Imagina una persona con problemas de memoria que siente deseos de hornear una deliciosa comida cuya receta viene a su mente de repente; enciende el horno a gas y luego olvida lo que estaba haciendo. Es fácil advertir que esta persona puede poner en riesgo su vida y las de otros.
Existen dos almacenes o reservas de memoria a largo plazo: memoria fáctica y memoria de experiencias personales. Juntos nos ayudan a comprender y responder al mundo que nos rodea. A lo largo de los años, las investigaciones han demostrado que tales almacenes de memoria están representados en dos regiones cerebrales separadas. A pesar de sus diferencias funcionales, para resolver distintas tareas en circunstancias diversas, debemos controlar estrictamente la recuperación de recuerdos que sean importantes para cada tarea. Según una investigación reciente, tal proceso de control podría compartirse entre ambos tipos de memoria (Vatansever et al., 2021). Estos hallazgos pueden ser relevantes para los trastornos de la memoria, incluida la demencia, donde los problemas para recordar información pueden afectar la vida diaria de los pacientes.
Para conocer esto, los investigadores estudiaron imágenes de resonancia magnética funcional que mostraron que estas regiones aumentaban su actividad cuando se le pedía a los participantes que recordaran memorias de hechos y memorias personales.
Los autores explican que nuestros recuerdos nos permiten tener sentido e interactuar de manera flexible con el mundo que nos rodea y, aunque en la mayoría de los casos nuestros recuerdos fuertemente codificados pueden ser suficientes para la tarea en cuestión, necesitamos cierto control sobre la memoria que nos permita la flexibilidad que precisamos para descartar recuerdos que no sean de utilidad, por ejemplo, recordar empacar una toalla de playa si vamos de vacaciones junto al mar, y no hacerlo si el viaje es de negocios (situación en la que tal recuerdo no sería necesario).
Este control sobre la memoria nos permite ser creativos, flexibles y adaptarnos a medida que cambian nuestras metas o circunstancias.
Estos hallazgos también pueden ser de utilidad para el desarrollo de una nueva generación de sistemas de inteligencia artificial, que utilicen la memoria a largo plazo en la resolución de problemas computacionales, señalan finalmente los investigadores.
Referencia bibliográfica: Vatansever, D., Smallwood, J., & Jefferies, E. (2021). Varying demands for cognitive control reveals shared neural processes supporting semantic and episodic memory retrieval. Nature Communications, 12(1), 2134. https://doi.org/10.1038/s41467-021-22443-2
Fuente: Science Daily