Experimentar fiebre durante el embarazo podría guardar relación con un aumento del 40 por ciento en el riesgo de desarrollar de Trastornos del Espectro Autista (TEA), de acuerdo con una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Columbia.
El estudio enuncia los resultados del análisis del estado físico de un grupo de mujeres embarazadas durante el segundo trimestre de gestación que resultaron vivenciar tres o más episodios de fiebre después de la doceava semana de embarazo, lo cual pudo relacionarse con una mayor propensión (300 veces más) a dar a luz niños con algún desorden clasificado dentro del grupo de Trastornos del Espectro Autista.
Los Trastornos del Espectro Autista, recordemos, encierran un conjunto de desórdenes del desarrollo caracterizados por:
- Problemas de larga duración en la comunicación e interacción social en distintos contextos
- Comportamientos repetitivos o rutinarios
- Síntomas que hacen que la persona necesite ayuda en su vida diaria
El estudio citado sugiere que la presencia de infecciones durante el embarazo podrían influir en un incremento en el riesgo de desarrollar autismo, ya que la respuesta inmune de la madre, según se cree, podría afectar el sistema nervioso central del feto. Estos resultados se vinculan con un estudio anterior que sugiere que las mujeres con herpes genital activo en etapas tempranas del embarazo podrían ser también más propensas a dar a luz a un niño con autismo.
la presencia de infecciones durante el embarazo podrían influir en un incremento en el riesgo de desarrollar autismo debido a la influencia de la respuesta inmune de la madre sobre el sistema nervioso central del feto
La investigación, publicada en Molecular Psychiatry, examina más de 95,700 casos de niños nacidos en Noruega entre 1999 y 2009, de los cuales 583 fueron diagnosticados con TEA. Cerca de 15,700 madres reportaron experimentar episodios de fiebre al menos una vez durante su embarazo, lo cual, de acuerdo con Mady Horning, autora del estudio, podría representar “un móvil directo”, ya que las infecciones generan naturalmente fiebre en el organismo para combatir contra los agentes invasores y las moléculas producidas por el sistema inmune de la madre podrían ocasionar cierto impacto en el desarrollo cerebral del bebé.
Desde luego, la fiebre es síntoma de muchos tipos de infecciones distintas, pero los autores del estudio no profundizaron en cuál (o cuáles) podrían relacionarse directamente con el surgimiento de TEA; no obstante, continúan examinando muestras de sangre recolectadas durante el embarazo y el nacimiento de los niños para identificar agentes infecciosos específicos.
“El futuro de nuestras investigaciones debe ir enfocado a identificar y prevenir infecciones prenatales y respuestas inflamatorias que puedan contribuir al desarrollo de Trastornos del Espectro Autista”, opina W. Ian Lipkin, director del Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia.
Si bien la causa precisa de los Trastornos del Espectro Autista aún se desconoce, los científicos sugieren que la genética y el entorno podrían guardar una relación importante con el desarrollo de los mismos. De acuerdo con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, 1 de cada 68 niños es diagnosticado con TEA, que comprende principalmente:
- El trastorno autista
- El síndrome de Asperger
- El trastorno generalizado del desarrollo no especificado
Todos estos desórdenes del desarrollo implican problemas para relacionarse con los demás, conductas repetitivas, intereses limitados y dificultades para desenvolverse de forma asertiva y por cuenta propia en la vida cotidiana.
Fuente: Medical Daily; Eurekalert