Una intervención muy simple podría reducir los niveles de violencia en prisiones de máxima seguridad. Estudios anteriores han encontrado que la exposición a la naturaleza puede reducir la agresividad en adolescentes, pero esta nueva investigación se interesó por conocer cómo afectaría a los reclusos. Si bien no era posible un contacto directo con la naturaleza, se utilizaron videos de la naturaleza en una intervención que dio como resultado una disminución en los niveles de agresión y menor propensión a ser disciplinados. La investigación se presentó en la 124 Convención Anual de la American Psychological Association.
“Necesitamos a la naturaleza para nuestro bienestar físico y psicológico. Aunque el contacto directo con la naturaleza real es más efectivo, estudios han mostrado que la exposición indirecta a la naturaleza puede proveer alivio temporal del estrés psicológico cotidiano”, comenta la Dra. Patricia H. Hasbach, quien presentó la investigación.
Hasbach y sus colegas querían saber si este efecto se veía también en prisiones de máxima seguridad. Estudiaron un bloque de celdas en The Snake River Correctional Institution (Oregon) que albergaba a 48 reclusos. A la mitad se le proveyó videos de la naturaleza para ver durante su horario de recreación puertas adentro (3 o 4 veces por semana durante 1 año). El contenido incluía imágenes de diversos biomas (océanos, bosques, ríos) escenas de acuarios, una chimenea con leña ardiendo, la tierra vista desde el espacio y nubes. A la otra mitad no se le ofreció ver los videos.
Los científicos realizaron encuestas y entrevistas a los prisioneros, las cuales sugirieron que las emociones y conductas negativas (agresión, estrés, irritabilidad, nerviosismo) se vieron reducidas luego de mirar los videos y que dicho efecto duraba por varias horas luego de terminar de ver los videos.
El personal de la prisión también reportó, a través de entrevistas sobre estudios de caso y encuestas escritas, que ver estos videos parecía ser una manera positiva de reducir la conducta violenta.
En el transcurso del año estudiado, los prisioneros que miraban los videos tuvieron menos referencias disciplinarias que aquellos que no los miraron. La intervención ha sido considerada tan exitosa que se está utilizando ahora en otras áreas de la prisión. El personal de la misma también está utilizando los videos como una intervención específica cuando ven que algún recluso muestra signos de que podría estar a punto de ponerse agresivo.
Hasbach dice que observaron una reducción de un 26% en infracciones violentas, lo que equivale a 13 incidentes que no sucedieron.
Los autores esperan que este experimento pueda actuar como modelo para otras prisiones, ayudando así a limitar el estrés, la fatiga mental, la violencia y otras conductas violentas comunes en esta población. Además sería una investigación interesante para replicar en otros países.
Fuente: Science Daily