No es mi intención dedicarme a publicar artículos referentes a lo laboral, en esta oportunidad se me juntaron dos publicaciones más o menos cercanas, pero esta vez tocaremos varios puntos, a pesar de lo relativamente corto del artículo, ¿quizás el hacer las cosas un poco más cortas tenga que ver con el tema? Puede ser… la impulsividad en los negocios puede llevar a hacer un artículo rápido y corto…
En esta oportunidad me referiré a un estudio conducido por investigadores de la Universidad de Texas, en el que buscaban descubrir si la naturaleza de la recompensa involucrada en las elecciones determinaba si los sujetos altamente impulsivos se desempeñaban mejor o peor que sus contrapartes de prueba menos impulsivos.
La impulsividad no es un
rasgo puramente desadaptativo sino uno cuyas consecuencias hacen eje en la estructura ambiental de la toma de decisiones.
El test involucró estudiantes universitarios a los que se les administró un test de personalidad que estimaba rasgos de impulsividad. El experimento también constaba en planear un juego de inversión en negocios que variaba las condiciones para optimizar la recompensa a corto plazo (descuentos, arranque inmediato de las ganancias) o a largo plazo (invertir en nuevo equipamiento y entrenamiento, retrasar ganancias), una observación interesante en la prueba fue que los estudiantes con altos rasgos de impulsividad fueron más dados a probar cambios en las variables del juego que afectaban inmediatamente las ganancias a corto plazo, así, actuaban como estudiantes menos impulsivos cuando la situación experimental favorecía la recompensa a corto plazo. “En definitiva, si cada tendencia era ventajosa o no, dependía no de algún factor endógeno, sino solamente del entorno” dicen los investigadores.
De esta manera, los investigadores concluyen que:
“Mientras la impulsividad es generalmente discutida como un rasgo desadaptativo asociado con una toma de decisión miope y un sin número de conductas patológicas, el presente grupo de resultados presta crédito a la noción que la impulsividad no es un rasgo puramente desadaptativo sino uno cuyas consecuencias hacen eje en la estructura ambiental de la toma de decisiones. Encontramos que los participantes poco impulsivos y los altamente impulsivos exhibieron una conducta de decisión consistente prueba a prueba. A través de los dos experimentos los participantes impulsivos fueron más tendientes a decidir por la opción con mayor probabilidad de gratificación inmediata, basados en su experiencia directa luego de probar ambas opciones, mientras los participantes menos impulsivos fueron más tendientes a “pasar” frente a grandes ganancias inmediatas y prefirieron opciones asociadas a gratificaciones crecientes a lo largo del tiempo.”
Da para pensar muchas cosas, pero los doctores Fernette y Brock Eide, plantean como primer punto a tomar en cuenta que cuando se trabaja con estudiantes que presentan rasgos impulsivos en la sala de clases o sus casas, probablemente, valga la pena optimizar los sistemas de recompensa que son más inmediatos que retrasados. Si hacen una tarea que no tenga gratificación intrínseca, entonces, endulzar el proceso con más gratificaciones externas inmediatas debiera ayudar.
También indican que no se puede dejar de hacer la pregunta sobre si esta preferencia por las gratificaciones inmediatas es el por qué de que tantos empresarios altamente exitosos con TDAH (Trastorno de Deficit Atencional con Hiperactividad) y/o rasgos impulsivos parecen florecer en el mundo de la tecnología y compañías pioneras. Lo otro a tomar en cuenta es que aquellos de nosotros que nos encontremos aconsejando y guiando a jóvenes respecto a escoger sus carreras, debiéramos mencionar las posibilidades empresariales que podrían ser especialmente acordes con sus temperamentos y personalidades.
Endulzar el proceso con
más gratificaciones externas inmediatas debiera ayudar.
Por último, es importante y reavivante que los autores de este estudio hayan fijado su atención en el reflejo al otro lado del espejo, no tomando la impulsividad como una “desviación de la norma”, esto referente al hecho de que los rasgos de impulsividad son más comúnmente estudiados por los académicos en el contexto de una patología significativa (como personas violentas en libertad condicional o adictos a la heroína) que de una población “normal” no clínica.
Quizás este siglo vea más de un cambio hacia la apreciación de la neurodiversidad por psicólogos y psiquiatras, entonces podremos observar las vistas extremas de todas esas “diferencia igual a enfermedad” convertirse en cosas del pasado.
En lo personal, he visto que definitivamente la impulsividad no puede ni debe ser considerada como algo patológico o llanamente malo para el acontecer social, más de alguno de nuestros “héroes” (deportistas, científicos, políticos, empresarios, etc.) presentan rasgos impulsivos observables fácilmente a través de sus públicas vidas, pero eso no les hace siempre malas personas ni peligrosos, por eso es tan importante aprender a dejar las etiquetas un poco a un lado o, en su defecto, tomarlas con más liviandad de lo que comúnmente lo hacemos.
Imagen: gingerpig2000 (Flcikr)