Cuando los hijos llegan a la etapa de la adolescencia aparecen nuevos asuntos sobre los cuales los padres pueden preocuparse, como con quienes andan sus hijos o en qué clase de actividades se comprometen; muchas veces estas dos cosas van de la mano, es decir que lo que hacen sus hijos depende a veces de con quienes se juntan. La adolescencia es una etapa del desarrollo en la que uno es especialmente vulnerable a la influencia de los pares, es por eso que los padres deben estar muy atentos. Uno de los problemas que pueden presentarse es el uso de alcohol, el cual es dañino en múltiples niveles, incluyendo un creciente riesgo de desarrollar Trastornos por Uso de Alcohol (TUA) más tarde en la vida.
Investigaciones recientes sugieren que las influencias genéticas son moderadas por factores ambientales. Un nuevo estudio de interacción genes-ambiente se enfocó en el gen (A118G) polimorfismo de un solo nucleótido (SNP) del receptor μ-opioid (OPRM1) y el riesgo de desarrollar TUA durante la adolescencia, teniendo en cuenta la influencia de las prácticas parentales o la afiliación a un grupo de pares involucrados en conductas de riesgo; los resultados confirman que los factores ambientales pueden moderar esta asociación.
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“Los efectos dañinos del beber siendo menor de edad están bien documentados,” dice Robert Miranda, profesor asociado en el Depto. de Psiquiatría y Comportamiento Humano de la Universidad de Brown y autor correspondiente del estudio. “Incluyen muerte por lesión, suicidio, victimización, fallo académico y abandono de los estudios y posible daño irreparable en el desarrollo cerebral.”
“Consumir alcohol en la adolescencia lleva aparejados diferentes riesgos en la salud, algunos similares a los de los adultos, otros tienen un significado particular para esta etapa del desarrollo humano,” dijo John F. Kelly, profesor asociado en Psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y director asociado del Hospital General de Massachusetts – Centro de Medicina de las Adicciones de Harvard. “El daño que produce el alcohol puede ser causado directamente, por ejemplo por la acción del alcohol en el cuerpo, tal como la muerte por sobredosis luego de beber una gran cantidad del mismo, o indirectamente, a través de impedimentos psicológicos asociados con intoxicación aguda que lleva a lesiones accidentales tales como accidentes de tránsito, caerse o ahogarse, entre otras cosas. Debido a que los adolescentes generalmente son inexpertos en cuanto a los efectos del alcohol, son más propensos a toparse con este tipo de problemas. Además, la exposición temprana al alcohol en la fase de desarrollo puede influenciar dramáticamente las chances de que alguien desarrolle un Trastorno por Uso de Alcohol.”
“Este gen SNP de los receptores μ-opioid (OPRM1) ha recibido considerable atención entre los que investigan los efectos del alcohol en la última década,” dijo Miranda. “ Un número de estudios en adultos sugieren que las personas con cierta variante del gen experimentan al alcohol como más remunerador y mostraron aumento de riesgo para problemas relacionados con el alcohol. Nos interesó extender este trabajo a los adolescentes.”
Los investigadores reclutaron adolescentes a través de panfletos y cabinas informativas ubicados en lugares locales de recreación tales como centros comerciales y escuelas secundarias; el resultado fueron 104 adolescentes con ancestros europeos (53 varones y 51 chicas), cuyos rangos de edad se ubicaban entre los 12 y 19 años. Se entrevistó a todos los participantes para comprobar un diagnóstico de TUA, los cuales proveyeron una muestra de ADN para realizar análisis genéticos y completaron medidas de control de los padres y afiliación con pares rebeldes.
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“El descubrimiento clave de este estudio es que, mientras que la genética parece jugar un rol en el desarrollo de problemas con el alcohol entre adolescentes, los factores ambientales pueden reducir considerablemente este riesgo,” dice Miranda. “La implicación es que el riesgo de desarrollar adicción al alcohol es complejo y envuelve una interacción entre la genética y los factores medioambientales. Es importante que estudios futuros diluciden más plenamente la naturaleza de esta relación y que desarrollen intervenciones y estrategias de prevención más personalizadas que se basen en la responsabilidad y perfil clínico de cada individuo.”
“Estos hallazgos se adhieren a un cuerpo creciente de trabajos que sugieren que los genes no son el destino sino que hay muchas cosas que podemos hacer en el ambiente para contrarrestar el riesgo genético,” explica Kelly. “Esta investigación tiene importantes implicaciones sociales y a nivel de salud pública, porque se trata de la intrigante cuestión de cómo algo que hacemos y sobre lo que tenemos control -nuestro ambiente- puede influenciar algo sobre lo que no tenemos control -nuestros genes. Otro punto importante es que este estudio sugiere que hay cosas que los padres pueden hacer, como monitorear las conductas sociales de sus hijos más de cerca y, de esa manera, reducir el riesgo de que desarrolle un trastorno potencialmente devastador.”
“Es bien sabido que las prácticas parentales y la afiliación con un grupo de pares rebeldes afecta al riesgo de desarrollar problemas con el alcohol durante la adolescencia,” dice Miranda. “Este estudio resalta además la importancia de estos factores maleables al mostrar que más vigilancia por parte de los padres y menos vinculación con grupos de pares rebeldes, pueden reducir el riesgo genético de desarrollar TUA.”
“Si eres padre, presta más atención al paradero de tus hijos, y con quienes se están vinculando socialmente, estas dos cosas pueden dar grandes beneficios en la reducción de problemas”, agrega Kelly. “Comenzar una conversación abierta y constante con su hijo sobre este tema, incluyendo discutir la naturaleza de los riesgos específicos del consumo de alcohol, puede erradicar un problema potencialmente devastador.”
Fuente: Sciencedaily.com