Investigadores analizaron 57 factores sociales y de comportamiento con el objetivo de dilucidar cuáles se vinculan más estrechamente con la muerte. Los datos fueron recopilados de 13.611 adultos en los Estados Unidos, entre 1992 y 2008, y se identificaron qué factores se presentaron en aquellos que murieron entre 2008 y 2014 (Puterman et al., 2020).
La esperanza de vida en los Estados Unidos se ha estancado durante tres décadas en relación con otros países industrializados, lo que plantea dudas sobre qué factores podrían estar contribuyendo. Los factores biológicos y las condiciones médicas siempre están en la parte superior de la lista, por lo que este estudio excluyó intencionalmente a aquellos a favor de los factores sociales, psicológicos, económicos y de comportamiento.
Para comprender realmente la relación entre la salud y la mortalidad es necesario poder ver una porción importante de la vida de las personas, señala el autor principal de la investigación,Eli Puterman, profesor asistente de la escuela de kinesiología de la Universidad de Columbia Británica. “Por ejemplo, en lugar de solo preguntar si las personas están desempleadas, analizamos su historial de desempleo durante 16 años. Si estuvieron desempleados en algún momento, ¿fue eso un predictor de mortalidad? Es más que sólo un instante en la vida de las personas, donde algo podría pasarse por alto porque no ocurrió. Nuestro enfoque proporciona una mirada a los posibles impactos a largo plazo a través de una lente de ‘vida útil.’”
De los 57 factores analizados, los 10 más estrechamente asociados con la muerte, en orden de importancia, fueron:
- Ser fumador actual
- Historia del divorcio
- Historia de abuso de alcohol
- Dificultades financieras recientes
- Historia del desempleo
- Historia previa como fumador
- Baja satisfacción con la vida
- Nunca haberse casado
- Historia de uso de cupones de alimentos
- Afectividad negativa
Los datos provienen del Estudio de Salud y Jubilación de Estados Unidos, representativo a nivel nacional, cuyos participantes tenían entre 50 y 104 años, con una edad promedio de 69.3. Estas encuestas no capturaron todas las adversidades posibles, por ejemplo, no se abordó la inseguridad alimentaria ni el abuso doméstico, pero los nuevos hallazgos proporcionan una indicación acerca del punto en que se relacionan varios factores entre sí.
Los autores sostienen que esta investigación provee las bases para redirigir los esfuerzos en intervenciones y políticas públicas hacia factores que hasta el momento no han tenido gran atención, como la afectividad negativa (entendida como la tendencia a percibir y sentir las cosas más negativas en su vida). Y nos llaman a reflexionar: ¿podemos cambiar esto para tener un impacto en las tasas de mortalidad? ¿qué intervenciones podrían implementarse respecto de las personas desempleadas o con dificultades financieras para reducir su riesgo?
Referencia bibliográfica:
Puterman, E., Weiss, J., Hives, B. A., Gemmill, A., Karasek, D., Mendes, W. B., & Rehkopf, D. H. (2020). Predicting mortality from 57 economic, behavioral, social, and psychological factors. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America. https://doi.org/10.1073/pnas.1918455117
Fuente: Science Daily