Algunos estudios, publicados en Octubre de este año, exploraron los componentes neurológicos de los trastornos alimentarios, revelando evidencia de que los mecanismos biológicos del cerebro podrían contribuir a desafíos significativos en materia de salud pública (obesidad, diabetes, atracones y al atractivo de las comidas con alto contenido calórico).
Los descubrimientos fueron presentados en Neuroscience 2012, la reunión anual de la Sociedad de Neurociencias y la fuente más grande del mundo de noticias emergentes sobre ciencia cerebral y salud.
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Últimamente, los científicos han estado buscando nuevas formas de tratar trastornos relacionados con la dieta mientras se aumenta la conciencia sobre el efecto de la dieta y la obesidad tanto en la salud mental como en la física.
Los resultados de este estudio muestran que:
- Ser obeso parece afectar a la función cognitiva, requiriendose más esfuerzo para completar tareas complejas que envuelven la toma de decisiones (Dr. Timothy Verstynen, Resumen 802.20).
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- Las imágenes cerebrales sugieren que cuando las personas se saltan el desayuno, la parte del cerebro que busca placer se activa al ver alimentos con gran contenido calórico. Saltarse el desayuno también parece incrementar el consumo de comida en el almuerzo, posiblemente poniendo en duda el uso del ayuno como acercamiento al control de la dieta (Dr. Tony Goldstone, Resumen 798.02)
- Un estudio en ratas sugiere que ellas pueden ser capaces de frenar los atracones con el uso de medicación indicada para mantener a los abusadores de sustancia limpios y sobrios (Dr. Angelo Blasio, Resumen 283.03)
Otros descubrimientos recientes discutidos muestran que:
- En medio de la creciente preocupación de que los trastornos metabólicos relacionados con la dieta (como la diabetes) perjudican a las funciones cerebrales, un estudio en animales reporta que una dieta alta en azúcar puede afectar a los receptores de insulina en el cerebro y embotar el aprendizaje espacial y las habilidades de memoria. Pero los suplementos de omega-3 pueden, al menos parcialmente, compensar este efecto (Dr. Rahuel Agrawal, Resumen 726.13).
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Evidencias de un estudio en ratas sugieren que un nuevo componente (en desarrollo) para tratar trastornos compulsivos de la alimentación y la obesidad, puede ser efectivo en bloquear un receptor específico en el cerebro que dispara el deseo por la comida y por comer cuando es activado por “señales relacionadas a alimentos,” como imágenes u olores, independientemente de las necesidades de energía del cuerpo (Dr. Chiara Giuliano, Resumen 362.08).
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“Estos son estudios fascinantes porque muestran que el cerebro es un órgano que se pasa mucho por alto y que es muy significativo en la formación de trastornos alimentarios,” dijo el moderador de las conferencias de prensa, el Dr. Paul Kenny, del Instituto The Scripps Research en Florida, un experto en adicción y obesidad. “ Muchos de estos descubrimientos tienen el potencial de dirigir a nuevas intervenciones que pueden ayudar a reducir los rangos del obeso, ayudando así a aquellos que luchan diariamente con decisiones dietarias, a reafirmar el control sobre lo que comen.”
Fuente: Sciencedaily.com
Imagen: Sonia Blanco en Flickr