Las actividades que requieren de una alta vigilancia por parte de quien las realiza son estresantes y van acompañadas de un arduo trabajo mental (Warm et al., 2008). Esto puede producir fatiga mental que, a diferencia de la fatiga física, refiere a un estado psicobiológico en el que las personas manifiestan alteraciones subjetivas, conductuales y fisiológicas inducidas por tareas mentales prolongadas o excesivamente exigentes. Investigaciones anteriores encontraron que esta fatiga tiene efectos en la resistencia muscular, la fatiga física y la recuperación en ejercicios de abducción estática del hombro, así como en el rendimiento motor (fuerza) durante un ejercicio de agarre submáximo, y sobre el rendimiento físico (tiempo hasta el agotamiento) durante ejercicios de ciclismo de alta intensidad (Marcora et al., 2009; Mehta & Agnew, 2012; Mehta & Parasuraman, 2014).
Durante un partido de fútbol, los jugadores deben procesar de forma constante una gran variedad de información que cambia continuamente: la posición del balón, los oponentes y los compañeros de equipo. El rendimiento de la toma de decisiones de los jugadores resultantes está vinculado a la capacidad de ajustar el posicionamiento en función del conocimiento del entorno circundante. Por lo tanto, es necesario que los jugadores se concentren en la información más relevante antes de poner en práctica su respuesta. Esta condición aumenta las demandas mentales y físicas que implican una consecuencia negativa en el desempeño técnico y táctico del individuo. Teniendo esto presente, un equipo de investigadores quiso saber qué efectos tendría la fatiga mental en el rendimiento físico, técnico y en la toma de decisiones en partidos de fútbol 5 (5 contra 5) en espacios reducidos, con arqueros (Trecroci et al., 2020).
Metodología
En el estudio participaron diez jugadores de fútbol sub-élite (tres defensores, cuatro mediocampistas y tres delanteros) del mismo equipo U19 (de una academia de fútbol semiprofesional). Un jugador (mediocampista) se retiró al comienzo del período experimental por razones externas. Por lo tanto, completaron el estudio nueve jugadores (edad, 17,6 ± 0,5 años; altura, 1,81 ± 4,4 m; masa corporal, 68,5 ± 6,2 kg).
Los investigadores utilizaron los siguientes criterios de exclusión: haber sufrido lesiones en las extremidades inferiores en el último año, volumen de entrenamiento inadecuado en las ocho semanas anteriores (menos de cuatro sesiones de entrenamiento por semana y al menos un día de partido de fin de semana), antecedentes de enfermedad febril y consumo de medicamentos durante al menos seis meses antes del estudio. Todos los participantes estaban acostumbrados óptimamente a entrenamientos exigentes y partidos oficiales antes del estudio.
Para investigar los efectos de la fatiga mental en el rendimiento, dentro del contexto de un partido de tamaño y en lugar reducidos, los investigadores utilizaron un diseño de contrapezo cruzado y aleatorio. Los jugadores fueron emparejados por su posición de juego y luego asignados aleatoriamente a uno de dos grupos. El grupo uno realizó una tarea de fatiga mental en el primer día de prueba y una tarea de control en la segunda ocasión de prueba, mientras que el grupo dos se sometió a la tarea control en el primer día de prueba y a la tarea de fatiga mental en el segundo día de prueba. Además, dos arqueros participaron en esta investigación solo durante los juegos reducidos, pero no fueron evaluados.
Los jugadores participaron de dos juegos cortos en dos ocasiones. La actividad física, el rendimiento técnico y la toma de decisiones de los jugadores se obtuvieron durante los juegos reducidos mediante GPS y video scouting.
Hallazgos
Los resultados mostraron que la distancia en aceleración cubierta por minuto, los pases negativos, la precisión de los pases y la precisión de los tiros tenían más probabilidades de verse menoscabados después de un protocolo de fatiga mental, en comparación con la tarea de control. El rendimiento en la toma de decisiones de los pases negativos, la precisión de los pases y la precisión del dribbling también tenían más probabilidades de verse disminuidos en comparación con la tarea de control.
Estos hallazgos demostraron que la fatiga mental tuvo un impacto en el rendimiento de la toma de decisiones técnicas, derivadas del GPS y específicas del fútbol durante el juego reducido.
Según los autores, sería aconsejable evitar las tareas cognitivamente exigentes antes de realizar actividades específicas de fútbol para preservar la actividad física, las habilidades técnicas y de toma de decisiones de los jugadores.
Referencias bibliográficas:
Marcora, S. M., Staiano, W., & Manning, V. (2009). Mental fatigue impairs physical performance in humans. Journal of Applied Physiology, 106(3), 857-864. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.91324.2008
Mehta, R. K., & Agnew, M. J. (2012). Influence of mental workload on muscle endurance, fatigue, and recovery during intermittent static work. European Journal of Applied Physiology, 112(8), 2891-2902. https://doi.org/10.1007/s00421-011-2264-x
Mehta, R. K., & Parasuraman, R. (2014). Effects of mental fatigue on the development of physical fatigue: a neuroergonomic approach. Human Factors, 56(4), 645-656. https://doi.org/10.1177/0018720813507279
Trecroci, A., Boccolini, G., Duca, M., Formenti, D., & Alberti, G. (2020). Mental fatigue impairs physical activity, technical and decision-making performance during small-sided games. PloS One, 15(9), e0238461. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238461
Warm, J. S., Parasuraman, R., & Matthews, G. (2008). Vigilance requires hard mental work and is stressful. Human Factors, 50(3), 433-441. https://doi.org/10.1518/001872008X312152
Fuente: Plos ONE