La neurociencia está de moda. A diario se publican cientos de artículos de nuevas imágenes cerebrales obtenidas a través de máquinas altamente sofisticadas que “explican¨ la conducta, sentimientos y trastornos de las personas. Incluso han surgido ¨nuevas especialidades¨ que profesan mejorar nuestro rendimiento mental, económico y de liderazgo. Solo basta darle una rápida visita a tu librería o kiosco preferido para encontrar títulos del tipo: Neuromarketing, Neurojuegos, Neuroliderazgo, etc, etc, etc.
El problema reside en que la mayoría de los resultados se basan en probabilidades exageradas, principalmente por los medios de comunicación, que no han podido ser replicadas por otras investigaciones, y que no sólo seducen al público en general sino también a muchos estudiantes de psicología que se basan en informaciones neurocientíficas para reforzar sus explicaciones de la conducta humana.
Le otorgaron puntajes más altos a las explicaciones que contenían información neurocientífica superflua
Así lo encontró la investigación realizada por Diego Fernández-Duque y su equipo del MIT. En ella se pidió a docenas de estudiantes de psicología de EE.UU, que evaluaran la calidad de las explicaciones breves de fenómenos psicológicos como reconocimiento facial y estados emocionales. Los estudiantes, sin importar sus habilidades analíticas y creencias filosóficas, le otorgaron puntajes más altos a las explicaciones que contenían información neurocientífica superflua.
Estos hallazgos confirman datos anteriores presentados en el 2008 por investigadores del MIT, que encontraron que las explicaciones psicológicas eran más convincentes cuando contenían información neurocientífica irrelevante. Otros datos han encontrado que incluso las imágenes cerebrales tienen un poderoso efecto sobre las interpretaciones psicológicas. Sin embargo, la investigación de Diego Fernández-Duque no pudo replicar estos últimos datos.
Podríamos pensar que las explicaciones neurocientíficas son más convincentes porque se relacionan de cierta manera con las ciencias duras. Pero al evaluar la calidad de las explicaciones encontramos que los estudiantes no incrementaron los puntajes cuando se añadieron explicaciones provenientes de las matemáticas, genética o física.
Parece que la información neurocientífica tiene características únicas que la hacen especialmente convincente cuando hablamos de los fenómenos psicológicos. Esto se debe a que la mayoría de los estudiantes de psicología apoya la idea del “cerebro como motor de la mente” y por ello le “asignan un rol privilegiado a la neurociencia en la explicación de los fenómenos psicológicos”.
Pero debemos ser cuidadosos, porque hay una marcada tendencia a interpretar los resultados de las activación de las áreas del cerebro como el origen o la causa de la conducta o las emociones, cuando en realidad la neurociencia sólo puede ofrecer correlaciones y no datos concluyentes. A esto le tenemos que sumar que hay ciertas disciplinas que buscan legitimarse a través de los datos neurocientíficos no comprobados, como por ejemplo la Programación Neurolingüística y el Psicoanálisis, explicó el investigador argentino, Ricardo Mir, en una entrevista en al diario La Voz.
Recuerda que la ciencia avanza a paso lento. Intenta siempre ser escéptico cuando leas los datos de las investigaciones. Resalta la probabilidad y busca datos que corroboren lo hallado.
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Fuentes: BPS