Cuando me propuse abordar este tema para el artículo me encontré con el interrogante de cómo definir la eyaculación precoz: ¿Tiene que ver con la duración? ¿Con cuantos bombeos realiza el hombre antes de eyacular? ¿O tiene que ver con que la pareja llegue al orgasmo o no?
En el recorrido histórico dentro de la sexología clínica uno podría encontrar que la eyaculación precoz se fue definiendo en función de las anteriores preguntas. Por mucho tiempo se pensó que tenía que ver con que si el hombre podía o no esperar a que la mujer alcance el orgasmo o se definía en función de tiempos que se suponían esperables, poniendo al varón frente a un control casi cronometrado de su desempeño sexual.
Pero además es un concepto socialmente muy usado y que muchas veces, tanto los hombres como más aún las mujeres, diagnostican a su pareja como eyaculadores precoces por que terminan antes que ella. Es frecuente escuchar a una mujer que diga que su pareja es eyaculador precoz y cuando se le pregunta en qué se basa, responda “por que termina antes que yo” o “por que no logro llegar al orgasmo en el tiempo del coito y el termina”.
La dificultad entonces se traslada, del tiempo que demora en eyacular, al no poder gobernar un reflejo
Desde esta perspectiva podríamos preguntarnos: ¿Precoz en función de que? Porque varias de las líneas arriba planteadas tienden a patologizar a la pareja al terminar rápido o si la mujer le cuesta llegar al orgasmo y además en muchos casos se debe a las expectativas que se tienen con respecto al tiempo que debe durar un encuentro sexual.
¿Entonces cómo podemos definir a la eyaculación precoz?
Porque si pensamos lo precoz en función del tiempo en que tarda, veremos muchas variables que se encuentran ahí involucradas. Por lo tanto, retomando la definición que planteó la psicóloga especializada en sexología Helen Kaplan, la dificultad radica en el control eyaculatorio.
(Vídeo relacionado: 10 cosas que probablemente no sabías del orgasmo)
Se puede decir que existe la eyaculación precoz cuando el orgasmo se da de una manera refleja, es decir que se produce fuera del control voluntario del hombre. Por lo tanto, significa que hay una Incontinencia Eyaculatoria, es decir, que no puede contener la respuesta de eyaculación.
La dificultad entonces se traslada, del tiempo que demora en eyacular, al no poder gobernar un reflejo, tal como cuando somos niños aprendemos a controlar el reflejo de micción. La dificultad en aprender a manejar dicho reflejo se relaciona directamente con el aprendizaje: que el hombre pueda aprender a eyacular cuando lo desee y lo decida.
Frente a esta disfunción hay muchas formas de reacción del varón o su pareja las cuales algunas llegan a empeorar la situación:
Es frecuente que el hombre que está pasando por esta problemática, tienda a intentar controlar su eyaculación concentrándose de más en sus sensaciones, intentando no excitarse y de esa manera, no logra conectarse con el placer ni con su pareja. Por medio de esta evaluación constante se llega a tener niveles de ansiedad aún más elevados por lo tanto lo lleva a eyacular sin control.
Influye mucho la reacción de la pareja ante las dificultades en el control eyaculatorio
La paradoja de la situación es: busco controlar no eyacular y el control me genera eyacular antes de lo previsto.
También influye mucho la reacción de la pareja ante las dificultades en el control eyaculatorio En algunos casos, si la pareja se enoja o lo rechaza, eso genera que para la próxima relación sexual, el hombre se encuentre más ansioso aún, con más angustia y por lo tanto, lo más probable es que nuevamente no logre controlar la eyaculación. Esto con el correr del tiempo genera que empiece a evitar los encuentros sexuales por el malestar que le produce.
Es importante tener en cuenta, que la incontinencia eyaculatoria no es un acto de egoísmo ni tampoco significa que su pareja no le importe, sino que se trata de un reflejo que no aprendió a controlar. Es elemental como pareja tener tolerancia y acompañarlo en esta situación que le trae mucho malestar así de esa manera puede superar el problema.
La eyaculación precoz es una consulta muy frecuente y por ello mismo la sexología clínica ha desarrollado herramientas específicas para poder abordarla, trabajando los aspectos fisiológicos, cognitivos y conductuales. Revisando y reestructurando las creencias que nos llevan a vivir el encuentro sexual con ansiedad y malestar. Y por medio de técnicas eficaces para poder aprender a controlar el reflejo eyaculatorio.
Para ir terminando, es fundamental considerar que es una dificultad que tiene solución, el hombre puede aprender a controlar el reflejo eyaculatorio y de esa forma poder disfrutar plenamente su sexualidad.
Artículo previamente publicado en la web del centro especializado en sexualidad: Himero Psicosexualidad y cedido por la autora para su publicación en Psyciencia.
Imagen: Otra Medicina