Navidad, la celebración del Año Nuevo, Los Reyes Magos y enero ya pasaron. En la Argentina, el mes de febrero es sinónimo de finalizar las vacaciones ―merecido descanso― y de comenzar a pensar en el inicio del ciclo lectivo.
Compartiendo experiencias de madre, docente y conocimientos de neurociencias con familias de niños que comienzan una nueva aventura ―inician o retoman jardín de infantes y los primeros grados de la escuela primaria― concluyo que, sin dudas, el éxito en esta adaptación depende de muchos factores y también de las pautas que sigan padres, docentes e instituciones educativas para hacerles más efectivo el ingreso o la vuelta al colegio.
Para las familias de los niños que se inician en Jardín de Infantes, las primeras semanas implicarán hacer lucir las mejores de nuestras sonrisas y dar apoyo en ese momento de transición en sus pequeñas vidas. Las familias más “expertas”, en cambio, se sentirán más relajadas.
En un centro educativo vivirán una experiencia cargada de emociones
En estos días los niños requerirán de toda la comprensión y apoyo de los adultos. Algunos precisarán más besos, abrazos y mimos que otros. Necesitan seguridad y saber que el adulto responsable está ahí para llevarlos de la mano. El paso de los días, unido a los cálidos mimos, les harán entender que esta nueva etapa que emprenden es fantástica, y está llena de desafíos, crecimientos, aprendizajes: cosas maravillosas.
Los niños que comienzan en un centro educativo vivirán una experiencia cargada de emociones. El colegio es para ellos un lugar totalmente desconocido y es importante seguir determinadas pautas para que puedan asociar la escuela con lo positivo y se sientan felices allí.
El cerebro necesita sentirse seguro para ser feliz y aprender mejor.
Es por esto que es recomendable una adaptación progresiva (en casi todos los centros educativos se realiza una adaptación al colegio paulatina, en la que se va aumentando poco a poco el número de horas que el niño permanece en el centro escolar sin sus padres). En estos primeros días es importante respetar los tiempos y las necesidades de cada niño en particular. No todas las personas necesitamos de los mismos tiempos, y por eso es fundamental entender el de cada uno.
Los niños más pequeños suelen tener un objeto preferido (mantita, osito, pañuelo) que adoran y que los calma cuando están solos. Estos son preciosos tesoros cuando se tienen que enfrentar a situaciones que les resulten estresantes, como por ejemplo ir al colegio o a la guardería. Los Jardines de Infantes suelen permitir que los niños lleven sus objetos de apego en sus mochilas.
Otra buena idea es el narrar cuentos o historias, puesto que ayuda a poner en contexto diferentes situaciones, identificar emociones, elaborar posibles consecuencias o resultados alternativos. En este caso, se puede contar cuentos sobre el inicio al colegio de niños para que se sientan identificados con ellos y expresen emociones, adelantándose a lo que será en la compañía del adulto en el que él confía.
Es fundamental que los adultos mostremos interés por su faceta escolar
Al igual que los cuentos, jugar con él representando una situación similar a la que van a vivir cuando vayan al colegio por primera vez los ayudará a identificar y resolver emociones. Además, vivir esas situaciones hipotéticas días antes les hará ganar seguridad y vivir la adaptación al colegio positivamente.
También es una muy buena alternativa, en el caso de los niños que ya fueron al jardín de infantes o escuela el año anterior, contarles los aspectos positivos de la experiencia. Se los puede ayudar a recordar las cosas que le gustan del colegio, el nombre de sus amigos, de los maestros, excursiones que hayan hecho, actividades, etc.
Es fundamental que los adultos mostremos interés por su faceta escolar: los niños deben sentir que nos interesan las cosas que hace en la escuela y que estamos en contacto con el maestro/a.
Finalmente, nada como un momento para compartir o hablar con ellos. Tener una conversación tranquila y relajada de lo que les supone la vuelta al colegio, para que puedan expresar las emociones que sienten (alegría, miedo, preocupación, nerviosismo). Deben lograr identificar sus sensaciones y ponerles un nombre. Nunca dejemos solo a un niño con una emoción negativa, no sabrá qué hacer con ésta y se sentirá desamparado y más asustado.
Para tener en cuenta y ayudar a adaptarse (o readaptarse) a la rutina escolar:
En vacaciones las familias manejamos horarios y actividades flexibles. Es importante, unas semanas previas al inicio de las clases, retomar los horarios de sueño y de las comidas de manera paulatina para andar sin prisas: hay que tener tiempo suficiente para que puedan desayunar tranquilamente, e ir relajados al colegio.
Levantarse temprano, preparar la mochila y hacer tarea son algunas de las obligaciones que los niños deben retomar para comenzar las clases. Si bien parecen rutinas simples, es normal que en los primeros días generen cierta ansiedad (y hasta enojo) en algunos menores. El adulto preparado y prevenido puede ayudar al niño a sobrellevar este momento estresante de forma positiva, con mucha empatía.
El hecho de que los niños participen en la preparación de materiales y del uniforme son algunos detalles que ayudarán a tener mejores resultados en la vuelta al colegio. Compartir las compras de los útiles escolares: se los puede invitar a que elijan ellos lo que más les gusta (cuadernos, mochila, cartuchera). También se puede convertir en una actividad divertida y familiar la preparación de los elementos (marcar con su nombre, forrar los libros).
Es importante que los adultos recuerden que cada día y en cada momento están educando las emociones de sus hijos
Cada uno, dependiendo de su edad y su posibilidad, podría participar en la preparación de los útiles y ropa que utilizará en el colegio. De esa forma se establecerán las responsabilidades que les cabe en el proceso educativo y las normas que van a regir sus deberes y derechos claramente y con firmeza desde este período. El hecho de dar opción de elección hace que automáticamente el niño se sienta involucrado, participe y sea responsable de su proceso de aprendizaje.
Es importante que los adultos recuerden que cada día y en cada momento están educando las emociones de sus hijos: la vuelta al cole también es uno de ellos. Es fundamental que los adultos puedan poner los límites necesarios en cada situación ya que a la mayoría de los niños (y a los adultos también) les gana la ansiedad e inmediatez por conseguir los que se quiere. La vuelta al cole es una buena oportunidad para educar este aspecto, lo que se denomina “retardo en la gratificación” (saber esperar para obtener lo que queremos, dominar la ansiedad y no enojarse). En este caso, quizás el niño quiera una nueva mochila. Entonces, el adulto responsable explicará al niño que éste no es el momento para poder comprarla, que limpiarán juntos la mochila del año anterior o, de ser necesario, la llevarán a reparar y, llegado el momento, comprarán una nueva.
El cerebro necesita combustible para funcionar bien en la escuela
Al comenzar con las obligaciones de estudio es fundamental tener una buena alimentación que proporcionen la energía necesaria para rendir durante toda la jornada. Es importante una comida sana y balanceada. Se deben consumir alimentos proteicos con bajo aporte de grasa en cantidad suficiente para obtener la energía que se requiere para un buen aprendizaje.
También es fundamental desarrollar una buena rutina de estudios, que equilibre las horas dedicadas al colegio, la recreación y el ejercicio físico. Aunque nos parezca un poco “loco” la actividad física es esencial: aumenta la actividad cerebral y da energía al cerebro favoreciendo así los aprendizajes.
Los cerebros de los papás
El hecho de que nuestro hijo comience una nueva etapa de su vida, significa que también comienza una nueva en la nuestra como padres. Estas situaciones suelen estar colmadas de sentimientos y emociones positivas y negativas. Aparecen sentimientos ambivalentes: “¿Y si me extraña? ¿Cómo lo van a entender si no sabe hablar? ¿Lo van a cuidar bien? ¿Qué van a hacer si se pelea con los nenes?, ¿Lo van a retar? ¿Y si la maestra es muy exigente? ¿Lo van a dejar ir solo al baño? ¿Y si se lastima? Es muy importante que los padres vivan esta nueva etapa como un crecimiento, una situación positiva que los llenará de aprendizajes. Quizás, también se trata de afrontar el crecimiento del niño y aceptar que ya no somos “tan imprescindibles”.
Los padres que llevan a sus hijos por primera vez al jardín o al colegio no deberían dramatizar la situación pero tampoco restarle importancia. Los niños, aunque aún sean pequeños, ya están formando su personalidad con mucha información que recibieron de los padres. No sólo genética sino también valores y pautas culturales de sus cuidadores. Es por esto que ellos quieren responder a las expectativas de los papás, por lo tanto, este proceso se facilita cuando los padres lo enfrentan de manera positiva y controlan adecuadamente sus emociones.
No deberían dramatizar la situación pero tampoco restarle importancia
Normalmente, en pocos días los niños se adaptan exitosamente al colegio. Sin embargo, hay que estar atentos a todos los cambios de comportamiento que no cesen en el tiempo, como rabietas continuas, poco apetito, dificultades para dormir, falta de concentración, llanto, etc. Si esto ocurre, es muy importante consultarlo con el maestro/a, autoridades de la escuela y, eventualmente, el pediatra y comprobar a qué se deben esos síntomas para poder ayudarlo cuanto antes.
Recomendaciones para los padres
Quienes tenemos hijos sabemos que no hay un manual perfecto para padres, pero sí unas pautas adecuadas para poder hacer más fácil esta vuelta al colegio. Sobre todo, una actitud positiva por parte de los padres.
Quizás encabecen el Top Ten “El Cariño y La Escucha”. Hay que saber escuchar a los niños, que verbalicen lo que les pasa y que puedan expresar sus emociones y acompañarlos.
Una vez iniciado el curso escolar, todavía podemos disfrutar de un buen clima, hay muchos días con temperaturas agradables. Por ello, los expertos recomiendan seguir realizando las actividades de parque o piscina durante unos días. Con esta simple actividad, reduciremos el estrés de la familia y positivamente colaboraremos en la adaptación al nuevo curso.
Algo muy importante es que los adultos estén seguros de los profesionales. Es importante que los padres tengan confianza en la institución educativa y en los maestros, pues son los que se van a responsabilizar de su hijo. Y sobre todo, que estén tranquilos, son personas experimentadas en el tema y, seguramente, nos darán más que una mano cuando lo necesitemos.
10 consejos:
- Explicar al niño que irá a un colegio. Es recomendable que lo vea antes del comienzo de curso y se familiarice con el lugar. Le ayuda a tranquilizarse.
- Las despedidas deben de ser cortas para no alargar el momento de angustia de separación con los padres. Debemos mostrarnos tranquilos y seguros e informarles que luego volvemos a por ellos.
- Cuando los recojamos dediquémosle toda nuestra atención y mimos. No mostrar en ningún momento sensación de culpa o abandono porque puede influir negativamente en el proceso de adaptación.
- Prestar atención pero no dramatizar. Es normal que algunos niños nos manipulen durante la adaptación diciendo que los compañeros le pegan o intentando ponernos en contra del profesor para buscar nuestra atención.
- Comencemos a mantener rutinas y horarios adecuados de sueño para mantenerlos atentos y seguros en su aprendizaje.
- Propongámonos que nuestro hijo/a duerma al menos 8 horas. Preparemos un desayuno saludable para que su cerebro tenga la energía necesaria para afrontar el día emocional e intelectualmente y, consecuentemente, rinda mejor. Es importante considerar los lácteos, frutas y cereales en cantidades adecuadas, percatándonos de no sobrealimentarlos.
- Anotemos el horario de clases, los nombres de sus profesores y/o de los conductores del trasporte escolar y cualquier otro dato que estimemos necesario para tener a mano, reduciendo así el estrés de tener la mente preocupada.
- Enseñemos a organizar y preparar cada noche lo que va a necesitar al día siguiente, tanto la mochila como la ropa que se necesitará.
- Llevemos al niño a control médico para chequear su vista, desarrollo óseo, talla, peso, etc. No olvidemos también visitar al dentista.
- Finalmente, recordarle que cada inicio es una oportunidad. Una chance de hacer nuevas amistades, de aprender, de crecer. Todas ellas nos harán personas más sabias e inteligentes.
Artículo previamente publicado en Asociación Educar por Prof. Nse. Alejandra del Fabro
Oradora en Asociación Educar.
Fundadora del Instituto de Idio+delfabro – www.idiomasdelfabro.com.ar
Aplicando las Neurociencias, la metodología pedagógica de su instituto se basa en los procesos enseñanza-aprendizaje compatibles con la forma en la que aprende el cerebro.
Partner DANA Foundation, New York, USA.
LinkedIn: http://www.linkedin.com/pub/alejandra-del-fabro/25/135/336