Investigadores descubren que el estrés durante el primer año de una relación puede influir en la forma en que las madres crían a sus hijos años más tarde.
Los trabajadores sociales de la Universidad de Rutgers encontraron que el abuso económico y psicológico durante el primer año de una relación con el padre del niño aumenta las posibilidades de que la madre se deprima en el futuro y golpee a su hijo a los cinco años.
El equipo de Rutgers, que ha estudiado el impacto de la violencia de pareja (IVP) y los efectos de esa violencia a través del tiempo en las mujeres, también determinó que las experiencias de abuso psicológico durante el primer año de la relación tuvieron un efecto significativo sobre el nivel de compromiso de las madres con sus hijos en el quinto año.
Las conclusiones se refieren específicamente a la violencia contra las mujeres, ya que las mujeres de manera desproporcionada representan a los sobrevivientes y los hombres a los autores de la violencia y abusos físicos, sexuales y económicos, entre otro, dijo Judy L. Postmus, autora principal del estudio.
“Cuando la gente piensa acerca del IVP, podrían pensar en abuso físico o psicológico, abuso sexual tal vez, pero rara vez piensan en el abuso económico”, dijo Postmus.
“Desde la última recesión, sin embargo, más atención se ha centrado en cuestiones financieras, como la educación financiera y finanzas personales. También se han realizado esfuerzos por parte del gobierno federal para preparar mejor a las personas para entender los asuntos financieros. Sin embargo, ha habido relativamente pocos estudios sobre el abuso económico “.
Es sorprendente descubrir al abuso económico como más predictivo de la depresión.
Postmus dijo que el abuso económico se considera si el padre retiene dinero, obliga a su pareja a entregar ganancias o ahorros, o le niega el acceso a las cuentas bancarias o a las oportunidades de empleo.
El abuso psicológico dirigido hacia las mujeres incluye comportamientos tales como evitar el contacto con amigos y familiares e insultos y críticas. Bofetadas, golpes, patadas y contacto sexual no deseado se consideran signos de violencia física o sexual.
“Nuestros resultados indican que las madres que han experimentado abuso físico, psicológico o económico en el primer año tuvieron más probabilidades de experimentar un episodio depresivo en el quinto año”, sostuvo Postmus.
En el estudio, los investigadores determinaron que las madres que experimentaron abuso económico fueron 1,9 veces más propensas a mostrar signos de depresión que las madres que no habían sufrido abusos. Del mismo modo, las madres que habian experimentado violencia psicológica o física fueron 1,4 y 1,8 veces, respectivamente, más propensas a mostrar signos de depresión. El abuso económico influyó la depresión materna entre el primer y tercer año.
“Es sorprendente descubrir al abuso económico como más predictivo de la depresión con el tiempo que otras formas de abuso”, agregó Postmus.
Esta asociación no habían sido identificada en estudios anteriores y puede reflejar la actual crisis económica.
La crianza de los hijos en el quinto año, se midió en dos dimensiones: la participación en actividades entre padres e hijos como cantar, leer o contar cuentos, jugar con juguetes o llevar al niño a un parque o a una excursión, y el uso de los azotes como una medida disciplinaria.
Los investigadores determinaron que las madres que han experimentado abuso económico o psicológico en el primer año informaron menos compromiso en las tareas diarias que eran actividades entre padres e hijos (5,1 comparado a 5,3 de las mujeres que no sufrieron abuso) y fueron 1,5 veces más propensas a golpear al niño en el quinto año.
Postmus explicó:
“Es posible que tener un control del acceso al dinero por parte de la pareja o la prevención de la independencia a través del trabajo o la escuela puede tener un impacto duradero en la salud mental de las mujeres, y los sentimientos de impotencia pueden obligar a las madres a recurrir a las nalgadas como una táctica de crianza de los hijos.”
Los investigadores advierten que se necesitan investigaciones adicionales para comprender mejor la relación entre los distintos tipos de conductas de abuso y crianza de los hijos, incluyendo cómo la influencia de las acciones del agresor afecta al niño y la naturaleza de los comportamientos propios del agresor como padre.
El estudio aparece online en la revista Children and Youth Services Review.
Fuente: Psychcentral.com: Money Stress, Partner Violence Early On Have Long-Term Impact on Mothering