Un antidepresivo esta siendo utilizado como tratamiento de primera línea para el dolor neuropático y el dolor crónico. Una reciente investigación nos explica por qué.
La desvenlafaxina es un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina (ISRSN) que se utiliza en casos de depresión mayor en adultos.
Aunque no esta indicada para el dolor neuropático, actualmente las guías consideran que los antidepresivos tricíclicos, los duales y los antiepilépticos gabapentina y pregabalina pueden utilizarse como primera línea de tratamiento. Los fármacos como el tramadol, los apósitos de lidocaína al 5% y los parches de capsaicina al 8% son recién la segunda línea de tratamiento; y finalmente, en una tercera línea, encontraríamos a los opioides potentes.
“La interacción entre el binomio dolor y depresión es muy habitual y representa la complicación psicológica más frecuente en los pacientes con dolor crónico (oscila entre un 16 y 54%)”, escribe Antonio Alcántara Montero, quien llevó a cabo una investigación que resume los datos farmacológicos más importantes de la desvenlafaxina y reunió información bibliográfica sobre su utilización en el dolor neuropático y el crónico.
Según el estudio, la depresión en pacientes con dolor crónico se presenta junto con disminución del umbral doloroso, percepción aumentada del dolor, peor respuesta analgésica y mayor limitación funcional.
Alcántara Montero concluye que, si bien hay escasa evidencia de que dicho antidepresivo sirva para el dolor neuropático, sus características farmacocinéticas lo convierten en un antidepresivo diferente, útil en algunos subgrupos de pacientes con dolor crónico (polimedicados y pacientes con insuficiencia hepática, por ejemplo), en quienes suele presentarse una depresión comórbida.
Fuente: Neurologia