Nuestra conducta es la primera linea de prevención contra el coronavirus. Caroline Bologna escribe para Huffington Post, una serie de recomendaciones basadas en la ciencia conductual para dejar de tocarte la cara:
Mantén las manos ocupadas con otra cosa
La mejor forma de acabar con una manía es sustituirla por otra manía incompatible, señala Denise Cummins, experta en pensamiento, cognición y toma de decisiones. “Si sueles apoyar la cara sobre la mano, intenta coger la costumbre de sostener algo con esa mano o cruzarte de brazos”, recomienda Cummins. DePompo recomienda colocar pequeños juguetes y objetos antiestrés a mano en los lugares en los que más sueles tocarte la cara. Asimismo, recomienda lavar y desinfectar de forma periódica esos objetos. En cuanto a los niños, los expertos aconsejan “darles algo para sostener con lo que puedan jugar, ya que es algo incompatible con tocarse la cara. Siempre es mejor intentar reemplazar una manía problemática con otra en vez de decirles que NO hagan algo, ya que todavía no tienen desarrollado el córtex prefrontal que regula las inhibiciones”.
Haz que sea desagradable o incómodo
Otra solución para acabar con la manía es hacer que sea incómoda o desagradable.“Ponte guantes de lana o guantes bastos sin dedos que tengan un tacto incómodo con la piel sensible de la cara” sugiere Cummins.Aunque los guantes también se contaminan y hay que lavarlos, los investigadores piensan que los virus no viven tanto tiempo en materiales suaves.Otra forma de crear barreras mentales contra esta manía es llevar gafas o maquillaje. Si tu problema es que no dejas de morderte las uñas, prueba a ponerte esmalte especial de sabor desagradable.En el caso de los niños, puedes probar con las mismas estrategias, pero en ocasiones supone más trabajo del que merece la pena.
Ponte recordatorios
Es muy fácil despistarte y recaer a lo largo del día, pero te será más sencillo si estableces un sistema de recordatorios. “Ponerte una nota en el ordenador que diga NO TE TOQUES LA CARA y pedir a tus compañeros de trabajo que te lo recuerden y te castiguen cada vez que caigas en la tentación son otras formas de ir acabando con esta manía”, comenta Hafeez. No te interesa que tu relación con esas personas se vea afectada, de modo que conviene que esos castigos y recordatorios tengan una pizca de humor y broma, recomienda Hokemeyer. También puedes ponerte alarmas periódicas en el móvil para recordarte que prestes atención.
Lee el artículo completo en HuffingtonPost.
Agradecemos a María Alejandra Delgado por la recomendación del artículo.
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