Los niños y adolescentes que son discriminados por su raza o etnia tienen mayor riesgo de sufrir problemas de conducta, baja autoestima, depresión y tienen mas probabilidades de involucrarse en conductas sexuales de riesgo y abuso de sustancias.
Según el estudio, los niños son muy conscientes desde el nivel preescolar del trato que reciben a causa de su color de piel. A los 10 años comprenden las acciones discriminatorias abiertas o encubiertas en su contra. Y en la adolescencia entienden las nociones abstractas del racismo y los privilegios que tienen otras personas por el simple hecho de tener la piel más clara.
La evidencia fue presentada en American Psychologist y se fundamenta en 44 tipos diferentes de discriminación percibida y reportada por más de 91 mil adolescentes. Este es uno de los pocos estudios que se ha enfocado en los efectos de la discriminación racial en la población ifanto-juvenil.
En la investigación los autores explican que los adolescentes son especialmente vulnerables a los efectos a largo plazo de la discriminación racial porque todavía no cuentan con las capacidades cognitivas y de afrontamiento necesarias para hacerle frente a la discriminación social.
Tenemos que proteger a los niños y ofrecerle un mundo justo con oportunidades abiertas que no dependan del color de piel. El efecto del racismo va más allá que del fenómeno social-económico y atenta contra la salud de todas las personas, especialmente la de los niños y adolescentes.
Referencia del estudio original: Benner et al. (2018). Racial/Ethinic discrimination and well-being during adolescence: A meta-analytic review. American Psychologist 73(7), 855-883. http://dx.doi.org/10.1037/amp0000204
Fuente: Mad in America