Bullying (en castellano, acoso escolar) se define como el comportamiento agresivo repetido contra una víctima que no puede defenderse fácilmente a sí misma (Olweus, 1991, citado en Salmivalli y Poskiparta, 2012). Es un fenómeno que crece día a día y que parece extenderse a nivel global, sin distinciones culturales. Se presenta tanto en países del primer mundo como del tercero, atravesando a todas las clases sociales.
Las consecuencias del bullying para la víctima pueden llegar a extremos trágicos, como quitarse la vida o tomar venganza contra aquellos a quienes responsabiliza de los ataques. Sin llegar a esos desenlaces, la persona que ha sufrido acoso escolar probablemente quede con secuelas que suelen perdurar en la vida adulta, como pueden ser dificultades para relacionarse con otras personas, depresión, ansiedad, fobias y baja autoestima entre otros trastornos (Sierra, 2012).
Del lado de los victimarios, también nos encontramos con implicancias severas, ya que si la conducta agresiva no se trata en la infancia, corre el peligro de convertirse en habitual y desembocar en violencia doméstica o comportamiento criminal en la edad adulta (O’Moore, 2006, citada en Viscardi, 2011).
Este artículo plantea describir brevemente las características del programa antibullying desarrollado en Finlandia en el año 2006, denominado KiVa, el cual se gestó con el apoyo del Ministerio de Cultura y Educación del mismo país. El mismo viene dando muy buenos resultados, tanto en el país de origen, como en aquellos que lo implementaron.
Tipos de Bullying
Para comprender la complejidad del fenómeno de acoso escolar, es necesario conocer primero los distintos tipos de ataques con los que nos podemos encontrar. Al respecto, los podemos clasificar en:
- Acoso físico: consiste en ataques físicos directos en indirectos, que pueden comenzar como juegos, para luego dar paso a agresiones más evidentes.
- Acoso gestual: se caracteriza por expresiones faciales o gestos que transmiten mensajes de intimidación.
- Aislamiento social: exclusión al niño de su grupo, afectando a su autoestima y autoimagen.
- Amenazas: demanda de dinero o de otros bienes del niño, que en ocasiones lo llevan a robar solo para cumplir con lo que piden sus acosadores.
- Humillación: consistentes en chistes crueles, burlándose de su aspecto físico, algún rasgo de personalidad, características de su familia, cultura, situación económica, etc.
- e- bullying: se da por el uso de la web, ya sea enviando mensajes intimidatorios, haciendo circular rumores o información que avergüence al niño por las redes sociales.
Estas diferenciaciones son solo a modo clasificatorio. Una persona puede sufrir tanto un tipo de acoso, como ser blanco de todos o víctima de alguna combinación de los mismos. Así, por ejemplo, un niño podría verse aislado de sus pares, leer rumores suyos por Facebook fuera del horario escolar, sin que necesariamente lo hayan golpeado o humillado cara a cara nunca.
Características principales del programa KiVa
Como se desprende de los distintos tipos de bullying existentes, una correcta intervención debe ser de corte sistémico. Es decir, debe ocuparse de la mayor cantidad de factores intervinientes en el acoso, de manera de mitigar o eliminar todos aquellos posibles focos de conflicto.
Con el objetivo de capacitar a todos los actores presentes en la vida escolar, el programa cuenta con una gran variedad de material informativo para padres, docentes y auxiliares de las escuelas, con el fin educar acerca de los efectos que posee la intimidación, así como las distintas formas de prevenirlo. Al mismo tiempo, se utiliza material virtual, incluyendo un juego de ordenador, en el que los participantes deben ir ensayando distintas respuestas adaptativas que luego deberán poner en práctica en las interacciones reales del colegio. Dentro de las instituciones educativas, hay personal que posee chalecos con el logo del programa, cuya finalidad es mostrar su presencia en los diferentes espacios educativos, además de estar atentos a cualquier conflicto.
Sin embargo, el carácter distintivo del programa, lo que motivó también la escritura de estas palabras, es el peso central que pone en los pares que presencian las situaciones de abuso. El argumento central de KiVa, sostiene que la forma en que reaccionan los demás niños frente a la intimidación es crucial para mantener o poner fin a la misma. Influir por lo tanto en este contexto social se torna fundamental si se quiere prevenir y reducir el bullying.
https://youtu.be/Rb6klcdFq1E
Testimonio de la efectividad del KiVa como programa de prevención del bullying.
Las ideas del párrafo anterior se pueden desarrollar perfectamente en términos conductuales. En efecto, si sostenemos que una conducta se mantiene por las consecuencias que genera, el hecho de que la persona que acosa reciba aprobación implícita de sus pares (mediante mirar para otro lado, no intervenir) y explícita (sumándose a las burlas y reproduciendo rumores, por ejemplo) genera lo que se denomina refuerzo social en el acosador, provocando no solo que el comportamiento intimidatorio no decrezca, sino que aumente y tal vez se generalice a otras situaciones.
Ahora veamos la situación inversa. Un niño que frente a un ataque a un compañero, no solo no reciba risas o caras de <<yo no me meto a defender>> de parte de los demás alumnos, sino que además choque con una defensa activa de sus compañeros para con la víctima, es menos probable que siga intentando agredir a este o a otros compañeros en el futuro. Entonces, si una conducta se mantiene por las consecuencias que posee, un comportamiento que tenga consecuencias desagradables tenderá a desaparecer o, como se dice en conductismo, se extinguirá.
Para lograr este efecto en el medio social, además de las medidas y materiales anteriormente señalados, se seleccionan aquellos compañeros prosociales que serán los encargados de apoyar a quienes sufren el acoso. El maestro de clase organizará encuentros por separado con estos alumnos, y tendrá la finalidad de capacitarlos en lo que serán las acciones que llevarán a cabo para defender a la víctima. El programa contempla también la interacción entre las víctimas y los agresores. Entre éstos, docentes capacitados organizan reuniones en la escuela en las que se discute sobre la dinámica del bullying.
Comentarios finales
Como se mencionó al comienzo del artículo, el programa KiVa viene dando muy buenos resultados tanto en Finlandia, como en aquellos países que lo han implementado. Entre los efectos producidos, se encuentra la reducción de la intimidación, la persecución y victimización. Las conductas de espectador, el observar sin hacer nada, también se han reducido. Mientras que los comportamientos empáticos y la percepción de eficacia en la defensa de los compañeros, han aumentado. Al mismo tiempo, se incrementó el gusto de los niños por la escuela en un rango mucho mayor que el que incluye a víctimas y agresores. Esto significa que los efectos parecen modificar el medio social a nivel general, lo que genera un clima de menor tensión en las instituciones educativas.
Sin embargo, es necesario poner de manifiesto que puede ser un error importar un programa de este tipo sin tener en cuenta las particularidades culturales del lugar de destino. La implementación de KiVa en este caso, debería estar acompañada de un análisis cuidadoso de las particularidades históricas, culturales y económicas del lugar donde se tiene pensado llevar a cabo. A su vez, es necesario destacar la importancia de que las acciones contra el fenómeno del bullying sean globales, con apoyo de los gobiernos. Un punto que reconocen los investigadores que han estudiado la eficacia del programa, es que probablemente los efectos positivos y la gran masificación que ha tenido el método en Finlandia, se deba a que contó con el apoyo del Ministerio de Cultura y Educación de su país.
Al comienzo del artículo, mencioné algunas consecuencias de no poner un freno a tiempo a las situaciones de abuso tanto para la víctima de bullying como para el acosador. Pues bien, el medio social donde se produce el acoso no es el mismo tampoco luego de ocurrido éste. Ya sea a partir de un comportamiento pasivo, no defendiendo a quien lo necesita, o de explícitas muestras de aprobación frente a las conductas de abuso, los niños que presencian situaciones de bullying también aprenderán las consecuencias de comportarse de una u otra forma en el futuro. El incorporar formas eficaces de contrarrestar el acoso, el ser empático con la víctima y poner un tope a las situaciones abusivas, proporcionará seguramente herramientas eficaces para utilizar en un futuro frente a otro tipo de abusos.
Referencias
Salmivalli, C., Poskiparta, E. (2012). KiVa Antibullying Program: Overview of Evaluation Studies Based on a Randomized Controlled Trial and National Rollout in Finland. International Journal of Conflict and Violence. 6 (2) 294 – 302.
Sierra, P. A. (2012). Factores de vulnerabilidad y riesgo asociados al bullying. CES Psicología, 5(1), 118-125.
Viscardi, N. (2011). Programa contra el acoso escolar en Finlandia: un instrumento de prevención que valora el respeto y la dignidad. Extraído de http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?pid=S1415-69542011000100003&script=sci_arttext&tlng=en