Miguel Jorge relata en Gizmodo Expañol el caso de un niño que sufrió intoxicación por plomo al chupar durante meses la pintura con plomo que tenían algunos de sus juguetes:
Le dolía mucho la barriga. Hablaba raro, sus manos comenzaron a temblar y su tiempo de reacción parecía estar debilitado. Algo no iba nada bien. Un primer examen médico confirmó los temores de la madre: encontraron en el pequeño un comportamiento hiperactivo junto con ataxia aguda.
Esto quería decir que sus movimientos eran descoordinados, con un temblor marcado en las extremidades superiores. También se le detectó pérdida auditiva neurosensorial de alta frecuencia. Los sonidos más agudos eran casi inaudibles para JP. Además, el análisis de orina reveló proteinuria excesiva, indicando daño renal.
Finalmente, un análisis de sangre indicó que el nivel de plomo en la sangre de JP era de más de 200 microgramos por decilitro, al menos 40 veces el nivel conocido para causar daño cerebral. Claramente, su declive neurológico se debía a la intoxicación por plomo.
https://youtu.be/5qHxEjINCAg
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