La evidencia en contra del castigo físico — en todas sus formas, chancletazos, nalgadas, pellizcones, etc — es abrumadora. Cientos de investigaciones han demostrado que los chancletazos son ineficaces como métodos de disciplina, no logran enseñarle al niño un sentido de responsabilidad y de auto-control, incrementan la agresividad de los niños y deterioran su desarrollo cerebral. Nosotros en Psyciencia hemos publicado una síntesis de estas investigaciones y puedes leerla aquí.
En uno de los estudios se encontró que los niños que recibían dos o más nalgadas por mes como métodos “correctivo” eran más agresivos a la edad de tres años y tenían un vocabulario más pobre. Otra investigación también demostró que golpear, gritar o avergonzarlo puede elevar las hormonas del estrés y provocar cambios en las estructuras del cerebro. Por si fuera poco, el estudio también encontró que el abuso verbal severo también se relacionaba con problemas de salud mental cuando los niños eran adolescentes.
Muchos países han adoptado las políticas recomendadas en 1989 por la ONU y la UNICEF para que se prohiba el castigo físico en todas sus formas, pero todavía la mayoría de los países ha dejado la ventana abierta para que los padres puedan utilizarla cuando crean conveniente.
Se encontró que los niños que recibían dos o más nalgadas por mes como métodos “correctivo” eran más agresivos a la edad de tres años y tenían un vocabulario más pobre
Es por ello que la Asociación Americana de Pediatría (AAP) publicó un documento en el que enfatizan la urgente prohibición del castigo físico y llama a los pediatras a que tomen un rol activo en la promoción de programas de entrenamiento parental que nutra a los padres con estrategias más efectivas y apropiadas para manejar la disciplina de los niños.
Las visitas al pediatra forman parte de los chequeos médicos necesarios durante los primeros años de vida, lo que les permite observar de primera mano el desarrollo y bienestar de los niños. Al tomar un rol activo en la promoción de programas de entrenamiento parental los pediatras pueden preguntar qué métodos de disciplina utilizan con los niños y ofrecer alternativas más eficaces y apropiadas, y al mismo tiempo podrán referir a los niños y sus familias a la atención de un psicólogo especialista cuando los problemas de conducta sean más severos.
Todos los profesionales de la salud debemos unirnos para trasmitir un mensaje claro de que el castigo físico no ofrece ningún beneficio para el desarrollo de los niños y que genera a fin de cuenta más problemas de conducta.
Si eres psicólogo y necesitas de un plan especializado para entrenar a los padres y cuidadores recomiendo el programa EmPeCemos de TEA Ediciones, un programa protocolarizado de 12 sesiones que permite enseñarle a los padres estrategias eficaces para intervenir ante los problemas de conducta.
Referencia del estudio original: Effective Discipline to Raise Healthy Children
, , Council on Child Abuse and Neglet, Comitee on Psychosocial Aspects of Child and Family Health.Fuente: AAP