Steve Jobs (1955-2011) es una de esas personalidades a las que todos admiramos porque han dejado huella en el mundo. Más que aparatos electrónicos, lo que Jobs dejó fueron importantes lecciones de vida: un modelo de coraje, de iniciativa, de creatividad.
“La única forma de hacer un trabajo genial, es amar lo que hacés”.
Más adelante mencionaremos a los líderes de Silicon Valley, y siendo Steve Jobs el más representativo, no estaría de más recordar que aún sin obtener un título de grado, pero dotado de una capacidad emprendedora y visionaria ilimitada, impulsó el cambio en la forma en la que interactuamos los protagonistas del siglo XXI. Un ejemplo a seguir de lo que se puede conseguir si uno sigue sus propios sueños y permanece fiel a sí mismo.
En 1972 Steve Jobs entra en la universidad Reed College de Portland (Oregón) asistiendo a clases tan sólo 6 meses debido al alto costo de sus estudios. En lugar de regresar a casa, continuó asistiendo a clases de caligrafía como oyente (gratuitamente).
Dice Jobs:
“Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios variables entre letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía (…) Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer ordenador Macintosh, todo eso volvió a mí. Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Fue el primer ordenador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquél curso en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni caracteres con espaciado proporcional. (…) Si nunca hubiera decidido dejar los estudios, no habría entrado en esa clase de caligrafía y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que poseen”.
La maravilla de amar lo que hacemos:
En su último libro, Sir Ken Robinson describe a las personas que aman lo que hacen como que están en “su elemento”.
Primordialmente, están haciendo algo para los que tienen un don natural. Podría ser para los negocios, las leyes, la enseñanza, el trabajo social, la música, la carpintería, el deporte… Lo que sea. Pero estar en “tu elemento” es más que hacer las cosas para las que sos bueno. Para estar en “tu elemento”, tenés que amar el trabajo también. Como se suele decir: “Encontrá un trabajo que te guste y nunca más vas a trabajar un día en tu vida”.
La idea de Robinson del “elemento” es similar a la visión del psicólogo Mihály Csíkszentmihályi , quien propuso, en 1975, que “el fluir” es el estado mental operativo en el cual la persona está completamente inmersa en la actividad que está ejecutando. Se caracteriza por un sentimiento de enfocar la energía, de total implicación con la tarea, y de éxito en la realización de la actividad. Esta sensación se experimenta mientras la actividad está en curso.
Para desarrollar la creatividad, un paso esencial sería la búsqueda de “tu elemento” o “tu flujo”; así hallarás tus talentos. Es aquí donde la educación formal, a menudo, se desvía.
“No dejes que el ruido de las opiniones de los demás ahogue tu propia voz interior”.
Ocasionalmente, las escuelas y las familillas pasan por alto la diversidad de talentos o de inteligencias de los alumnos/hijos porque están concentrados generalmente en una visión muy estrecha de la capacidad académica. Esta capacidad académica atiende habitualmente casos que requieren las habilidades de las inteligencias lógico matemática y lingüística. Los alumnos se sientan en sus pupitres escribiendo o haciendo cuentas.
Las áreas ¿importantes? de la escuela son: Matemática, Lengua, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales. Además, hay otras áreas como Artes, Idiomas, Educación Física que, muchas veces llamadas erróneamente materias extracurriculares, son generalmente subestimadas. Por lo tanto, los alumnos que tienen estas otras inteligencias desarrolladas (como la musical, visual espacial, kinestésica) a menudo encuentran que sus talentos particulares no tienen tanta posibilidad de expresión.
Uno de los mitos de la educación estandarizada es que la vida es lineal. Un mensaje que debemos dar a todos los jóvenes es que no lo es.
La maravilla de encontrar “el elemento”:
“El elemento es ese estado en el cual estás horas haciendo una tarea y cuando mirás el reloj no lo podés creer. Te parece que sólo habían pasado cinco minutos”.
Ayudar a nuestros hijos/alumnos a descubrir sus talentos, a encontrar lo que es bueno y les encanta hacer es la mejor manera de aumentar su participación y compromiso en el estudio y trabajo; de este modo, promoveremos un sentimiento de bienestar, de autoestima, de auto-superación, de creatividad y satisfacción con sus vidas. Asimismo, ayudaremos a que encuentren “su elemento” o “su flujo”.
La maravilla del cerebro creativo:
La creatividad no es un talento para unos pocos afortunados. Todos los seres humanos tenemos un cerebro con un inmenso potencial creativo y lo podemos desarrollar en distintos ámbitos, de acuerdo al interés y al esfuerzo que pongamos en ello.
Si bien el tema está en plena investigación, los neurocientíficos parecen compartir la teoría de que el secreto de la creatividad reside en esa desactivación que se produce en el lóbulo del cerebro. Rex Jung, neuropsicólogo de la Universidad de Nuevo México en Albuquerque, Estados Unidos, realizó estudios utilizando Rmf con músicos y sus conclusiones lo hicieron considerar que este fenómeno se daría en cada proceso creativo: desde la música a la ciencia.
¡Eureka! Esta conclusión despertó la pregunta “¿Dónde vive la musa inspiradora?” Los investigadores creen que la desactivación del lóbulo frontal durante el proceso creativo podría ser el motivo por el que algunos artistas creen que su creación es fruto de algo externo, una voz creadora, lo que se conoce como “musa”. Al desactivarse esta área consciente, dicen, el artista podría tener la sensación de que la creación surgió de algo externo a la consciencia.
La maravilla de estar atentos para educar para la creatividad:
Muchas veces los adultos desestimulamos a los jóvenes cuando dicen que quieren dedicarse al teatro, la pintura, el canto, la actuación. Estos mensajes vienen de los padres, amigos o maestros bien intencionados que les dicen que “nunca conseguirás trabajo haciendo tal tarea”. La vida real nos cuenta una historia diferente, y a menudo hay poca relación entre lo que se estudia en la escuela y lo que la gente hace el resto de sus vidas.
Es posible imaginar, por ejemplo, que los ingenieros, matemáticos y científicos dominan la innovación de estrategias de liderazgo de las empresas de Silicon Valley. Pues, no lo hacen. Una encuesta a más de 650 directores generales y jefes de ingeniería reveló que sólo el 90% tenía un título universitario. De ellos, sólo 4 de 10 tenían títulos en ingeniería o matemáticas. El otro 60% tenían grados en los negocios, las artes o las humanidades. Valen, pues, más en este sentido (el liderazgo en empresas innovadoras) las habilidades creativas, emocionales y motivadoras que las tecnicaturas, títulos universitarios, posgrados… es decir, las “materias extracurriculares”.
La maravilla de la Creatividad, el Liderazgo y la Plenitud…
Quizá lo que habría que hacer para alcanzar nuestro elemento, nuestro fluir y nuestro máximo potencial creativo, el liderazgo positivo y la plenitud de nuestras vidas hacia la trascendencia como verdaderamente seres humanos sea hacer lo que hacía Steve Jobs: pensar de una manera diferente.
Autor: Prof. Nse. Alejandra del Fabro, Oradora en Asociación Educar, reconocida plataforma online dedicada a la educación científica.
Fuentes:
- Finding Your Element – Sir Ken Robinson, Penguin Books Ltd. (2010).
- Fluir – La psicología de la experiencia óptima – Kairos (1998).
- Steve Jobs – El Hombre que pensaba diferente, Karen Blumenthal, Aguilar (2012).
- BBC Word – El misterio de la creatividad en clave rap (Artículo, Sección Ciencia, Viernes, 16 de noviembre de 2012).
Imagen: Techpinions