G., Milfont, T. L. Longitudinal relations between climate change concern and psychological wellbeing. (2021). Journal of environmental psychology, 78, 101713. https://doi.org/10.1016/j.jenvp.2021.101713
Fuente: Psypost