Incluso la exposición moderada a la luz durante el sueño nocturno es perjudicial para la salud del corazón y aumenta la resistencia a la insulina, factores de riesgo para enfermedades cardíacas, diabetes y síndrome metabólico (Mason et al., 2022). Lo más llamativo de este hallazgo es que fue evidente estudiando el sueño de las personas participantes durante una sola noche.
La exposición a la luz durante el día aumenta la frecuencia cardíaca a través de la activación del sistema nervioso simpático, que acelera el corazón y aumenta el estado de alerta para enfrentar los desafíos del día. Un efecto similar se produce cuando la exposición a la luz ocurre durante el sueño nocturno: la frecuencia cardíaca aumenta en una habitación iluminada y el cuerpo no puede descansar adecuadamente, esto es así porque, aunque la persona esté dormida, su sistema nervioso autónomo se activa, lo cual es perjudicial para la salud cardiovascular.
Los sistemas nerviosos simpático y parasimpático regulan nuestra fisiología durante el día y la noche. El simpático se hace cargo durante el día y se supone que el parasimpático lo hace por la noche, cuando transmite restauración a todo el cuerpo.
Si bien los participantes en el estudio no estaban al tanto de los cambios biológicos en sus cuerpos durante la noche, el cerebro lo detecta, y actúa como el cerebro de alguien cuyo sueño es ligero y fragmentado.
Los investigadores encontraron que la resistencia a la insulina ocurrió la mañana después de que las personas durmieran en una habitación iluminada. Cuando hay resistencia a la insulina las células de los músculos, la grasa y el hígado no responden bien a la insulina y no pueden usar la glucosa de la sangre como energía. Para compensarlo, el páncreas produce más insulina. Con el tiempo, el nivel de azúcar en la sangre aumenta. En este estado, la frecuencia cardíaca se incrementa, así como la fuerza con la que se contrae el corazón y la velocidad a la que se conduce la sangre a los vasos sanguíneos para que fluya sangre oxigenada.
Un estudio anterior analizó una gran población de personas sanas que estuvieron expuestas a la luz durante el sueño. Tenían más sobrepeso y obesidad (Park et al., 2019). El estudio actual resalta que la capacidad para regular la glucosa puede explicar aquel hallazgo.
La exposición a la luz artificial por la noche durante el sueño es común: hasta un 40% de las personas duerme con una lámpara de noche encendida o con una luz encendida en el dormitorio y/o con la televisión encendida. Para evitar sus efectos perjudiciales, los autores recomiendan:
- No encender las luces. Si necesitas una luz encendida (que los adultos mayores pueden querer por seguridad), procura que sea una luz tenue que esté más cerca del piso.
- El color es importante. Una luz ámbar o roja/naranja es menos estimulante para el cerebro. No utilices luz blanca o azul y mantenla alejada de la persona que duerme.
- Las gafas oscuras o las máscaras para los ojos son buenas si no puedes controlar la luz exterior. Mueve la cama para que la luz exterior no te dé en la cara.
Referencia bibliográfica:
- Mason, I. C., Grimaldi, D., Reid, K. J., Warlick, C. D., Malkani, R. G., Abbott, S. M., & Zee, P. C. (2022). Light exposure during sleep impairs cardiometabolic function. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 119(12), e2113290119. https://doi.org/10.1073/pnas.2113290119
- Park, Y.-M. M., White, A. J., Jackson, C. L., Weinberg, C. R., & Sandler, D. P. (2019). Association of Exposure to Artificial Light at Night While Sleeping With Risk of Obesity in Women. JAMA Internal Medicine, 179(8), 1061-1071. https://doi.org/10.1001/jamainternmed.2019.0571
Fuente: Science Daily