Y no es una película de ciencia ficción. Los nuevos métodos de intervención traídos por la neurociencia para combatir el avance de enfermedades neurodegenerativas prometen grandes beneficios para miles de personas en el mundo que viven hoy en condiciones poco óptimas por la ausencia de tratamientos 100% eficaces.
Ahora es el turno de un implante cerebral que, de acuerdo con científicos de la Universidad Estatal de Ohio, podría utilizarse para retrasar el deterioro que sufren los pacientes de Alzheimer en su capacidad para resolver problemas y tomar decisiones. Este implante consiste en insertar cables eléctricos en los lóbulos frontales del cerebro de personas con Alzheimer, una iniciativa que podría mejorar significativamente la calidad de vida de las personas.
Al estimular la región frontal del cerebro, las personas con Alzheimer mostraron un deterioro más lento que los pacientes que no recibieron el tratamiento
Esta intervención ha sido la única en emitir un diagnóstico acerca de si el uso de un “marca-pasos cerebral” puede mejorar el desempeño cognitivo y conductual de pacientes con esta forma de demencia. Los resultados fueron publicados en la revista Journal of Alzheimer’s Disease, donde los autores explican que el procedimiento se iguala al de un marca-pasos cardíaco, salvo que varía el lugar de inserción de los cables.
Douglas Scharre, co autor del estudio, sostiene que las habilidades relacionadas con la toma de decisiones y resolución de problemas son facultades indispensables para un desempeño óptimo en la vida diaria, por lo que las personas con Alzheimer realmente sufren dificultades cuando los signos del deterioro cognitivo avanzan, ya que les resulta difícil llevar a cabo tareas tan sencillas como hacer la cama.
Hasta ahora, no ha sido posible desarrollar un método eficaz para ayudar a las personas a mitigar estos efectos del declive cognitivo, en parte porque la mayoría de tratamientos y fármacos se enfocan en abordar los problemas de memoria que acompañan el Alzheimer y no la toma de decisiones o la resolución de problemas. Es esto lo que distingue la propuesta de Scharre y sus colegas.
“Los lóbulos frontales son responsables de nuestras habilidades para resolver problemas, organizar y planear y realizar juicios válidos. Al estimular esta región del cerebro, las personas con Alzheimer mostraron un deterioro cognitivo más lento que los pacientes en un grupo de control que no recibieron el tratamiento con implante cerebral”, explica Scharre.
Ahora, los investigadores esperan explorar métodos de estimulación no-quirúrgicos para el lóbulo frontal que sean menos invasivos y que puedan potencialmente ralentizar los síntomas del Alzheimer.
Fuente: Psych Central; Ohio State University