Con mas de 275 millones de personas que lo padecen, los trastornos de ansiedad se han convertido en la condición clínica más prevalente del mundo.
Ha raíz de esto la OMS solicitó una investigación internacional para determinar el estado actual del alcance y aplicación de los tratamientos recomendados para esta problemática. Los resultados fueron publicados en Depression and Anxiety, y el panorama no pinta bien.
La investigación contó con un equipo internacional de investigadores que evaluaron a más de 51,000 personas de 21 países. A todos les preguntaron si habían recibido durante el último año algún tipo de tratamiento profesional cuando tuvieron algún problema emocional, de nervios, salud mental, uso de alcohol o drogas. El tratamiento profesional fue catalogado en tres categorías:
- Especialista en el tratamiento de la salud mental (psiquiatra , psicólogo y otros profesionales de la salud mental como trabajadores sociales).
- Tratamiento médico general (médico de atención primaria u otro profesional de la salud).
-
Medicina alternativa (cualquier otro tipo de sanador, como quiroprácticos, grupos de autoayuda, etc.).
Debido a que todos los países no contaban con información clínica precisa que permitiera determinar qué tipo de terapia habían recibido los participantes, los investigadores optaron por definir el tratamiento adecuado como: 1 mes de tratamiento psicofarmacológico más cuatro visitas al psiquiatra u 8 visitas al psicólogo o un profesional de salud mental. Una definición que cuestionable pero que permite tener una idea aproximada del tratamiento.
Sólo el 10% había recibido el tratamiento adecuado. Este porcentaje es aun más bajo en los países con menores ingresos económicos
Los datos reportaron que el 27,6% de los participantes cumplía con los criterios diagnósticos del DSM-IV (se utilizaron estos criterios porque la investigación inició antes de la publicación de la nueva versión del DSM.), y que sólo el 10% había recibido el tratamiento adecuado. Este porcentaje es aun más bajo en los países con menores ingresos económicos.
Los autores sostienen que la brecha hacia el acceso de tratamientos recomendados puede deberse a una combinación de factores como: (1) baja percepción de tratamiento de la población y (2) alta variación de la calidad de los tratamientos, según el país evaluado.Lo cual pone en evidencia la necesidad de que los proveedores de salud mental sigan las guías clínicas basadas en evidencia para el tratamiento para los trastornos de ansiedad. Especialmente en regiones como en Latinoamérica donde los profesionales de la salud tienen la opción de elegir cualquier tipo de tratamiento que consideren necesario, sin que sea necesario tomar en cuenta si este cumple o no con la evidencia necesaria.
Referencia del estudio original: Alonso, J., Liu, Z., Evans-Lacko, S., Sadikova, E., Sampson, N., Chatterji, S., … WHO World Mental Health Survey Collaborators. (2018). Treatment gap for anxiety disorders is global: Results of the World Mental Health Surveys in 21 countries. Depression and Anxiety, 35(3), 195–208. https://doi.org/10.1002/da.22711
Fuente: La Vanguardia