Existe una relación entre la depresión y el HIV, pero ¿la depresión conduce al VIH o el VIH conduce a la depresión?
La Dra. Jennifer Ahern, profesora de epidemiología de la Universidad de Berkeley, California, sostiene que es probable que el vínculo vaya en ambos sentidos, sin embargo, una nueva investigación de su autoría encontró que la depresión conduciría al HIV, al menos en la población estudiada: adolescentes de sudáfrica.
Este hallazgo es sumamente importante teniendo en cuenta que las jóvenes en Sudáfrica enfrentan una amenaza extraordinaria de VIH: una de cada cuatro habrá contraído el virus en la edad adulta, y la mayoría se infectan por primera vez durante la adolescencia.
La investigación sugiere que las intervenciones dirigidas a mejorar la salud mental entre las adolescentes pueden ayudar a controlar la propagación del VIH en Sudáfrica y en el resto del África subsahariana (Goin et al., 2019).
Como parte del estudio, los investigadores examinaron qué aspectos de la vida social y el comportamiento de las adolescentes podrían explicar el vínculo entre la depresión y la incidencia del VIH.
Descubrieron que las adolescentes que experimentaron síntomas de depresión tenían más probabilidades de informar que no tenían relaciones cercanas con sus padres y, a la vez de informar tener una pareja que la golpearía si ella le pidiera que usara un condón. Estos factores parecían ser parte del camino para contraer el VIH.
“La violencia de la pareja en respuesta a las negociaciones sobre el uso del condón, y la falta de control de los padres, tuvieron la asociación más fuerte con la depresión y el VIH, lo que indica que la mayoría de la relación entre la depresión y el VIH puede verse influenciada por esos factores,” dijo Dana Goin, investigadora postdoctoral en el Departamento de Obstetricia, Ginecología y Ciencias de la Reproducción en la Universidad de California, San Francisco, y autora principal del estudio.
“Los resultados ilustran cuánto de la infección en esta población tiene que ver con factores estructurales,” dijo.
Los investigadores analizaron datos de 2533 mujeres de 13 a 21 años, que viven en la provincia rural de Mpumalanga, Sudáfrica. Cada participante fue examinada para detectar síntomas de depresión al comienzo del estudio y luego se les realizó una prueba de VIH anualmente durante seis años.
Al comienzo del estudio, poco más del 18% tenían depresión, aproximadamente el doble del promedio nacional de Sudáfrica. De las personas con depresión, casi el 11% contrajo el VIH, mientras que solo el 6.5% de las personas sin depresión eventualmente se infectaron.
Si bien investigaciones anteriores han demostrado que la depresión puede conducir a una mayor incidencia de VIH en hombres que tienen sexo con hombres en los Estados Unidos, este estudio es el primero en analizar la asociación entre niñas y mujeres jóvenes en el África subsahariana.
Aunque los residentes de zonas rurales de Sudáfrica tienen acceso limitado a servicios de salud mental, los colaboradores de Ahern y Goin en la Universidad de Oxford en el Reino Unido y en la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica están trabajando actualmente para desarrollar intervenciones basadas en la comunidad que puedan ayudar a identificar y apoyar a las mujeres jóvenes que están luchando con la depresión.
“Cada vez hay más pruebas de que los tratamientos psicológicos comprobados para la depresión, como la activación conductual, pueden ser brindados por consejeros legos y trabajadores de la salud comunitaria, lo que proporciona una forma factible de administrar tratamiento para la depresión en la comunidad,” dijo Alan Stein, profesor de psiquiatría infantil y adolescente en la Universidad de Oxford. “También existe la posibilidad de ofrecer este tipo de tratamientos a través de Internet o teléfonos móviles, con el apoyo de llamadas telefónicas de mentores pares.”
Referencia bibliográfica:
Goin, D. E., Pearson, R. M., Craske, M. G., Stein, A., Pettifor, A., Lippman, S. A., … Ahern, J. (2019). Depression and incident HIV in adolescent girls and young women in HPTN 068: Targets for prevention and mediating factors. American Journal of Epidemiology. https://doi.org/10.1093/aje/kwz238
Fuente: Psychcentral