En el camino hacia la realización personal podemos enfrentar muchos obstáculos. Quizás uno de los más grandes, constantes y nocivos sea nuestra propia reacción ante un resultado inesperado o una situación no prevista. Puede pasar que no consigas la pasantía o el trabajo que tanto querés y para el que te venís preparando desde hace años, o que sientas que tus esfuerzos son en vano porque de todos modos van a ascender a otro. Cómo afrontamos estas situaciones puede ser un gran predictor de nuestro desempeño.
Las actitudes básicas de las personas pueden encuadrar en una de dos categorías: una mentalidad fija o una mentalidad de crecimiento, según la psicóloga Carol Dweck de la Universidad de Stanford, quien se refiere a la inteligencia como una cualidad que puede ser mejorada a través del esfuerzo persistente. Mientras los que tienen mentalidad fija piensan que el éxito es una capacidad innata e inmutable (“sos lo que sos y no podés cambiarlo”, lo cual es un problema cuando enfrentan un desafío ya que todo lo que parezca ser más de lo que pueden manejar está destinado a hacerlos sentir desahuciados y abrumados), las personas con mentalidad de crecimiento implícitamente ven a la inteligencia como algo para perfeccionar. Como resultado, les importa menos aparentar inteligencia y fácilmente coquetean con el fracaso, siendo ésta una actitud que los prepara para el éxito. Ellos se desempeñan mejor que aquellos con una mentalidad fija, incluso cuando tienen un CI inferior porque aceptan los desafíos, tratándolos como oportunidades para aprender algo nuevo.
Según Dweck, el modo en que se manejan los desafíos y las caídas es un factor decisivo en la vida, y el éxito se define según cómo se afronten los fracasos. Una persona con mentalidad de crecimiento consideraría al fracaso como información, es decir, como algo que no funcionó y que, por lo tanto, se debe intentar otra cosa para avanzar.
Todos podemos desarrollar una mentalidad de crecimiento, sin importar en cuál nos encuadramos actualmente. El Dr. Travis Bradberry comparte una serie de estrategias para ayudarnos a orientar nuestra mentalidad hacia el crecimiento tanto como podamos:
No te quedes desahuciado
Cómo reaccionamos cuando nos sentimos desesperanzados es muy importante. Hay dos posibilidades: aprendemos del fracaso y avanzamos o dejamos que nos hunda. Las personas con mentalidad de crecimiento no se sienten desahuciadas porque saben que para ser exitosas necesitan estar dispuestas a fallar y después volver a intentar.
Se apasionado
Siempre va a haber alguien que sea más talentoso que vos naturalmente, pero podés cubrir la falta de talento con pasión. Las personas empoderadas persiguen sus pasiones implacablemente. Warren Buffett recomienda que encuentres tus verdaderas pasiones usando lo que él llama la “técnica 5/25”: escribí las 25 cosas que más te importan. Después, tachá las últimas 20. Las 5 remanente son tus verdaderas pasiones. Todo lo demás son distracciones.
Actúa
Las personas con mentalidad de crecimiento pueden sobreponerse a sus miedos, no porque sean más valientes que los demás, sino porque saben que el miedo y la ansiedad son emociones paralizantes, y que la mejor manera de sobreponerse a la parálisis es tomar acción. Saben que no existe un momento perfecto para avanzar y que por tanto no tiene sentido esperar por uno. Tomar acción convierte todas tus preocupaciones sobre el fracaso en energía positiva y enfocada.
Y después, seguí avanzando
Da lo mejor, incluso en tu peor día. Exigite un poco más. Derribá los límites que te autoimpusiste, sobrepasalos. Mejorá un poquito más cada día.
Esperá resultados
Las personas con mentalidad de crecimiento saben que fallarán de vez en cuando, pero no dejan que eso les impida esperar resultados. Esperar resultados te mantiene motivado y alimenta el ciclo del empoderamiento. Después de todo, si no pensás que vas a lograrlo, ¿para qué molestarse?
Se flexible
Todos nos encontramos con adversidades que no habíamos anticipado. Quienes tienen una mentalidad orientada al crecimiento aceptan la adversidad como un medio para mejorar, como opuesta a algo que los detiene. Cuando ocurre una situación inesperada, las personas empoderadas son flexibles hasta que obtienen los resultados.
No te quejes cuando las cosas no salen como querías
Quejarse es una señal obvia de una mentalidad fija. Una mentalidad de crecimiento busca oportunidades en todo.
Haz un seguimiento
Al hacer un seguimiento sobre cómo respondés ante las pequeñas cosas, podés trabajar diariamente en mantener tu mentalidad orientada al crecimiento.
Quedarse inmerso en la frustración no resolverá nada, por el contrario, hará las cosas peores. Reevaluar la situación y tomar acción son los primeros pasos para volver a encaminarse hacia el objetivo, aunque éste haya tenido que variar.
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Fuente: Business Insider