El juego ha sido siempre la mejor forma de ayudar a los niños a aprender el modo en que funciona el mundo. En el caso de las matemáticas, es justamente esta la asignatura que se halla a menudo detrás de los problemas en el rendimiento académico, quizás porque hablamos de una ciencia eminentemente abstracta que en ocasiones toma trabajo a los niños comprender, en especial cuando aún no desarrollan del todo el pensamiento simbólico.
La revista Journal of Experimental Child Psychology sugiere la importancia de que los padres incluyan actividades matemáticas en forma de juego a sus hijos en etapa preescolar, no sólo para ayudarlos a mejorar sus habilidades en esta área sino también para estimular su vocabulario general.
De hecho, los juegos de matemáticas en casa para niños de prekínder podrían ayudar a fortalecer el vocabulario incluso más que la lectura de libros y cuentos, de acuerdo con los investigadores de la Universidad de Purdue.
Amy Napoli, quien co-dirigió el estudio, explica que los beneficios de los juegos de matemáticas sobre el vocabulario de los niños podría deberse al contenido de los diálogos que los padres utilizan para conducir estas actividades. Los padres hablan a sus hijos acerca de valores y comparaciones, lo que ayuda a los niños a mejorar sus habilidades de lenguaje.
“Nunca es demasiado temprano para hablar sobre números y cantidades. Una de las primeras palabras que los niños pequeños aprenden es más” (Dr. David Purpura, universidad de purdue)
Algunas maneras en que los padres pueden implementar la matemática en casa para reforzar el desarrollo académico de sus hijos son:
- Incluir ejercicios en la vida diaria para que los niños cuenten, conecten números y comparen valores.
- Estimular a los niños a establecer relaciones de “más y menos” en situaciones cotidianas. Por ejemplo: “¿Qué fruta compraron más papá y mamá? ¿Manzanas o peras? ¿Las manzanas son más o menos que las peras?”
Para Napoli, cuando los padres comienzan a incluir este tipo de enfoque las cosas mejoran significativamente para sus hijos.
La investigación se realizó con una muestra de 116 niños en edad preescolar (de 3 a 5 años). El equipo evaluó las habilidades matemáticas y de lenguaje de los niños en el otoño y la primavera del año preescolar y también tomó en cuenta lo que sus padres habían informado acerca de las actividades de matemáticas y alfabetización en el hogar.
Los hallazgos finales indican que las familias que se comprometieron a implementar actividades matemáticas en el hogar vieron cómo el rendimiento de los niños mejoró a lo largo del tiempo. Los investigadores advierten que estos resultados solo muestran una correlación y que se necesita un trabajo experimental futuro para evaluar la naturaleza causal de estos hallazgos.
Fuente: Psych Central; Universidad de Purdue