Parte de mi trabajo como psicólogo es ayudar a los niños con problemas de conducta a lidiar con sus emociones y aprender a regular sus comportamientos. No es un trabajo fácil. A veces se pueden prevenir los disparadores de las rabietas y el día pasa sin complicaciones y de mil maravillas. Pero hay otros días en que mi trabajo se parece más al de un bombero intentando apagar incendios sin cesar, ya que las rabietas, gritos y llantos me esperan a cada minuto. Es una labor que exige mucha paciencia, esfuerzo y comprensión.
Las demandas y la complejidad de mi trabajo me han enseñado que debo aprender constantemente nuevos recursos y actividades. No debo concentrarme en discursos, sermones, ni tantas explicaciones –¡jamás funcionan!– Aunque pareciera obvio que hay que evitarlos, lo hacemos constantemente porque ese suele ser el modelo que aprendimos. En lugar de todo eso, debo concentrarme en calmar mi ansiedad por intervenir, escuchar las necesidades del niño y entonces, cuando está listo, ofrecerle alternativas experienciales con explicaciones fáciles y acordes a su edad, que me permitan conectar la parte teórica de lo que estoy haciendo con la parte conductual que el niño tendrá que hacer.
hay otros días en que mi trabajo se parece más al de un bombero intentando apagar incendios
Por eso admiro a las maestras de la escuela donde trabajo, ellas me han enseñado el profundo impacto que puede tener una buena intervención cuando un niño debe afrontar sus emociones. Menciono a los maestros y maestras porque son ellos los que están día a día en el contexto escolar, el ambiente más desafiante para los niños con problemas de desarrollo, de conducta o cognitivos.
Este artículo nace en parte gracias a ellas/os. En la escuela donde trabajo, cada maestra/o debe decorar la puerta de su salón al comenzar el año lectivo. Este año encontré que una de las maestras de quinto grado aprovechó toda la atención que rondaba alrededor de la película “Star Wars: El despertar de la fuerza”, y decoró la puerta con la figura de la princesa Leia y la conocida frase: “Que La Fuerza te Acompañe”.
Esa decoración me recordó una idea que tuve a finales del año pasado, y que había utilizado brevemente con mi sobrino: usar Star Wars como herramienta porque me permitiría establecer un vínculo instantáneo capaz de despertar el interés de los niños. En este momento no hay nada mejor que ser un caballero Jedi en entrenamiento– con los conceptos básicos del Mindfulness y su aplicación en la vida diaria. Pero había encontrado dificultades a la hora de llevar un plan más detallado porque no se me ocurría la manera apropiada de hacerlo. Así que busqué en Internet y para mi sorpresa Psychcentral tenía un fantástico artículo sobre 4 principios de Mindfulness relacionados a la película Star Wars, para niños.
las maestras me han enseñado el profundo impacto que puede tener una buena intervención cuando un niño debe afrontar sus emociones
La saga de Star Wars es mucho más que una simple serie de películas de ciencia ficción. Es una historia basada en la habilidad de concentrarse en el momento presente, de reconocer las emociones, aceptarlas y no actuar reactivamente. Estos son conceptos profundos de Mindfulness, una técnica milenaria basada en las prácticas budistas que ha despertado mucho interés en la comunidad científica, con cientos de investigaciones que han demostrado sus beneficios en la salud de las personas.
Star Wars es mucho más que una simple serie de películas de ciencia ficción
Durante las últimas semanas he usado exitosamente las recomendaciones de Star Wars y quiero compartirlas con ustedes. Las he traducido y adaptado, y además agregué algunos breves fragmentos de mi experiencia profesional. No tienes que seguirlas al pie de la letra, puedes modificarlas según las edades y necesidades de los niños, pero intenta usarlas sólo con niños que han visto y disfrutado las películas. No fuerces los ejercicios con aquellos niños a los que no les interesa la saga.
1. Define la Fuerza
En Star Wars, la Fuerza es la energía que rodea todo lo vivo. Al trabajar con niños podemos explicarles que la Fuerza es el poder que proviene de todas las emociones, ya sea del lado luminoso u oscuro. Desde el amor, la alegría y la sorpresa, hasta la ira, la tristeza y la preocupación. Ninguna emoción es “buena” o “mala”. Son solo mensajeras de la Fuerza.
La Fuerza = El Poder de las Emociones
Cómo hacerlo: Invita al niño a iniciar un entrenamiento Jedi. Su misión será descubrir el mensaje secreto que está enviando la Fuerza a través de sus emociones. Esto le ayudará a prestar atención consciente sobre lo que está sintiendo. Si el niño está enojado, el ejercicio podría ayudarlo a explorar qué fue lo que hizo que se sintiera de esa manera y tal vez se pueda descubrir que hay un pensamiento de preocupación que lo hace sentir enojado.
2. Saluda al lado oscuro
Cuando los niños están ansiosos o estresados, la primera reacción de la mayoría de los adultos es reprender al niño o minimizar sus emociones. Esto sólo logra confundirlos aún más y culpabilizarlos por su experiencia emocional. Al fin de cuentas se les enseña la peligrosa idea de que deben evitar las emociones. Según las investigaciones, la evitación emocional podría provocar problemas de depresión, ansiedad y hasta abuso de sustancias. Cuando decidimos no afrontar nuestras preocupaciones nos convertimos, como Darth Vader, en esclavos de nuestro dolor.
la Fuerza es el poder que proviene de todas las emociones
La alternativa a la evitación es el reconocimiento de nuestras emociones. Es nuestro deber ayudar a los niños a reconocer sus emociones en vez de intentar sofocarlas. A veces es más fácil decirles que no se preocupen y que nada pasará o que su preocupación es una tontería, especialmente cuando son niños propensos a preocuparse y poner a toda la familia de cabeza. Pero es importante que les enseñemos a los niños a reconocer lo que están sintiendo.
Cómo hacerlo: Cuando el niño está preocupado puedes decirle que es un Jedi y que los Jedis son capaces de reconocer la Fuerza (la emoción) cuando la sienten. Ellos pueden observar la emoción y decirle: “Hola miedo, veo que has vuelto. Soy un Jedi y entiendo que estás tratando de decirme algo.” Esto le dará un rol activo al niño a la hora de reconocer sus emociones y los llenará de valentía.
3. Siente el Lado Oscuro
Sentir el Lado Oscuro requiere entrenamiento porque al principio puede provocar emociones displacenteras. Esto significa que se le permitirá al niño sentir físicamente la Fuerza o la preocupación que está fluyendo en su interior. Permitir el malestar lo ayudará a decodificar el mensaje que está transmitiendo la emoción. El miedo, el estrés y la ira activan sensaciones físicas que pueden ser muy incómodas. Por eso en este paso es importante que se hagan ejercicios de visualización que permitan al niño relajarse y calmar las sensaciones de alerta física. Al final del ejercicio el niño podrá pensar con mayor claridad sobre sus preocupaciones y emociones, en vez de actuar reactivamente cuando se disparen sus emociones.
Cómo hacerlo: Obi-Wan le enseñó a Luke a cerrar los ojos y sentir sus emociones.; Yoda dijo: “Permite que la Fuerza fluya a través de ti.” Cuando el niño está ansioso, preocupado o molesto, puedes pedirle que cierre los ojos y preguntarle a dónde está sintiendo la Fuerza (preocupación, ira, etc.) que circula en el interior de su cuerpo. Ahora, pídele que respire profundamente y que se imagine cómo se ve realmente la Fuerza: ¿De qué color es? ¿Qué forma tiene? Una vez que tenga una forma visual, estará listo para exhalar y sacar la Fuerza a través de su respiración. Es importante que se le transmitan al niño mensajes tranquilizadores, pero sin interrumpir el proceso emocional. Puedes decirle: “Estoy aquí contigo, estás seguro mi Joven aprendiz. Esa emoción pasará.”
Cuando decidimos no afrontar nuestras preocupaciones nos convertimos, como Darth Vader, en esclavos de nuestro dolor
4. Guarda el Sable Láser
Nuestras emociones (tanto del lado luminoso como del lado oscuro) crean una experiencia emocional y le dan poder a la Fuerza. Dentro de la experiencia está el mensaje que nos quiere transmitir la Fuerza. El problema es que generalmente no captamos el mensaje porque estamos muy ocupados reaccionando a las emociones. En Star Wars esto se observa cuando Darth Vader intenta provocar las reacciones de ira de Luke y le dice: “¿Así que tienes una hermana gemela? Si tu no te pasas al lado oscuro, entonces tal vez ella lo haga.” Esto despierta la ira de Luke, un Caballero Jedi entrenado en el arte del Mindfulness, que no se detiene para reconocer su ira. En cambio, él reacciona de inmediato y comienza a luchar contra su padre.
El problema es que no captamos el mensaje porque estamos muy ocupados reaccionando a las emociones
Cuando Luke logra recomponer su atención, se da cuenta que su ira le está comunicando que él ama y quiere proteger a su familia, incluido su padre. Entonces Luke decide que la mejor manera de enseñarle esto a su padre es apagando su sable láser, tirándolo y demostrándole su compasión.
Toda esta explicación es para los padres, terapeutas o cuidadores. Para los niños adaptaremos el lenguaje de una manera mucho más sencilla.
Cómo hacerlo: Puedes enseñarle al niño a prestar atención al mensaje que están intentando transmitir sus emociones. los jedis lo pueden lograr prestando atención plena a sus emociones. Esto significa estar atentos al propósito de su emoción y reconocerla sin reaccionar. Una vez que se ha identificado el mensaje, entonces se podrá tomar una decisión más racional sobre cómo actuar ante esa emoción.
Durante las últimas semanas he usado estas recomendaciones con bastante éxito. Ellas me han permitido concentrarme en darle un espacio al niño para tomarse un tiempo y reflexionar en lo que siente sin necesidad de actuar. Esto es muy importante porque en la escuela se puede sentir la presión de controlar rápidamente al niño para que vuelva al salón y trabaje en las actividades que hay programadas, pero he comprobado que eso sólo empeora las cosas. La utilización de esta técnica también me ha ayudado como profesional, ya que ahora siento que mi propia ansiedad ha disminuido y que puedo ser más eficiente cuando los niños necesitan ayuda.
Espero que estas recomendaciones sean de utilidad tanto para padres, como para maestros y psicólogos. Si desean conocer más sobre el Mindfulness, les recomiendo leer “Tranquilos y atentos como una rana”, un libro con diversos ejercicios, recursos y audios para introducir a los niños y adultos en esta valiosa práctica.