A pesar de la abrumadora evidencia de que el ejercicio físico puede mejorar la salud mental, muchos adultos no cumplen con las recomendaciones actuales de actividad física: la Organización Mundial de la Salud recomienda al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada por semana. La evidencia sugiere que la pandemia de COVID-19 disminuyó aún más los niveles de ejercicio entre el público. Los participantes de un programa online de intervención de actividad vieron mejoras en sus niveles de depresión, ansiedad y estrés. Curiosamente, estos beneficios para la salud mental parecen haber ocurrido aún sin mejoras notables en la actividad física (Vandelanotte et al., 2022).
Por qué es importante
Este modo de incorporar actividad física tiene el potencial de llegar a grandes poblaciones de manera rentable. Si adicionamos esto al hecho de que la asociación entre la actividad física y la mejora de los resultados de salud mental está bien establecida, resulta evidente la importancia de su investigación.
Las intervenciones basadas en plataformas tecnológicas (aplicaciones, rastreador de actividad, redes sociales, entre otras herramientas) y ofrecidas en modo online se desarrollaron para alentar a las personas a aumentar su movimiento y sus niveles de actividad.
Qué metodología usaron
La muestra se conformó con 501 residentes de Australia que actualmente estaban inactivos (es decir, realizaban menos de 150 minutos de actividad física moderada a vigorosa por semana). Al inicio del estudio, los participantes completaron medidas sociodemográficas y medidas de depresión, ansiedad, estrés y calidad de vida relacionada con la salud. Luego, fueron asignados aleatoriamente a un grupo de control o a un grupo de intervención online de actividad física.
El grupo de intervención tuvo acceso a una herramienta de planificación de acciones y ocho sesiones de actividad física que se impartieron durante tres meses. Se utilizaron respuestas a cuestionarios y algoritmos “SI (condición) – ENTONCES” para ofrecer a los participantes contenidos y consejos personalizados. Las sesiones abordaron conceptos como autoeficacia, intenciones y motivación. También aplicaron las siguientes técnicas de cambio de comportamiento: retroalimentación, instrucción, establecimiento de metas, formación de hábitos, autocontrol, planificación de acciones y resolución de problemas. A los 3 meses y 9 meses después de la línea de base, los participantes nuevamente completaron las evaluaciones psicológicas.
Qué encontraron
Los resultados revelaron que, en todos los puntos temporales, los participantes que recibieron la intervención de ejercicio informaron depresión, ansiedad y estrés más bajos y una calidad mental de vida más alta en relación con la línea de base. Además, en comparación con el grupo de control, informaron menor depresión, ansiedad y estrés a los 3 meses y menor ansiedad a los 9 meses.
Los investigadores señalan que en un estudio anterior, se descubrió que esta intervención online de ejercicios físicos mejoraba la actividad física autoinformada, pero no la actividad física medida a través de un acelerómetro. Esto es interesante dado que, no obstante, los participantes experimentaron mejoras significativas en la salud mental.
Los autores del estudio dicen que estos resultados se alinean con una explicación psicológica de los beneficios del ejercicio para la salud mental. Parece que las personas pueden experimentar resultados psicológicos positivos con las intervenciones de actividad física cuando creen que se han vuelto más activas, incluso si en realidad no han aumentado su actividad. “Lo que la gente cree que sucedió (piensan que son más activos), es más importante que lo que realmente sucedió (no hubo un aumento real de la actividad física) para lograr mejoras en la salud mental”, dijo el autor del estudio.
Como la literatura anterior en este tema ha sido mixta, se necesitarán estudios adicionales para confirmar los hallazgos. Además, a pesar de una muestra grande y con un buen poder estadístico, la mayoría de los participantes del estudio reportaron una buena salud mental al inicio del estudio, lo que puede haber limitado la detección de mejoras en la salud mental debido a los efectos techo. Es posible que las poblaciones con peor salud mental, como las muestras clínicas, hayan experimentado mayores impactos en la salud mental con la intervención.
Referencia bibliográfica: Vandelanotte, C., Duncan, M. J., Plotnikoff, R. C., Rebar, A., Alley, S., Schoeppe, S., To, Q., Kerry Mummery, W., & Short, C. E. (2022). Impact of a web-based personally tailored physical activity intervention on depression, anxiety, stress and quality of life: Secondary outcomes from a randomized controlled trial. En Mental Health and Physical Activity (Vol. 23, p. 100477). https://doi.org/10.1016/j.mhpa.2022.100477
Fuente: Psypost