Se ha popularizado en Internet la idea de que evitar consumir cafeína entre 90 y 120 minutos después de despertarse podría ayudarte a activarte de forma más natural, evitar el bajón vespertino y mejorar el sueño. Algunos creen que esta práctica está respaldada por pruebas científicas, y quienes lo han probado afirman que “ha cambiado por completo” sus niveles de energía. Sin embargo, los científicos dicen que, aunque aplazar el café matutino puede tener beneficios, hay pocos estudios que lo respalden. A veces, los riesgos de retrasar el café pueden ser mayores que los beneficios, incluso peligrosos.
Cómo actúa la cafeína y cuánto dura
La cafeína bloquea los receptores de adenosina en el cerebro, que nos hacen sentir somnolientos. Pero sus efectos no se sienten de inmediato; toma de 20 a 30 minutos en ser absorbida. La duración de sus efectos varía según la genética de cada persona.
Pruebas a favor y en contra
Los niveles de adenosina están más bajos al despertar, por lo que el café temprano puede ser menos efectivo. Retrasar el consumo de cafeína puede prolongar sus efectos hasta la tarde, pero no hay estudios que determinen el momento óptimo. Para algunos, tomar café temprano es necesario para mantenerse alerta, especialmente si tienen trabajos exigentes o ejercen temprano. También se puede tomar una segunda taza si la energía decae al mediodía, pero evita la cafeína en las seis horas previas a dormir. Si necesitas cafeína constantemente, consulta a un especialista del sueño. Además, el café y el té aportan antioxidantes y otros beneficios.
Fuente: The New York Times