Los efectos de la depresión maternal puede extenderse hasta el desarrollo cognitivo de sus hijos, afectando su inteligencia y habilidades verbales.
Estos resultados provienen de una masiva investigación longitudinal desarrollada en Chile y disponible en Child Development, que evaluó a 900 niños (nacidos entre 1991 y 2007) y sus madres en un intervalo de cinco años hasta que alcanzaron los 16 años de edad. Con estas entrevistas se evaluaba cuan afectiva era la respuesta de la madres hacia sus hijos y si ellas le proveían a sus hijos materiales de aprendizaje apropiados para sus edades.
Las habilidades cognitivas fueron evaluadas a través de tests estandarizados de inteligencia (Mental Development Index cuando tenían 1 año de edad; con el subtest del Wechesler Preschool and Primary Scale of Intelligence a la edad 5 años y medio; y el Wechsler Inteligence Scale for Children, cuando cuando tenían 10 y 16 años). También se evaluaron los síntomas depresivos de las madres con la Escala de Estudios para Depresión del Centro Epidemiológico.
En promedio la inteligencia verbal de todos los niños a la edad de 5 años fue de 7.64 (en una escala de 1 a 19). Pero cuando se volvieron a evaluar se encontró que los niños con madres severamente deprimidas tenían, en promedio, un puntaje de 7.30 en las escalas de inteligencia verbal en comparación con el 7.78 de los niños sin madres deprimidas.
A primera vista pareciera que la diferencia es insignificante, pero los autores explican que en realidad esta diferencia es muy significativa cuando nos referimos a las habilidades verbales y de vocabulario, especialmente cuando hablamos de sus consecuencias a largo plazo.
Los datos también demostraron que las madres con mayores síntomas depresivos le ofrecían menos apoyo emocional y menos material de aprendizaje a sus hijos a través de sus edades, lo que explica el bajo rendimiento en las pruebas de inteligencia verbal.
Con el estudio se detectó que las madres afrontaban muchos estresores en su vida diaria, que contaban con solo nueve años de educación, vivían en hogares muy poblados y que no tenían otro trabajo fuera de su casa, lo que sin duda contribuye a la depresión que experimentaban.
La depresión maternal afecta el desarrollo de sus hijos, no porque se trasmita como una enfermedad contagiosa, sino porque la madre al verse sumergidas en un profundo dolor emocional es incapaz de darle a su hijo toda la estimulación que necesita. Claramente esto podría prevenirse cuando las madres reciben el apoyo necesario de sus familiares y reciben el tratamiento adecuado para la depresión.
Fuente: ScienceDaily
Referencia del estudio:
Sheila Gahagan. Associations Among Mothers’ Depression, Emotional and Learning-Material Support to Their Child, and Children’s Cognitive Functioning: A 16-Year Longitudinal Study. Child Development, 2018; DOI: 10.1111/cdev.13071
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