Aunque el apoyo a las mujeres en la fuerza laboral puede estar creciendo, los hallazgos de una investigación sugieren que la mayoría de los jóvenes adultos sigue prefiriendo que las mujeres sean amas de casa y los hombres trabajen fuera del hogar (Dernberger & Pepin, 2020). Este análisis encontró que si bien se registran cambios de actitudes en este grupo etario, expresado en mayor apoyo a las mujeres en la fuerza laboral, todavía prefieren la disposición tradicional de ideas sobre el género en la esfera pública (por ejemplo, el lugar de trabajo) así como en la esfera privada (por ejemplo, el hogar). Las creencias tradicionales, profundamente arraigadas, pueden ser un obstáculo en sí mismas en el camino hacia la igualdad de género.
Qué metodología usaron
Para evaluar las creencias de los adultos jóvenes sobre la igualdad de género, asegurándose de incluir medidas de apoyo a la igualdad de género tanto en el ámbito público como en el privado, los investigadores examinaron datos de una encuesta representativa a nivel nacional que se realizó anualmente en Estados Unidos entre 1976 y 2014. La encuesta se distribuyó entre estudiantes del último año de secundaria en 133 escuelas en todo el país. El foco estuvo puesto específicamente en las encuestas que incluían preguntas sobre el trabajo y los arreglos familiares.
Se les dijo a los estudiantes que imaginaran que estaban casados y tenían al menos un hijo en edad preescolar. Luego, les fueron presentados seis arreglos de trabajo diferentes y se les pidió que seleccionaran si cada opción era “nada aceptable”, “algo aceptable”, “aceptable” o “deseable”.
Los seis arreglos fueron:
- el esposo trabaja a tiempo completo fuera de casa mientras la esposa se queda en casa,
- la esposa trabaja a tiempo completo fuera de casa mientras el esposo se queda en casa,
- ambos miembros de la pareja trabajan a tiempo completo fuera de casa,
- ambos miembros trabajan a tiempo parcial,
- el esposo trabaja a tiempo completo mientras que la esposa trabaja a tiempo parcial, o
- la esposa trabaja a tiempo completo mientras el marido trabaja a tiempo parcial.
Qué encontraron
Después del análisis de los datos, el equipo de investigación trazó las tendencias en las respuestas de los participantes en diferentes años. En cada encuesta, el arreglo que recibió la mayor cantidad de calificaciones de “deseable” consistió en que el hombre trabajara a tiempo completo y las mujeres permanecieran en casa. El arreglo que recibió la mayor cantidad de calificaciones de “aceptable” implicaba que el esposo trabajara a tiempo completo y la esposa trabajaba a tiempo parcial.
Los datos revelaron un aumento en la aceptabilidad del empleo de la madre por parte de los estudiantes a lo largo de los años. Los arreglos que involucraban a ambos sexos trabajando cantidades iguales y los arreglos en los que la esposa trabajaba más que el esposo se consideraban cada vez más aceptables; sin embargo, todavía no eran los preferidos. El arreglo de trabajo tradicional del hombre en el trabajo y la mujer en el hogar siguió siendo el más “deseado”, aunque su conveniencia se redujo del 44% al 23% desde la primera encuesta de 1976 hasta la encuesta de 2014.
Adicionalmente y con el fin de identificar grupos de encuestados que mostraban patrones de respuestas similares, los investigadores llevaron a cabo un método estadístico llamado Análisis de clase latente.
Encontraron, por ejemplo, que el 12% de la muestra pertenecía al grupo de “doble fuente de ingresos”, el grupo con más probabilidades de considerar deseable el arreglo en el que ambos miembros de la pareja trabajan a tiempo completo. Pero, curiosamente, casi todos los miembros del grupo calificaron el arreglo en el que la mujer trabaja a tiempo completo y el hombre es el amo de casa como inaceptable, lo que sugiere que en realidad no estaban adoptando un criterio de igualdad de género. En realidad, ninguno de los grupos mostró patrones de respuestas que fueran consistentes con el igualitarismo de género.
La tendencia a una mayor apertura a los múltiples arreglos (llamada “flexibilidad de género por los autores) no se equipara al deseo de que hombres y mujeres tengan el mismo tiempo en el trabajo y en el hogar, explican los investigadores. Esto suele inferirse de las medidas de aceptación del empleo de las madres pero investigaciones anteriores probablemente sobreestimaron el progreso hacia el igualitarismo de género, confundiendo una creciente aceptación de las mujeres en la fuerza laboral con un signo de igualdad de género, señalaron los autores.
Referencia bibliográfica: Dernberger, B., & Pepin, J. (2020). Gender Flexibility, but not Equality: Young Adults’ Division of Labor Preferences. En Sociological Science (Vol. 7, pp. 36-56). https://doi.org/10.15195/v7.a2
Fuente: Psypost