Los efectos del uso de dispositivos tecnológicos en los jóvenes es un tema ampliamente estudiado y debatido. Sin embargo, es posible que las investigaciones se hayan enfocado en aspectos no tan relevantes, como el simple hecho de usar un teléfono inteligente o la mera cantidad de tiempo de uso. Una investigación reciente sugiere que resulta de mayor utilidad explorar los matices del uso de teléfonos inteligentes, es decir cómo usan sus teléfonos los jóvenes, en lugar de enfocarse en el hecho de que usan celulares (Griffioen et al., 2021).
Por qué es importante
La imagen es compleja, dinámica y variable en lo que respecta al uso del teléfono y su impacto. Examinar más detenidamente las diferencias individuales, en lugar de simplemente condenar por completo el uso del teléfono, podría proporcionar información e intervenciones más útiles para los tipos de uso que sí causan daño.
Qué metodología usaron
El objetivo original del estudio era analizar cómo la regulación del estrés afectaba el uso de las redes sociales. Primero, 114 participantes de entre 18 y 25 años completaron las medidas de depresión, ansiedad, regulación emocional, autocompasión y sensibilidad al rechazo. Luego fueron divididos en dos condiciones: una condición de estrés, en la que tenían que hacer una presentación grabada durante cinco minutos, y una condición de control, en la que simplemente vieron y calificaron dos presentaciones.
Posteriormente se les pidió que esperaran en la sala de experimentos durante diez minutos y se les dijo que no se movieran de sus asientos; mientras tanto, y sin que los participantes lo supieran, una cámara registró su actividad, observando de cerca el uso del teléfono. Tras el regreso del investigador, a los participantes se les mostró el video y se les pidió que compartieran sus motivaciones, pensamientos y sentimientos cada vez que iniciaban una nueva actividad en sus teléfonos.
Qué encontraron
Por problemas metodológicos, la manipulación del estrés no pareció funcionar. Sin embargo, los investigadores encontraron resultados interesantes respecto del uso de teléfonos inteligentes en general:
- el uso del teléfono fue generalizado: el 96,5% de los participantes usó su teléfono en algún momento durante los diez minutos,
- el 80% de los cuales comenzó a usar su teléfono tan pronto como el experimentador salió de la habitación;
- poco más del 48% usó su teléfono inteligente durante los diez minutos completos.
Sin embargo, la forma en que los participantes usaron sus teléfonos fue más variada. Algunos usaban principalmente las redes sociales, mientras que otros realizaban compras en línea, leían artículos o jugaban juegos; De manera similar, algunos participantes cambiaron entre aplicaciones solo una vez, mientras que otros cambiaron hasta veintiuna veces.
Solo una cuarta parte de los participantes dijeron que se sentían mal durante una actividad que habían realizado en sus teléfonos, y estos sentimientos negativos normalmente no estaban relacionados con las interacciones sociales: por ejemplo, algunos participantes informaron sentirse aburridos en general, mientras que uno informó sentirse mal después de encontrar que su club de fútbol había perdido. Si bien algunos informaron sentirse mal por lo que alguien más les había publicado o enviado, estas experiencias fueron minoritarias. Casi el 94% de los participantes también informaron tener sentimientos positivos mientras usaban su teléfono: reírse de una publicación divertida, sentir curiosidad por algo o simplemente disfrutar mirando sus feeds. Las aplicaciones de mensajería se asociaron con el nivel más alto de sentimiento positivo.
El equipo también analizó el uso activo frente al pasivo de los teléfonos. Si bien algunos participantes tomaron la decisión consciente de no usar su teléfono inteligente, el uso pasivo del teléfono se asoció más estrechamente con las redes sociales, con las que los participantes se involucraron en gran medida por hábito o aburrimiento. Sin embargo, no hubo mucha evidencia de que los sentimientos de los participantes fueran diferentes durante el uso pasivo frente al activo.
Con actividades telefónicas tan dispares establecidas, el equipo se centró en los síntomas de salud mental medidos al comienzo del estudio. Los adultos con altos niveles de síntomas de depresión informaron menos sentimientos positivos asociados con el uso de las redes sociales y, en particular, con el uso pasivo de las redes sociales, pero al mismo tiempo también eran más propensos a usar Facebook. Este también fue el caso de aquellos con niveles más altos de ansiedad. Los participantes con niveles más altos de sensibilidad al rechazo tenían menos probabilidades de pasar tiempo enviando mensajes y menos probabilidades de experimentar sentimientos positivos mientras enviaban mensajes, usaban las redes sociales y navegaban. Por otro lado, aquellos con niveles más altos de autocompasión tenían más probabilidades de experimentar sentimientos positivos, más probabilidades de usar una variedad de plataformas de redes sociales y mostraron una mayor participación en actividades no basadas en teléfonos inteligentes.
Entonces, si bien el uso del teléfono fue bastante ubicuo, está claro que los participantes diferían en términos de las actividades que eligieron hacer, cómo se sentían al realizarlas y las diferencias individuales que afectaron a ambos. El equipo argumenta que el hecho de que los jóvenes usen sus teléfonos de muchas formas diferentes y por muchas razones diferentes esencialmente hace que las preguntas generales sobre el “tiempo frente a la pantalla” sean inútiles. Debido a que el estudio tuvo un tiempo limitado y se llevó a cabo en un laboratorio, las investigaciones futuras también podrían analizar cómo se usan los teléfonos inteligentes en la vida diaria.
Referencia bibliográfica: Griffioen, N., Scholten, H., Lichtwarck-Aschoff, A., van Rooij, M., & Granic, I. (2021). Everyone does it—differently: A window into emerging adults’ smartphone use. En Humanities and Social Sciences Communications (Vol. 8, Número 1). https://doi.org/10.1057/s41599-021-00863-1
Fuente: Research Digest