El primer paso que se toma en análisis conductual aplicado es, precisamente, elegir los comportamientos objetivo. Aquellos que luego evaluaremos, mediremos y cambiaremos. El criterio principal para llevar a cabo dicha elección es que las conductas tengan un impacto en la calidad de vida de la persona, favoreciendo el acceso a nuevos reforzadores y contextos.
La evaluación conductual incluye procedimientos directos e indirectos y tiene el objetivo de identificar y definir conductas específicas a intervenir, pero también de:
- Descubrir variables ambientales que se relacionan al incremento o disminución de dichas conductas
- Dar una idea del contexto y los recursos con los que se cuenta
- Observar contingencias que compiten
- Encontrar factores de generalización y mantenimiento
- Examinar reforzadores y castigos
La información recolectada ayudará al analista de conducta a manipular las variables a beneficio de la persona y a que las intervenciones planeadas tengan una mayor probabilidad de éxito.
Antes de realizar la evaluación
Hay dos preguntas que un analista de conducta debe hacerse:
- ¿Tiene la autoridad, permiso, recursos y habilidades para intervenir? Por ejemplo, si esta en un colectivo (bus) y ve a un padre que trata de manejar a una niña que está mostrando conductas disruptivas, ¿debe el analista hacer un análisis y recomendarle una intervención al padre? La situación sería distinta si se da durante una sesión de entrenamiento en la que el padre ha requerido asistencia de antemano.
- ¿Qué registros o datos existen actualmente que den información sobre lo que se ha hecho en el pasado con respecto a la conducta objetivo? Datos históricos, médicos y educativos.
Métodos de evaluación en análisis conductual aplicado
Como se mencionó antes, en análisis conductual aplicado una evaluación puede incluir métodos directos e indirectos.
Métodos indirectos
Dentro de este grupo clasificamos a los métodos cuyos datos derivan de recolección, reconstrucción y/o escalas subjetivas como entrevistas y cuestionarios. Se puede aplicar a la persona con la que trabajaremos o a individuos que tengan contacto regular con ésta.
Los métodos indirectos se clasifican a su vez en:
- Evaluaciones indirectas cerradas: Se suele utilizar una escala tipo Likert para puntuar una serie de preguntas, lo que resulta en un puntaje total que provee dirección sobre posibles variables controladoras del comportamiento. Sus mayores ventajas son que es fácil de administrar y no requiere mucha habilidad por parte del administrador.
- Evaluaciones indirectas abiertas: Se anima al informante a comentar con libertad. La narrativa del informante suele llevar a preguntas de seguimiento que provean más contexto sobre las posibles variables que controlan el comportamiento. Sus principales ventajas son que se puede obtener información sobre una amplia gama de variables contextuales y la oportunidad de establecer un vínculo con el informante.
La información que provee el cliente al analista conductual
La entrevista conductual suele ser el primer paso para identificar conductas objetivo, que luego se confirmarán o no al realizar la observación directa o en análisis empírico. La entrevista se caracteriza por utilizar preguntas “qué” y “cuándo”, se enfoca en las condiciones ambientales que suceden antes, durante y después del episodio conductual. Como resultado se obtienen hipótesis que guiarán la manipulación experimental para descubrir relaciones funcionales.
Dos preguntas que podemos poner como ejemplo de las entrevistas conductuales son:
- En tus propias palabras, ¿podrías definir las conductas problemáticas que te llevaron a consultar?
- ¿Qué pasa usualmente luego de que “x” conducta ocurre?
La información que proveen las personas significativas
En análisis conductual aplicado, no siempre es posible entrevistar al cliente directamente o se necesita información proveniente de personas que son importantes en la vida de este.
Un problema frecuente en este caso es el uso de palabras vagas, etiquetas o términos que no especifican la conducta a cambiar, además de suponer que los factores causales son intrínsecos al cliente (por ejemplo, “es un perezoso”). Para subsanar este problema, se realizan preguntas estructuradas que ayuden a describir el problema en términos de conductas específicas, condiciones ambientales y eventos asociados con esas conductas.
Ejemplo de preguntas que se podrían realizar para aclarar a qué se refieren con desobediencia o inmadurez son:
- ¿Qué hace la niña que le lleva a decir que su conducta es inmadura o desobediente?
- ¿Durante qué parte del día la niña parece ser más inmadura o desobediente?
- ¿Cómo responde usted o sus familiares cuando la niña exhibe esos comportamientos?
Listas de chequeo y escalas
Se pueden utilizar solas o en combinación con la entrevista. Las listas de chequeo consisten en descripciones de conductas específicas y las condiciones bajo las que ocurre cada una. Se pueden crear listas de chequeo específicas para conductas o habilidades particulares.
Una escala, que cuenta con sistema Likert de puntuación, intenta obtener más precisión a la hora de describir y cuantificar la conducta objetivo. Por ejemplo, el Functional Assessment Checklist for Teachers and Staff que se utiliza en el ámbito escolar. El problema con el uso de escalas ordinales es que hay interpretación de datos, detalle que se debe tener muy presente.
Métodos directos
Se denominan así porque proveen información medible y validada de la conducta del cliente. Algunos tipos de evaluaciones directas son:
- Tests estandarizados: Cada vez que se administra, se realizan las mismas preguntas y tareas utilizando procedimientos especificados y los criterios de puntuación siempre son los mismos. Algunos cuentan con puntajes normalizados. La mayoría de estos tests no pueden indicar conductas objetivo y por eso no suelen ser útiles en la evaluación conductual. Por último, es probable que para administrar ciertas clases de tests debas tener una profesión específica (por ejemplo, ser psicóloga).
- Evaluación basada en criterios: Se mide el desempeño de un niño o niña en hitos del desarrollo comúnmente aceptados.
- Evaluación basada en currículo: Los datos se obtienen a través del desempeño diario o semanal de un estudiante en respuesta a lecciones planificadas.
- Observación directa: Se realizan en el ambiente natural del cliente y son muy útiles para evaluar o determinar conductas objetivo. La calidad de dichas observaciones aumenta al incluir una amplia gama de personas, ambientes y conductas. El registro ABC es un ejemplo de esta categoría, donde se lleva cuenta de todas las conductas de interés que ocurren en determinado espacio de tiempo, junto con los antecedentes y las consecuencias que les acompañan.
La evaluación ecológica
Dada la complejidad de la interrelación entre el ambiente y la conducta, en este tipo de evaluación se recoge mucha información sobre una persona: datos fisiológicos, físicos, ambientales, de interacción con otros, historia de reforzamiento, etc. Aunque se recogen muchos datos, el objetivo principal es identificar los principales problemas conductuales. Este tipo de evaluación suele ser costosa en términos de tiempo y podría suponer algunos problemas éticos y legales en relación a la confidencialidad.
¿Qué es la reactividad en análisis conductual aplicado?
Se refiere al efecto que tiene la misma evaluación en la conducta que se está evaluando. Según algunos estudios, la presencia de un observador puede influir en la conducta del sujeto (White, 1977, Mercatoris & Craighead, 1974). Otra forma de observación que afecta la conducta bajo observación es el automonitoreo. Sin embargo, se cree que los efectos de la reactividad son temporales. Para subsanar este problema, los analistas conductuales suelen elegir el método de observación menos intrusivo posible, tener en cuenta posibles efectos de reactividad y repetir la observación hasta que la reactividad baje.
Fuente: Cooper, J. O., Heron, T. E., & Heward, W. L. (2019). Applied Behavior Analysis (3rd Edition).