Fascinante artículo de Gisele Sousa Dias para Infobae que nos relata el arduo trabajo que hace Silvia Bentolila, como médica psiquiatra en el cuerpo de primeros auxilios psicológicos:
Hay algo que tiene Silvia y que comparte con médicos, bomberos, periodistas y todo aquel que trabaje con lo que ella llama “el sufrimiento humano”: son pocos los casos que la han hecho llorar. “Por eso los recuerdo perfectamente. Uno que me impactó mucho fue una vez que un tren arrolló a un colectivo en el que iba una mujer con sus tres hijos, uno de ellos era bebé. Cuando la estaban asistiendo dijo: ‘si mi bebé murió no quiero que me salven’. Y el bebé había muerto”. Su trabajo fue acompañar a las hijas que sí habían sobrevivido para evaluar cuándo había que decírselo.
La razón por la que quienes trabajan con tragedias no se quiebran seguido es que, ante el dolor, activan un mecanismo defensivo llamado “disociación operativa”: desconectan su emoción de lo que están haciendo. “Pero eso no quiere decir que no nos pase nada, al contrario. Y es muy importante que nos ocupemos de nosotros mismos para no sucumbir a la angustia después, cuando llegamos a casa”.