Paula Span describe en The New York Times los hallazgos de investigaciones que permiten predecir, con increíble nivel de precisión, el deterioro cognitivo de las personas con Alzheimer:
Conducta al volante:
El estudio de la Universidad de Washington reclutó a 64 adultos mayores con alzhéimer en fase preclínica, según se determinó por medio de punciones lumbares (los participantes no recibieron los resultados) y 75 cuyo nivel cognitivo se consideró normal.
A lo largo de un año, los investigadores estudiaron el comportamiento de ambos grupos al volante —con qué frecuencia aceleraban o frenaban de manera repentina, si excedían el límite de velocidad o manejaban muy por debajo de él, si hacían movimientos bruscos— y su “perfil de conducción” (cantidad de recorridos, distancia promedio, destinos inusuales, recorridos en la noche). “Solo ahora, porque contamos con esta tecnología, podemos hacer este tipo de investigaciones”, señaló Bayat.
En el estudio se descubrió que el comportamiento al volante y la edad podrían predecir el alzhéimer en fase preclínica un 88 por ciento del tiempo. Es posible que esos hallazgos incentiven reclutamientos para pruebas clínicas y permitan que se pueda hacer algo —como hacer sonar alguna alarma cuando el auto se desvía— a fin de ayudar a que los conductores se mantengan en su camino. En áreas en las que no hay un buen transporte público (la mayoría), eso podría contribuir con la independencia de las personas mayores.
Historial crediticio:
De manera similar, en un estudio en el que se analizan los antecedentes clínicos y los informes crediticios de más de 80.000 beneficiarios de Medicare se demostró que era mucho más probable que las personas mayores que en algún momento eran diagnosticadas con alzhéimer se retrasaran en sus pagos de tarjetas de crédito que quienes pertenecían a una población parecida, pero que nunca recibieron ese diagnóstico. También era más probable que tuvieran evaluaciones crediticias de alto riesgo.
“Nos motivaron las anécdotas en las que las personas descubren la demencia de algún familiar mediante un acontecimiento financiero catastrófico, como el embargo de la casa”, comentó Lauren Nicholas, la autora principal y economista sanitaria en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Colorado. “Esta podría ser una manera de identificar a los pacientes que están en riesgo”.
Los problemas se presentaron antes, cuando omitieron al menos dos pagos consecutivos hasta seis años antes del diagnóstico y obtuvieron un crédito de alto riesgo de incumplimiento dos años y medio antes. Aunque estudios más pequeños ya han señalado la relación entre una mala gestión financiera autonotificada y la demencia, este es el más grande y el primero en usar información financiera verídica, añadió Nicholas.