Lo vemos en la televisión, en el cine, en el gimnasio, donde sea. Todo el mundo habla del yoga y de todos sus beneficios físicos, psicológicos, espirituales, trascendentales y un largo etcétera que a muchos nos activa la alarma del escepticismo. Especialmente cuando se habla de salud mental. Un sano escepticismo que nos protege contra la tendencia mundial de comercializar primero los tratamientos, programas y terapias y, si queda tiempo y dinero, evaluar su efectividad.
En la última convención anual de la APA (Asociación Americana de Psicología) se presentaron diferentes investigaciones sobre los beneficios del yoga que nos pueden ayudar a entender mejor qué efectos tienen sobre la salud mental y si constituyen un recurso útil para ser implementado en la terapia.
Hatha yoga
La primera investigación consistió en evaluar los efectos antidepresivos del Hatha yoga (un tipo de yoga que se practica en una habitación caliente y enfatiza los ejercicios físicos, en conjunto con ejercicios de meditación y de respiración) en un periodo de 8 semanas, con una muestra de 23 veteranos de guerra varones.
Al terminar los ejercicios durante 8 semanas, se les pidió a los participantes que evaluaran en una escala del 1 al 10 si habían disfrutado de los ejercicios y si los recomendarían a otros veteranos.
En promedio de satisfacción con los ejercicios fue de 9.4 puntos. Todos los veteranos dijeron que recomendaban los ejercicios y más importante aun fue que se encontró una reducción significativa de los síntomas depresivos al terminar el tratamiento.
Bikram yoga
El Bikram yoga, es uno de los tipo de yoga más popular. Es similar al Hatha yoga, ya que también se práctica en una habitación caliente, pero con la diferencia de que sus ejercicios tienen una secuencia de posturas específicas.
Para conocer sus posibles beneficios, la Universidad de San Francisco evaluó a 52 mujeres que tenían entre 25 y 45 años de edad y con diagnóstico de depresión. La mitad de ellas participó en dos sesiones de Bikram yoga por semana durante dos meses. A la otra mitad (grupo control) de las participantes se le dijo que estarían en una lista de espera para poder practicar los ejercicios.
Al terminar los dos meses de entrenamiento, se volvió a evaluar a las participantes y se halló una reducción significativa de los síntomas de depresión en comparación con el grupo control.
Otra investigación piloto, ejecutada con 29 personas que practicaron el mismo tipo de yoga, encontró también una disminución importante de los síntomas de la depresión y un incremento de la calidad de vida, optimismo y funcionamiento físico y cognitivo.
Yoga en el tratamiento de la depresión crónica o resistente al tratamiento
En la conferencia que nombramos al principio, se presentaron investigadores holandeses que aportaron dos valiosos estudios que abordaron el efecto del yoga sobre la depresión crónica, una condiciones psicológica muy desafiante y peligrosa.
La primera investigación se realizó con 12 pacientes que habían sufrido de depresión crónica por un promedio de 11 años. Los mismos participaron en nueve sesiones de yoga. Cada participante fue evaluado pre y post test en relación a la severidad de la depresión, ansiedad, estrés, rumiación del pensamiento y preocupación.
El estudio obtuvo resultados similares a las investigaciones que nombramos posteriormente, descubriendo una reducción de los síntomas de depresión, ansiedad y estrés. Las mejorías se mantuvieron constantes después de cuatro meses (se realizó seguimiento). Aunque la rumiación y la preocupación no disminuyeron a la par de los otros síntomas, también se encontró una disminución durante la fase de seguimiento.
En otra investigación del mismo equipo, que comparó los efectos del yoga con las técnicas de relación en 74 estudiantes con depresión moderada que recibieron 30 minutos de yoga o relajación y luego se les pidió que hicieran los ejercicios durante ocho noches seguidas con la ayuda de un video explicativo breve de 15 minutos.
Los resultados preliminares mostraron que tanto el yoga como la relajación fueron efectivas en la reducción de los síntomas. Pero al comparar a los mismos individuos, dos meses después, se encontró que aquellos que hicieron yoga, tenían una mayor reducción de los síntomas de la depresión, ansiedad y el estrés en comparación con el grupo que hizo relajación.
¿Todos a practicar yoga?
Ya veo a algunos instructores de yoga citando este artículo como prueba de que el yoga “cura la depresión”.
Es cierto que los resultados son prometedores. Pero al mismo tiempo tenemos que tener cautela y no sobredimensionar lo que estos hallazgos realmente significan. En primer lugar, si bien nombramos varias investigaciones nuevas sobre el tema, no se trata de una revisión exhaustiva. Adicionalmente, el yoga no puede reemplazar los tratamientos tradicionales psicológico/psicofarmacológico para la depresión, pero si quizás podemos usarlo como un recurso más dentro de un tratamiento estructurado y con suficiente evidencia. El mejor ejemplo de ello es el yoga-Enhanced Cognitive Behavioral Therapy (Y-CBT), una variación de la Terapia Cognitiva Conductual que agrega dentro de su protocolo la práctica del yoga.
Fuente: APA