Los escáneres de retina pueden detectar el deterioro de los vasos sanguíneos, considerado como marcador temprano de Alzheimer, al tiempo que ofrecen información importante sobre cómo uno de los genes más comunes de riesgo de Alzheimer contribuye a la enfermedad (Elahi et al., 2021).
Los estudios en ratones han explorado el efecto de APOE4 en los capilares del cerebro. Esta es una variante del gen APOE cuya presencia es el riesgo genético más prevalente de la enfermedad de Alzheimer. Los capilares del cerebro son pequeños vasos sanguíneos que podrían desempeñar un papel importante en tal enfermedad, ya que suministran nutrientes y oxígeno, se llevan los desechos y controlan las respuestas del sistema inmune a través del escudo protector conocido como barrera hematoencefálica. El daño en estos vasos sanguíneos podría causar una serie de problemas, como la acumulación de proteínas y el deterioro cognitivo que se observa en las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer.
Actualmente no existe una tecnología que permita visualizar capilares individuales en los cerebros de personas vivas, señala Elahi. Por este motivo su equipo de investigación dirigió su estudio en el ojo, y lograron demostrar que los cambios capilares asociados con APOE4 se pueden detectar en humanos a través de un escaneo ocular fácil y cómodo.
Como la retina es un tejido por el que penetra la luz y comparte la biología con el cerebro, los investigadores creen que puede ayudar a determinar qué pueden estar haciendo las variantes de APOE4 en capilares similares dentro del cerebro, incluso en aquellos sin demencia.
Por qué es importante
Por primera vez, los investigadores son capaces de demostrar en seres humanos vivos y asintomáticos que los vasos sanguíneos más pequeños se ven afectados en los portadores del gen APOE4. Eso es importante porque sugiere que el mayor riesgo de degeneración cerebral y enfermedad de Alzheimer en los portadores de APOE4 puede deberse a su efecto sobre los vasos sanguíneos. El seguimiento de este trabajo podría ayudar a detectar la aparición de la enfermedad de Alzheimer antes de que ocurra un daño significativo en el cerebro e identificar nuevos objetivos vasculares para un tratamiento temprano.
Qué metodología usaron
El equipo utilizó una técnica avanzada de imágenes de la retina conocida como angiografía por tomografía de coherencia óptica (OCTA) para mirar a los ojos de personas mayores con y sin mutaciones APOE4 y evaluar los vasos sanguíneos más pequeños en la parte posterior del ojo. La técnica es no invasiva y amigable con los pacientes.
Para el estudio, aprovecharon las cohortes bien caracterizadas de personas inscritas en estudios en curso sobre el envejecimiento cerebral y las enfermedades neurodegenerativas en el Centro de Memoria y Envejecimiento. Al agregar las exploraciones OCTA a los datos existentes de las exploraciones por resonancia magnética y PET, obtuvieron información comparativa sin que los participantes voluntarios sufran molestias adicionales.
Qué encontraron
Al analizar las exploraciones de retina, los investigadores encontraron una densidad capilar reducida en los portadores de APOE4, un efecto que aumentaba con la edad de los participantes. Para probar si esas exploraciones reflejaban con precisión lo que estaba sucediendo en el cerebro, el equipo luego comparó las anomalías observadas en las exploraciones OCTA de los capilares de la retina con las mediciones de la perfusión cerebral o el flujo de sangre a través del cerebro, medido mediante resonancia magnética. Descubrieron que las personas con mayor densidad capilar de la retina también tenían un mayor flujo sanguíneo en el cerebro.
Finalmente, el equipo miró a los participantes con exploraciones PET previas de beta-amiloide, la proteína asociada con la enfermedad de Alzheimer, para ver cómo sus mediciones capilares retinianas se relacionaban con la carga de placas amiloides en el cerebro, que es el foco principal del diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, hasta la fecha. Descubrieron que la densidad capilar no difería entre los grupos con y sin placas amiloides, ni varió junto con la carga amiloide. Según Elahi, esa independencia sugiere que es poco probable que las anomalías capilares sean impulsadas por una patología amiloide, o que su relación puede, como mucho, ser indirecta.
Elahi y sus colegas planean seguir a los participantes del estudio para comprender mejor la disfunción de los vasos sanguíneos a nivel molecular. Las implicaciones de estos hallazgos para la detección temprana y la posible intervención pueden ser significativas para combatir la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos. Los investigadores resaltan que es mucho más difícil regenerar neuronas que detener su degeneración en primer lugar. Al igual que el cáncer, la detección temprana puede salvar vidas, concluyen.
Referencia bibliográfica: Elahi, F. M., Ashimatey, S. B., Bennett, D. J., Walters, S. M., La Joie, R., Jiang, X., Wolf, A., Cobigo, Y., Staffaroni, A. M., Rosen, H. J., Miller, B. L., Rabinovici, G. D., Kramer, J. H., Green, A. J., & Kashani, A. H. (2021). Retinal imaging demonstrates reduced capillary density in clinically unimpaired APOE ε4 gene carriers. En Alzheimer’s & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring (Vol. 13, Número 1). https://doi.org/10.1002/dad2.12181
Fuente: Science Daily