Muchas personas parecen asociar la felicidad con el disfrute y el placer, pero ¿sólo las actividades y/o acciones en las cuales encontramos placer son las que nos hacen verdaderamente felices?¿Tiene la felicidad una correlación positiva con el placer?¿La felicidad da sentido a nuestras vidas?
La psicología positiva ha buscado echar luz sobre estos interrogantes acerca de la felicidad destacando dos enfoques, la perspectiva hedonista y la perspectiva eudaimónica (Delle Fave, Brdar, Freire, Vella-Brodrick, & Wissing, 2011).
La perspectiva hedonista es una corriente filosófica que explica el bienestar de las personas a partir de la vivencia de experiencias que maximizan el placer y minimizan experiencias displacenteras (Peterson, Park & Seligman, 2005; Ryan & Deci, 2001).
En asociación al concepto de hedonismo, surge el constructo de bienestar subjetivo, en el que se incluye una dimensión cognitiva (satisfacción de la vida) y una dimensión afectiva (Diner, Lucas, Oishi, 2002). La dimensión de la satisfacción con la vida es la valoración cognitiva de la vida en su conjunto, mientras que las dimensiones de afecto positivo se relacionan con la frecuencia con que se experimentan emociones positivas y el afecto negativo con la frecuencia de emociones negativas. Se trata de la evaluación que realizan los sujetos en términos cognitivos y emocionales.
Un elevado bienestar subjetivo se relaciona con la satisfacción en la vida, el afecto positivo y bajos niveles de afecto negativo. Los factores que intervienen en el bienestar son diversos. Pueden relacionarse con la economía, salud, relaciones interpersonales, situación laboral, etc. La corriente hedónica ha gozado del predominio en el campo de estudio sobre la felicidad, a pesar de ello muchos filósofos debatieron sobre la felicidad desde una perspectiva eudaimónica. Aristóteles postuló que toda actividad humana tiene un propósito y que la gente intenta vivir de acuerdo a su verdadero ser en el intento de tener una vida significativa (Aristoteles, 1993). La eudaimonía se presenta como un estado que involucra los sentimientos y emociones que actúan cuando las personas avanzan hacia la autorrealización, lo cual les permitirá la posibilidad de desarrollar su máximo potencial y dotar de sentido sus vidas (Delle Fave, Wissing, Brdar, Vella- Broderick & Freire, 2013; Waterman, Schwartz & Conti, 2008).
La perspectiva eudaimónica explica que el bienestar no solo es alcanzado a través del placer, sino que principalmente se logra mediante la actualización del potencial humano. Esta perspectiva encuentra representación en la teoría del bienestar psicológico (Riff & Singer, 2007), enfoque que propone que el bienestar puede ser alcanzado mediante la consecución de ciertos rasgos positivos. El propósito en la vida, las relaciones positivas, el dominio del medio ambiente, el crecimiento personal, la autoaceptación y la autonomía.
¿Perspectiva Hedónica o Eudaimónica?
En un estudio realizado en Argentina los investigadores se plantearon los siguientes interrogantes: ¿Las personas más felices tienen un modo más hedónico o eudaimónico de concebir la felicidad? ¿Puede la felicidad ser percibida tanto en términos hedónicos como eudaimónicos? (Flores-Kanter, P., Muñoz-Navarro, R., & Medrano, L., 2018). El estudio se propuso indagar por un lado qué paradigmas tienen en cuenta los ciudadanos a la hora de definir la felicidad y, por otra, verificar si los sujetos varían en sus niveles de felicidad subjetiva en función de cómo hayan definido el concepto de felicidad.
Para la realización del estudio se utilizó la técnica de redes semánticas naturales (RSN), que consiste en pedirle a los participantes que definan el estímulo o reactivo con un mínimo de cinco palabras. Cuando se hace referencia a una de las concepciones sobre la felicidad, se implica a una representación cognitiva individual del ambiente y las experiencias de bienestar. Las RSN permiten saber el significado que los sujetos le dan al concepto. Luego a cada una de las palabras seleccionadas se les asignó su pertenecia a cada una de las perspectivas sobre la felicidad, hedónica y eudaimónica. Después de esto se seleccionaron las 15 palabras con más centralidad, 9 de las palabras seleccionadas correspondían a una perspectiva eudaimónica y 6 de las palabras a la perspectiva hedónica. Las tres palabras con más alta centralidad corresponden a la perspectiva eudaimónica de la felicidad.
¿Qué observaron los investigadores?
En sus resultados, los autores escriben que el 36,28 % de los valores de centralidad total correspondían a definiciones hedónicas sobre la felicidad. Y el 63,72 % restantes a la definición eudaimónica de la felicidad.
Con el fin de realizar una comparación fue necesario trabajar con dos grupos extremos: el 25% del total de los participantes que manifestaban el mayor nivel de felicidad y el 25% de los participantes que manifestaban el nivel más bajo de felicidad.
Se observó que tanto en el total de la muestra como en los grupos comparados, se encontraban tanto componentes hedónicos como eudaimónicos. Adicionalmente, los participantes con mayores niveles de felicidad subjetiva elegían palabras que representaban una concepción predominantemente eudaimónica de la felicidad.
Estos hallazgos sugieren que los sujetos con una concepción predominantemente eudaimónica poseen niveles significativamente más altos de felicidad percibida en comparación con los sujetos en donde la concepción de la felicidad es predominantemente hedónica.
La forma en que los sujetos definen el bienestar impactará en las actividades que realicen en los diversos ámbitos de la vida, acciones que los sujetos implementarán justamente para lograr el bienestar o felicidad.
Los resultados del estudio no indican que las personas deberían elegir una concepción de la felicidad por sobre otra, pero se ha concluido que las personas más felices comparten ambas concepciones, aunque la concepción eudaimónica de la felicidad predomina por sobre la hedónica.
Referencias:
Aristóteles (1993), Ética Nicómaco. (trad. J. Pallí Bonet). Madrid: Gredos.
Bojanowska, A., & Zalewska, A. M. (2015). Lay understanding of happiness and the experience of wellbeing: Are some conceptions of happiness more beneficial than others? J. Happiness. Stud, 17(2), 793-815. doi:10.1007/s10902-015-9620-1
Diener, E., Lucas, R. y Oishi, S. (2002). Bienestar subjetivo: La ciencia de la felicidad y la satisfacción con la vida. En C. Snyder & S. Lopez (Eds.), Manual de psicología positiva (págs. 63-73). Nueva York: Oxford University Press.
Diener, E., Suh, E., Lucas, R. y Smith, H. (1999). Bienestar subjetivo: tres décadas de progreso. Boletín psicológico , 125 (2), 276-302.
Delle Fave, A., Brdar, I., Freire, T., Vella-Brodrick, D. y Wissing, M. (2011). Los componentes eudaimónico y hedónico de la felicidad: hallazgos cualitativos y cuantitativos. Investigación sobre indicadores sociales, 100, 185-207.
Flores-Kanter, P., Muñoz-Navarro, R., & Medrano, L. (2018). Concepciones de la Felicidad y su relación con el Bienestar Subjetivo: Un estudio mediante Redes Semánticas Naturales. Liberabit, 24(1), 115- doi: 10.24265/liberabit.2018.v24n1.08
Peterson, C., Park Nansook, P. y Seligman, M. (2005). Orientaciones a la felicidad y satisfacción con la vida: la vida plena versus la vida vacía. Revista de estudios de la felicidad, 6, 25-41.
Ryan, R. y Deci, E. (2001). Sobre la felicidad y los potenciales humanos: una revisión de la investigación sobre el bienestar hedónico y eudaimónico. Psicología de las revisiones anuales , 52, 141-166.
Riff, C. D., & Singer, B. (2007) Ironías de la condición humana: Bienestar y salud en camino a la mortalidad. In L. G. Aspinwall & U. M. Staudinger (Eds.), Psicología del Potencial Humano (pp. 367-389).España: Gedisa Editorial.