Esparquio Delgado hace en el diario El País un recorrido histórico del surgimiento de la inteligencia emocional y las criticas científicas que ponen en duda este popular concepto que a tantos les gusta:
Por una parte, encontramos a los defensores del concepto mostrando orgullosos los estudios que la relacionan con un gran número de ventajas; entre ellas: mejoras en indicadores de salud, en el desempeño laboral, en la capacidad de liderazgo, en la creatividad y en la toma de decisiones. Por otra, están los detractores del concepto. Entre ellos encontramos a Luis Díaz Vilela, profesor de la Universidad de La Laguna, que afirma tajantemente: “La inteligencia emocional (IE) es un constructo que no aporta nada a lo que ya existe en la psicología científica y tiene graves problemas de validez”. También a Dimitri van der Linden, investigador de la Universidad de Róterdam, que mantiene que no existen diferencias entre la IE y el factor general de personalidad. Y a Andrea Pittarello, de la Universidad de Groningen (Holanda), que ha encontrado en un estudio que una mayor IE puede servir para superar la tensión entre hacer lo correcto o lo incorrecto y servir como licencia para saltarse las reglas. Mientras los expertos resuelven la disputa, el mercado del crecimiento personal y el management sigue utilizando la idea en cuestión como un reclamo comercial y no parece importarle demasiado el debate científico en torno a su alcance y sus limitaciones.
Una lectura breve que nos recuerda que lo popular y comúnmente aceptado no necesariamente cuenta con la evidencia científica necesaria. El artículo de Esparquio es un buena entrada para aquellos que quieran conocer cuales son las criticas y limitaciones de la inteligencia emocional. Lee el artículo completo en El País.