El desarrollo de los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) es muy parecido al de los niños sin TEA a la edad de 6 meses, pero luego difiere. Esto fue lo que encontró el estudio longitudinal prospectivo más grande hasta la fecha que comparó el diagnóstico temprano y tardío en los niños con y sin TEA.
El estudio fue conducido por investigadores del Instituto Kennedy Krieger, la Universidad Johns Hopkins, la escuela pública Johns Hopkins Bloomberg y el Centro de Envejecimiento Cerebral en la Universidad de Harvard y fue publicado en la revista Child Development.
El objetivo y desarrollo de la investigación
El estudio trató de aprender más acerca de los patrones de desarrollo durante los primeros tres años de vida en niños con y sin TEA para así comprender mejor cómo el TEA puede ser detectado lo más pronto posible. Este es el primer estudio prospectivo que examina el inicio temprano del TEA alrededor de los 14 meses y de aparición tardía de TEA, después de 14 meses, durante los primeros tres años, señalando que el desarrollo tiene el mismo aspecto y donde diverge.
Los investigadores examinaron a 235 niños principalmente blancos con y sin hermano mayor con autismo y los pusieron a prueba en intervalos de 6 a 36 meses. Evaluaron las habilidades de los niños de motricidad fina, comprensión del lenguaje hablado y las habilidades de lenguaje hablado con otros, por medio de evaluaciones estandarizadas y basadas en el juego.
El estudio observó el desarrollo temprano a través de tres grupos: niños sin TEA, niños con TEA que fueron identificados alrededor 14 meses, y niños con TEA que fueron identificados después de 14 meses.
¿Cuales fueron los resultados?
A los 6 meses el desarrollo temprano y tardío en el grupo de niños con TEA fue comparable con el grupo control de niños sin TEA.
A los 14 y 18 meses, el grupo de desarrollo temprano con TEA se desempeño por debajo en muchos aspectos del desarrollo en comparación al grupo de desarrollo tardío. A los 24 y 36 meses, los dos grupos mostraron niveles similares de desarrollo.
Rebecca Landa, directora de la investigación, explicó los resultados:
“Los resultados demuestran que el TEA tiene una fase preclínica que puede ser muy difícil detectar.En algunos niños con TEA los signos tempranos del trastorno del desarrollo pueden no ser específicos de este trastorno. La evaluación del desarrollo por medio de cuestionarios de edades y etapas debe ser realizada a los 14 meses. La exploración debe repetirse a través de la primera infancia. Si se observan signos de retardo asociados con TEA en esas pruebas estandarizadas, entonces se justifica una evaluación adicional,”
Los investigadores concluyen que estos descubrimientos producirán implicaciones directas en el trabajo clínico y salud pública y en las políticas de diagnósticos.
Fuente: Eurekalert.org
Imagen: xopherlance en Flickr