Las personas heterosexuales involucradas en el poliamor (neologismo para relaciones no-monógamas) son percibidas por la sociedad como menos comprometidas, confiables, menos intimas o menos unidas que las parejas monógamas del mismo sexo. Así se describe en la última edición de la revista científica especializada en sexualidad Sexuality Research and Social Policy.
La investigación también encontró que la sociedad considera que las parejas en relaciones no-monógamas experimentan menos emociones como amor, compasión y menos remordimiento que las parejas monógamas homosexuales y heterosexuales. Ademas las personas en relaciones no-monógamas son juzgadas por experimentar emociones más irreflexivas como la lujuria y el miedo.
El hallazgo se desprende de una evaluación de 585 personas heterosexuales de Croacia, Italia y Portugal que se les presentó cuatro descripciones de parejas románticas:
- “John y Michael están muy comprometidos en una relación romántica no-monógama sexual a largo plazo (es decir, cada pareja puede tener encuentros sexuales con otras personas)”.
- “John y Mary están muy comprometidos en una relación romántica no-monógama sexual a largo plazo (es decir, cada pareja puede tener encuentros sexuales con otras personas)”.
- “John y Michael están muy comprometidos en una relación romántica sexual monógama a largo plazo (es decir, cada pareja no puede tener encuentros sexuales con otras personas)”.
- “John y Mary están altamente comprometidos en un término largo relación romántica sexual monógama (es decir, cada pareja no puede tener encuentros sexuales con otras personas)”.
Después de presentada cada descripción se les pidió que indicarán en qué medida consideraban que ambos compañeros de la pareja experimentaba una de las 12 emociones presentadas dividas en emociones primarias y secundarias:
- Emociones primarias positivas: deseo, placer, lujuria
- Emociones primarias negativas: miedo, dolor, ira
- Emociones secundarias positivas: felicidad, compasión, amor,
- Emociones secundarias negativas: culpa, vergüenza y remordimiento.
Esto reflejaría la percepción de la sociedad que considera que las parejas en relaciones no-monógamas se caracterizan por experimentar menos emociones exclusivamente humanas (culpa, vergüenza y remordimiento) que las parejas monógamas. y que las parejas no-monógamas son principalmente dirigidas por sus emociones primarias e instintivas como la lujuria, deseo, placer).
Esto tiene implicaciones no solo en la percepción de la sociedad sobre un tipo de relación amorosa que las parejas elijan sino que también tiene consecuencias negativas como mayor estigmatización, menos empatía y mayor tolerancia a la violencia hacia las parejas no-monógamas, concluyen los autores.
Referencias del estudio original: Rodrigues, D., Fasoli, F., Huic, A. et al. Sex Res Soc Policy (2018) 15: 504. https://doi.org/10.1007/s13178-017-0290-0
Fuente: Psypost