Las personas que trabajamos como profesionales de la salud somos quienes tenemos por vocación y trabajo la tarea de preocuparnos y velar por que las personas con quienes trabajamos mejoren su calidad de vida. Pero, ¿qué pasa con nuestra propia vida?
Reconocer que esta tarea es ardua y que tiene efectos en la salud de quienes la ejercemos es fundamental para prevenir el burnout y tomarnos en serio la salud de quienes cuidan. En pandemia esto fue fundamental, los y las profesionales de la salud fueron quienes estuvieron sosteniendo casi literalmente el mundo. No me refiero solamente a quienes trabajaban en forma directa con el Covid-19, sino también a quienes lidiaban con el padecimiento de las personas: depresión, ansiedad, ataques de pánico, intentos de suicidio, etc.
Se vio la necesidad de brindar espacios de autocuidado y acompañamiento, se habló del trauma que se espera que los y las profesionales de la medicina padezcan en el futuro, también se hizo especial hincapié en el aumento de los trastornos mentales como depresión y ansiedad.
Esta experiencia pandémica nos demuestra que preocuparnos por la salud de quienes cuidan y trabajan en salud es importante y tenemos que empezar a prestarle atención. Entre quienes están dando relevancia a este tema encontramos a la Asociación de la Ciencia Conductual Contextual, que en su revista realizaron una revisión de artículos y metaanálisis sobre la relación entre la calidad de vida y la flexibilidad psicológica de las personas que trabajan en salud.
Esta revisión hace foco en dos conceptos:
- Fatiga por compasión, entendida como el efecto negativo que tiene el trabajo de cuidar y conlleva a una reducción de empatía con las personas; está compuesta por el burnout y el trauma secundario.
- Satisfacción por compasión, comprendida como el efecto positivo que tiene ayudar a otras personas y realizar bien las tareas de la profesión.
Lo interesante es cómo estos dos términos se interrelacionan todo el tiempo: A mayor fatiga por compasión se observan consecuencias perjudiciales tanto en la calidad de vida de los y las profesionales de la salud como en la atención a terceros; a mayor satisfacción por compasión se observan mejoras en el trabajo, la eficacia y la calidad de vida.
La revisión demuestra que hay varios factores grupales e individuales que afectan ambos conceptos, la fatiga por compasión varía según el rol profesional, la carga de trabajo, la supervisión, el apoyo recibido y también el género, la edad, la experiencia y la personalidad. En cuanto a la satisfacción por compasión, encuentran como factores influyentes la edad, el nivel académico, la experiencia y el apoyo.
Donde pone la lupa esta revisión, es en el efecto de la flexibilidad psicológica (FP) interactuando con estos dos conceptos. Steven Hayes define la FP como “la capacidad de contactar con el momento presente más plenamente, como un ser humano consciente, y cambiar o persistir en el comportamiento cuando hacerlo sirve a fines valiosos”. En simples palabras entonces la FP es estar con lo que acontece dentro de nuestra piel (emociones, pensamientos, impulsos, sensaciones, recuerdos) sin hacer algo para cambiarlo; pudiendo, a pesar de eso, actuar en dirección a los que es valioso.
Ofreceré un pequeño resumen de las conclusiones que afirma la revisión:
- Las y los profesionales de la salud con mayor flexibilidad psicológica padecen menor nivel de fatiga por compasión.
- Los y las profesionales de la salud con mayor flexibilidad psicológica reportan mayor nivel de satisfacción por compasión.
- Si bien trabajar la flexibilidad psicológica en profesionales de la salud pareciera traducirse en una mejora de la calidad de vida, es importante buscar mayor consistencia en los instrumentos de medición para realizar esta afirmación.
Sin dudas, la calidad de vida de esta población es un objetivo a estudiar y a priorizar dentro de las investigaciones de las ciencias del comportamiento. Buscar la forma de aumentar la flexibilidad psicológica en conjunto con otras variables relacionadas puede ser una ayuda más para esta población. Es un tema necesario en agenda para que quienes nos cuidan también estén cuidados.
Referencia: Emma Victoria Garner, Nima Golijani-Moghaddam, Relationship between psychological flexibility and work-related quality of life for healthcare professionals: A systematic review and meta-analysis, Journal of Contextual Behavioral Science, Volume 21, 2021, Pages 98-112, ISSN 2212-1447, https://doi.org/10.1016/j.jcbs.2021.06.007.